Emiliano Faría: Reflexiones sobre el sufrimiento (Caso Venezuela)

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Contrariamente a lo que piensa la mayoría de las personas el sufrimiento humano no está relacionado exclusivamente al comportamiento: «Al que obra bien le va bien, al que obra mal le va mal». El sufrimiento es un misterio que escapa a la comprensión del ser humano.

Preguntarse «Porqué me tocó a mi», es como retar a Dios, lo correcto es preguntarse «Para qué me puede servir este sufrimiento». Cuando se cae en desgracia se voltea hacia Dios. Es una herramienta útil para buscar la compañía de Dios, para indagar en los misterios del alma, en el significado de la vida, analizar nuestro comportamiento, arrepentirnos de nuestros errores y del mal que hemos causado a los demás.

El sufrimiento lleva a la reflexión, nos conduce directamente a Dios. No es cierto que es causado por el mal comportamiento, el mejor ejemplo de ello es el mismo Jesús, un hombre santo y correcto que sufrió enormemente, igual que los apóstoles, los santos y muchos otros justos.

Igualmente muchas personas malvadas y dañinas viven una vida alegre y llena de abundancia que nos hace preguntar por la justicia divina. Todo parece un sin sentido, pero sí lo tiene. El sufrimiento es un designio de Dios que nos permite buscar la conversión.

En el caso de Venezuela, el sufrimiento de las últimas décadas nos ha llevado a la reflexión, nos ha conducido más a la fe. Hoy día los templos están más llenos, la gente ora más, hay un sentimiento de arrepentimiento y ganas de redención a través de Dios. Igual que otros países que han atravesado grandes desgracias, Venezuela está lista para vivir una resurrección, aprender de los errores y encaminarnos hacia una sociedad más justa, solidaria, amable, más llena de amor por lo nuestro, con más caridad hacia los necesitados, con más fe en Dios.

Sirva nuestro sufrimiento para corregir el rumbo equivocado del comunismo, la brujería, el ateísmo, el odio, la separación, la venganza, la envidia, la adulación al poderoso, la miseria humana. Estamos próximos a .la redención y a renacimiento como país digno y de progreso, con la participación de todos y la férrea voluntad de cambio de los venezolanos, el 28 de julio es la fecha bendita para dejar atrás tanto sufrimiento y mirar al futuro con fe y amor por nosotros.

Emiliano Faría/ Cineasta venezolano/ @emilianofaria