Dámaso Jiménez: MR: el misil de Maduro contra la ruta electoral de la unidad opositora

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Lo expresado en el próximo párrafo es sola una brevísima parte de la narrativa de los mensajes leídos y recogidos a través de “Instagram”, grupos de “Whatsapp” y “X” (antes Twitter) esta semana, luego que el gobernador del Zulia, Manuel Rosales, inscribiera su candidatura por su partido UNT en la madrugada del pasado martes, sin consultar la unidad y en el último momento, pasando por alto la opción acordada por todos los factores de la oposición de inscribir a la ciudadana Corina Yoris.

“Lo importante es llegar a Miraflores”. “Si votamos todos podemos derrotar a Maduro”. “No creo que sea bueno descalificar a los factores que hacen vida en la oposición porque aún es posible negociar con un régimen que está de salida”. “Maduro no va a negociar una salida con quienes pretendan levantar la bandera para perseguirlos y encarcelarlos”. “Soy de los que cree que Manuel Rosales está allí para enfrentar a Maduro y sacarlo del poder”. “Maduro debe estar feliz que los radicales hayan emprendido una campaña feroz contra Rosales”. “Pareciera que el enemigo no es Maduro”. “No estamos de acuerdo con esa guerra tan feroz y desproporcionada contra Manuel Rosales que le hace el juego a la élite gobernante”. “Votar es la única salida”. “Prefiero votar por la opción de Rosales que por Maduro”. “María Corina debe dejar de un lado su ego y levantarle la mano a Rosales, que con su experiencia está en capacidad de derrotar a Maduro”.

Y podrían estar en lo cierto en medio de la crisis política y económica que vive el país, donde se hace vital un cambio urgente de liderazgo; cualquier liderazgo, que pueda sacar del poder al régimen de Maduro a través del voto, esa herramienta civil y sagrada que pudiera  devolver a los venezolanos la libertad para tomar otra dirección distinta al germen que ha destruido Venezuela en los últimos 25 años.

Pero hay liderazgos de cristal que no son tales, con otros intereses distintos a la mayoría que desea recuperar una patria libre, un liderazgo que no está dispuestos a ganar, sino en continuar enriqueciendo su status quo y el de su círculo cerrado, negociando la perpetuidad de este régimen cruel a través de narrativas falsas, mientras la gente los aupa y aplaude. Bien escribió alguna vez el escritor norteamericano Mark Twain: “Es más fácil engañar de nuevo a la gente que convencerlos de que han sido engañados”.

Rosales se mueve hace tiempo entre 2 líquidos de diferente densidad imposibles de mezclar. Por un lado hace parte distanciada de una oposición de la que se jura un “histórico”, pero que lo mira de reojo porque desconfía de su llamada “astucia política”, que no es otra cosa que “vivismo criollo”, o una falta de integridad sobrevalorada, al tiempo que forma parte de los planes de los hermanos Rodríguez, utiliza sus jets privados y disfruta con protección de las mieles de la corrupción, y no solo no cuida las apariencias, las normaliza y que por asuntos y deberes oficiales. Es que no saben como le fascina retratarse con la corporación madurista en ejercicio del poder.

“Hay que taparse los ojos y cerrar los oídos”

Ese martes la opinión pública aún desencajada escuchó con sorpresa y desespero la para muchos “previsible” decisión de Rosales.

En su defensa, los allegados al gobernador del Estado Zulia alegan que no existía otra alternativa. La ruta electoral, dicen, no podía ser abandonada.

Es decir, expropiaron no solo el liderazgo opositor, sino también las estrategias, slogans de campaña, intenciones para con el electorado, toda una puesta en escena para inocular el virus de la incertidumbre a semanas de la toma una decisión electoral definitiva.

Insta a la opción unitaria que carece de poder pero tiene votos, a apoyarlo incondicionalmente o buscar una figura que sea aprobada por Maduro, como él (A confesión de parte relevo de pruebas), para –si así fuese- entregarle la bandera de la candidatura, lo que no ocurrirá porque Maduro le teme justamente a la opción surgida de las primarias porque sabe que es la única opción que puede derrotarlo, que no puede comprar, y porque al fin y al cabo son el quid del asunto de todo este plan perverso que requiere de Rosales para borrar la opción del voto libre de la faz de la historia.  

No cabe duda que fue una estupenda jugada de jaque mate guardada para el momento preciso. Rosales no  participa en las primarias pero disimula cierto interés común con el nuevo liderazgo de MCM adaptándose al sentir popular, hasta que llegado el momento previsto se asume como la única opción circunstancial y apocalíptica para lograr el cambio.

Nora Bracho, la única lugarteniente que le queda a Rosales para cerrar los discursos en una organización política donde sus principales figuras abandonaron el barco hace tiempo, dibujó al político de 71 años como “la única alternativa posible para enfrentar la abstención”.

Pero, ¿por qué asomar la abstención como principal argumento de su extraño golpe a la unidad, cuando el discurso del liderazgo natural elegido en unas primarias, de las que Rosales como ya sabemos prefirió abstenerse de participar, nunca se ha salido de la ruta electoral?

¿Por qué romper con el acuerdo que fortalecía el voto de la unidad inscribiendo en ese último momento a la académica venezolana Corina Yoris, carente de rechazo, señalamientos administrativos o políticos que pudieran objetar su participación?

¿En qué se basó la decisión que dijo que tenía que tomar y la tomó? ¿En traicionar esa ruta electoral decidida y establecida por los factores de la oposición que si deseaban confrontar a Maduro? ¿En suscribir y formar parte del plan Maduro para disimular un evento electoral que lo legitime por otros 6 años más?

Ya lo vimos hacerlo en el 2006 cuando le levantó la mano a Chávez y el teniente coronel no solo le incumplió su promesa de aceptarlo como líder único de la oposición de entonces, sino que se negó a compartir el asalto de los negocios petroleros con semejante visión “crapularia” de la política, y lo persiguió (¿antes que develara lo ocurrido?). Celos y desacuerdos de mafiosos.

«Si me matan y me muero«

Es lógico pensar que por ninguna razón ni motivo Maduro está dispuesto a participar en unas elecciones competitivas que pueda perder, pero no puede hacerlo solo, necesita la complicidad de una oposición mercenaria pagada con los mismos recursos petroleros a los que tiene acceso el régimen. Los 12 apóstoles electorales de Maduro están encabezados ahora por una  figura de peso capaz de legitimar la estafa por encima de los votos.

Hasta el momento de tomar la decisión de irrespetar el liderazgo alcanzado por la participación de casi 3 millones de venezolanos en las primarias del 22 de octubre, Rosales nunca criticó el bloqueo a la doctora Yoris.

No le pidamos “peras al Olmo”. Tampoco ha enfrentado al régimen como gobernador opositor en una región maltratada hasta la demencia por los apagones, ni ha salido en defensa por el abuso y persecución de los zulianos que protestan por tanta ruindad; por el contrario lo pusieron a compartir el poder regional que presume, con el responsable de tan nefastos apagones, el general Néstor Reverol.  

Al menos los izquierdistas del Foro de Sao Paulo, Lula Da Silva y Gustavo Petro se atrevieron a confrontar los insalvables excesos y abusos de Maduro al acotar que “no existe ninguna explicación jurídica o política para prohibir la candidatura de Corina Yoris”.

Rosales ha sido incapaz de dar unas declaraciones así, se le nublaría la mente y se le enredarían las palabras en la mitad de las frases, como ya es costumbre. Tampoco le da la gana. Tanta riqueza fácil lo ha convertido en un jarrón chino de la dictadura feroz.

Pero no estamos solos ni vivimos aislados. Los planes de Maduro han sido develados. Es una mancha hasta para la continuidad de sus antiguos aliados internacionales. No hay narrativa posible que de legitimidad a una organización delictiva que entregó la soberanía nacional a la invasión cubana, rusa e iraní y convirtió el país en una oscura guarida de grupos terroristas con petróleo, a pesar que muchos consideren que la única opción posible siga siendo pedirle permiso con la cabeza gacha a la generación criminal para hacer cumplir la Constitución y las leyes de la República y ejercer nuestros derechos soberanos como venezolanos.

@damasojimenez