La historia ha sido tajante: La violencia genera violencia. Es una realidad. Los regímenes represores a la larga se derrumban por el mismo peso de sus injusticias y la violación de los derechos humanos. A diferencia, las sociedades plenas que viven con los más altos preceptos del hombre y respetan los derechos y deberes ciudadanos son las que muestran mayores avances.
Por su esencia histórica, Estados Unidos de América ha sido violenta. En distintos momentos de su vida republicana, prevalecieron distintas expresiones de violencia. En la colonización, en la conquista del este, en su guerra contra México en la que se apropió de sus ahora territorios de los estados del sur hasta la California actual cuyas ciudades mantienen los nombres en español, y la sangrienta guerra civil entre el norte y el sur.
Varios presidentes han sido asesinados, comenzando por el gestor del Estados Unidos de la América industrial, Abraham Lincoln (1865) y ya en el siglo XX, John F. Kennedy ( 1963). Además de otros magnicidios e intentos que no se dieron como el de Ronald Reagan (1981). Pero siempre la sangre ronda las esferas del poder. Es el país de inmigrantes, de diversidad de ideologías y creencias, de riqueza excesiva y pobreza extrema, de contradictorios valores, de extremismos peligrosos y de violencia social intrínseca.
Lo ocurrido en Buttler (Pensilvania ), el 13 de julio de 2024 con el intento de magnicidio contra Donald Trump, fusiona parte de la tradición de la violencia en EUA, del ataque de los extremismos. De este hecho van a surgir distintas hipótesis. Llama la atención que el autor identificado por el FBI, como Thomas Mathew Crooks, era un muchacho de 20 años de edad!!!!, cocinero de un centro de ancianos de la localidad en Bethel (Pittsburgh). Todas las versiones sembrarán suspicacias y la verdad será difícil de determinar.
Precisamente una de las grandes víctimas del boom de la transformación digital es la verdad. Y contrario a lo que se esperaba de las bondades del Internet y de las redes sociales, en la sociedad se está imponiendo la información falsa, que vulnera uno de los principios sobre los que se fundamentó la Constitución Nacional de EUA (1787). Es decir, las convulsiones que se está viviendo en ese país, son producto de los efectos de uno de los cambios más importantes ocurridos en el campo de la comunicación, y que han impactado notablemente a las sociedades en el siglo XXI.
Ya lo advierten científicos, filósofos, estudiosos de la comunicación, etc que la gran víctima de este fenómeno es la democracia, porque su fundamento es la verdad y está vulnerado. Es cierto que la crisis institucional obedece a los acelerados cambios que viven las distintas naciones, a las expectativas que tienen sus distintos grupos sociales, en especial los jóvenes confusos por el bombardeo de información falsa o verdadera que le crea expectativas sobre su futuro y frustraciones.
Sin duda que los tiempos de cambios son más cortos, se han acelerado y todo estimulado por las comunicaciones, el consumismo desbocado que propicia la economía de mercado, el mundo globalizado que ahora puede cambiar hacia otro modelo de bloques caracterizados por los nacionalismos. Las expectativas poblacionales aunado a los factores anteriores obligan a las instituciones a responder a las nuevas demandas.
También es cierto que interpretar esas necesidades de transformación es difícil. Unos las quieren más rápido, otros las desean más lentas y progresivas, otros más violentas y otros son extremistas. Es lo que está ocurriendo en Estados Unidos de América, las visiones de cambio varían, Joe Biden representa a ciertas tendencias más defensoras de ciertos modelos institucionales y Donald Trump se inclina por la ruptura, y esa confrontación se refleja en los discursos y acciones personales.
Sin embargo, en las elecciones denominadas “ de mitad de período” de noviembre de 2022, los extremos no triunfaron como se esperaba, por ejemplo, sucedió con los representantes aupados por Donald Trump que salieron derrotados; por el contrario, la tendencia fue moderada y los analistas explicaron que los votantes rechazaron a los extremistas.
El discurso extremista que manejan los demócratas y republicanos es muestra de las dos visiones que prevalecen en la sociedad Norteamericana que le están restando calidad a su democracia, más cuando se está usando la violencia como instrumento de acción. El intento de asesinato perpetrado contra Trump, por el joven de 20 años muerto en el momento del atentado, cuyo padre fue el que compró el fusil de asalto R 15 semi automático seis meses antes, son datos interesantes. El tiempo dirá los móviles que lo llevaron a cometer el atentado, si es que se dan conocer o quedará en el limbo como fue el caso de Kennedy.
Uno de los temas polémicos de la actual campaña, es la de los inmigrantes, se trata de endosar la responsabilidad a un factor externo como el causante de los problemas de empleo ( versión falsa porque este indicador cayó a cifras históricas y el crecimiento económico superó las expectativas post pandemia), seguridad, salud, etc. Han asumido la actitud del avestruz (meter la cabeza en el suelo), ocultando información y mintiendo, para ocultar los problemas institucionales y estructurales de la democracia norteamericana. Una actitud tonta porque igual la lava del volcán sigue su destructivo y demoledor camino.
Para Trump este hecho le servirá de catapulta propagandística, ya se verán las fotos con el rostro con sangre, proyectando su heroísmo y entrega por la patria. El populismo y la mentira se confabularán para que el enrarecido clima de la democracia norteamericana siga su inestable rumbo. El tiempo hablará.
@hdelgado10