Un tribunal revolucionario iraní condenó a muerte al rapero Toomaj Salehi por sedición, propaganda contra el sistema e incitación a los disturbios durante las protestas desatadas por la muerte de Mahsa Amini, la joven detenida por llevar mal puesto el velo.
“El tribunal revolucionario de Isfahán condenó a Toomaj Salehi a la pena de muerte por corrupción en la Tierra”, uno de los cargos más graves en Irán, indicó el abogado del artista, citado por medios locales.
Salehi, de 33 años, fue detenido en octubre de 2022, liberado bajo fianza y vuelto a detener sólo 11 días después, en noviembre. Estaba acusado por apoyar públicamente las protestas multitudinarias desencadenadas tras la muerte de Amini, cuando estaba bajo custodia por incumplir el estricto régimen indumentario para las mujeres en la República Islámica.
El tribunal revolucionario acusó al rapero de “asistencia a la sedición, reunión y colusión, propaganda contra el sistema e incitación a los disturbios”, dijo el letrado, añadiendo que apelaría la sentencia, a la que consideró “sin precedentes”.
La muerte de Amini provocó fuertes protestas que durante meses pidieron el fin de la República Islámica y solo desaparecieron tras una represión que causó 500 muertos y la detención de al menos 22,000 personas y en las que fueron ejecutados ocho manifestantes, uno de ellos en público.
El rapero y disidente, conocido por su nombre de pila, Toomaj, ya se ha enfrentado a las autoridades en el pasado y fue condenado a seis meses de prisión y una multa en enero de 2022 por “provocar a la violencia y la insurrección”.
En respuesta, la ONG Human Rights Watch (HRW) condenó la “indignante” sentencia a muerte del rapero iraní Toomaj Salehi.
La ONG criticó el proceso judicial y la condena impuesta al joven de 33 años por considerarlos “un cruel e indignante atentado contra las libertades fundamentales y el derecho a un juicio justo” y ha pedido que sea excarcelado de inmediato.
“El indignante veredicto de Toomaj Salehi es la última manifestación del brutal sistema de justicia iraní”, ha declarado la investigadora para Irán de Human Rights Watch, Tara Sepehri Far.
En un comunicado, la organización ha acusado al Gobierno iraní de hacer de “los tribunales injustos una piedra angular de su feroz represión de la disidencia popular” y ha denunciado que éstos actúen “como si estuvieran facultados para atentar contra los derechos básicos de los ciudadanos y burlarse de cualquier salvaguardia legal existente”.
El artista fue sentenciado a pena de muerte este miércoles por la sala primera del tribunal revolucionario de Isfahán, por “corrupción en la tierra” y “enemistad con Dios” y una serie de cargos que incluyen sedición, propaganda contra el sistema e incitación al caos.
En noviembre de 2023 fue puesto en libertad bajo fianza, pero fue detenido días después acusado de “difundir afirmaciones falsas” tras publicar un vídeo de 14 minutos en el que denunció que fue torturado durante su estancia en prisión.
Salehi, que pasó más de un año bajo custodia, fue liberado después de que el Tribunal Supremo de Irán rechazara el fallo en su contra de seis años de prisión por propaganda contra el Estado en julio de 2023 y enviara su caso de nuevo a un tribunal inferior.
El rapero fue detenido en octubre de 2022 debido al contenido de sus canciones, que, según las autoridades iraníes contenían insultos e incitación a la violencia, incluidos llamamientos a los disturbios en el marco de la última oleada de movilizaciones por la muerte bajo custodia de la joven Amini.
Agencias