Los inversores han reaccionado negativamente ante los ataques estadounidenses contra las instalaciones nucleares de Irán durante el fin de semana, mientras Irán e Israel continúan intercambiando ataques este lunes. El precio del barril Brent de petróleo subió alrededor de un 1,53%, hasta los 78,19 (69,58 euros) dólares el barril hacia las 07:15, mientras que el West Texas subió un 1,48%, hasta los 74,93 dólares (66,68 euros).
El presidente de Irán, Masoud Pezeshkian, figura supeditada al Ayatolá y la estructura paramilitar y clerical de la teocracia centroasiática, ha declarado que el país «nunca se rendirá ante la intimidación y la opresión», mientras que el ministro de Asuntos Exteriores iraní, Abbas Araghchi, ha aterrizado en Moscú para entrevistarse con el presidente ruso, Vladímir Putin.
Los futuros del S&P 500 cedieron un 0,13%, hasta los 6.010,25 puntos, y los del Dow Jones de Industriales, un 0,2%, hasta los 42.431,00 puntos. Los futuros del Nasdaq cayeron un 0,18%, hasta los 21.804,50 puntos, el lunes por la mañana.
En Asia, el índice Nikkei 225 de Tokio cayó un 0,19%, hasta 38.331,12 puntos; el Kospi de Seúl bajó un 0,3%, hasta 3.012,88 puntos, y el S&P/ASX 200 australiano descendió un 0,37%, hasta los 8.474,40 puntos. El cambio, el Hang Seng de Hong Kong y el índice compuesto de Shanghai se situaron en terreno positivo, con ganancias respectivas del 0,35% a 23.611,68 y del 0,13% a 3.364,29.
El nuevo conflicto, que estalló tras un ataque israelí contra Irán el 13 de junio, ha disparado los precios del petróleo, al ser Irán un gran productor de la OPEP. La costa este de la milenaria nación persa controla, además, el paso sur del estrecho de Ormuz: recientemente los políticos iraníes han aprobado bloquear la navegación por sus aguas. Esto dificultará la exportación de buena parte del petróleo mundial, ya que muchas naciones arábigas -a excepción de Omán, Yemen y Arabia Saudí- dependen de Ormuz para realizar sus exportaciones.
La naviera Maersk, una de las más importantes del mundo, declaró el domingo que seguiría operando a través del estrecho: «Vigilaremos continuamente el riesgo para la seguridad de nuestros buques específicos en la región y estamos preparados para tomar las medidas operativas que sean necesarias». Pero según los datos de seguimiento de buques recopilados por ‘Bloomberg’, dos petroleros, el Coswisdom Lake y el South Loyalty, volcaron en el estrecho de Ormuz este domingo.
La situación depende ahora de si Teherán decide optar por la agresión o por una respuesta más diplomática ante los ataques de Estados Unidos e Israel. Algunos analistas también creen improbable que Irán cierre la vía navegable porque el país la utiliza para transportar su propio crudo, principalmente a China, y el petróleo es una importante fuente de ingresos para el régimen.
Si Teherán consiguiera cerrar el Estrecho, esto provocaría una subida más amplia de los precios de las mercancías transportadas y complicaría el proceso deflacionista en todo el mundo, lo que podría mantener los tipos de interés altos durante más tiempo.
Ayer domingo, Trump planteó la posibilidad de un cambio de régimen en Irán, lo que contradice a sus críticas históricas de las incursiones bélicas en el extranjero por parte de otros presidentes demócratas. «Si el actual régimen iraní es incapaz de hacer a Irán grande de nuevo, ¿por qué no debería haber un cambio de régimen?», escribió el presidente estadounidense en Truth Social.
Muchos republicanos del movimiento MAGA -algunos con mucho peso en la ultraderecha estadounidense, como Marjorie Taylor Green- le han criticado abiertamente por primera vez ante el nuevo intervencionismo militar de EE.UU. en la región.
Agencias