En la cumbre del G7, los ministros de Exteriores buscan soluciones a amenazas al orden global como la guerra rusa en Ucrania y la situación en Oriente Medio. Bernd Riegert informa desde Capri.
Los conflictos en Oriente Medio y la invasión rusa en Ucrania son los temas centrales del G7. En los últimos días, varios ministros de Exteriores intentaron influir en el Gobierno de Israel para impedir que lance un ataque militar sobre Irán, en respuesta al reciente bombardeo masivo del país persa.
Antonio Tajani, presidente del G7 y ministro de Exteriores italiano, dijo haber hablando durante «horas» por teléfono con su homólogo israelí, Israel Katz.
Por su parte, el secretario de Estado estadounidense, Anthony Blinken, resumió el mensaje de la cumbre: junto con sus aliados, Israel logró rechazar la agresión iraní, logrando una «victoria defensiva» y evitando una escalada del conflicto.
«Ahora solo tenemos que ver cómo reacciona el Estado judío. Espero que se imponga la moderación», señaló Tajani.
Seguir aislando a Irán
Asimismo, las siete democracias más ricas acordaron seguir aislando a Irán con más sanciones. Además, buscan declarar como organización terrorista a la Guardia Revolucionaria Islámica, una especie de unidad militar de élite de Irán. Hasta ahora, solo Estados Unidos ha dado este paso.
En años pasados, los europeos, en cambio, intentaron mantener abiertos los canales de comunicación con el régimen iraní, con la esperanza de retomar las conversaciones sobre posibles restricciones a su programa nuclear.
En Capri, la ministra alemana de Exteriores, Annalena Baerbock, apoyó una iniciativa para que la Guardia Revolucionaria Islámica figure en la lista de organizaciones terroristas de la Unión Europea. La política aseguró contar con la resolución judicial necesaria de Alemania. Y es que, para ser considerada una organización terrorista, es necesario comprobar que el cuerpo de élite iraní planificó o llevó a cabo un atentado en suelo europeo.
Sanciones para calmar a Israel
Los diplomáticos del G7 esperan que, con las señales enviadas de Capri y Bruselas, se logre convencer a Israel de desistir de un conflicto con Irán.
Si bien la agresión del país persa contra territorio israelí fue condenada claramente, el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, recordó que «ambos bandos deben tener claro que se encuentran al borde de una guerra en toda la región».
Catástrofe en Gaza
Borrell también pidió a sus colegas que no pierdan de vista la situación en Gaza: «La catástrofe humanitaria continúa. Las ayudas solo han aumentado de manera limitada».
Al respecto, medios estadounidenses informan de una especie de acuerdo entre Jerusalén y Washington: al parecer, Israel habría aceptado desistir de una respuesta militar en contra de Irán, si Estados Unidos deja de oponerse a una ofensiva terrestre israelí en Rafah, en la Franja de Gaza.
Más defensa aérea para Ucrania
El otro gran tema de la cumbre del G7 en Italia ha sido la guerra de invasión rusa en Ucrania. En la isla de Capri, el ministro de Exteriores ucraniano, Dmitro Kuleba, pidió, incluso rogó a sus aliados occidentales, que enviaran más armas de defensa aérea a su país. Alemania, por su parte, prometió a Ucrania un sistema Patriot.
También Washington envió señales positivas al respecto. Según el secretario de Estado Anthony Blinken, el Congreso estadounidense podría desembolsar ayudas militares y financieras por 60 mil millones de dólares, este fin de semana, tras meses de bloqueo por parte de los republicanos.
No obstante, Ettore Greco, del centro de pensamiento Instituto Italiano de Política Exterior, cree que serán necesarias más ayudas de Europa y Japón, uno de los miembros del G7: «El G7 seguramente logrará movilizar algo para ayudar a Ucrania, si se toman en cuenta las dificultades en otras áreas y la falta de promesas estadounidenses».
Bernd Riegert