Faltando “cinco pa´las doce, justo cuando el periodo de postulaciones va a terminar”, la gente que representaba a Rosales en la reunión de la PUD, para dirimir la cuestión de la candidatura presidencial, sale presurosa de la reunión, sin decir “ me perdonan que me vaya de la f..reunión” no para ver “a mi mamá” sino para inscribir a Rosales en el CNE, justo con la activación de la tarjeta que había sido negada una y otra vez, por el CNE, para la postulación de la profesora Corina Yoris.
¿Es esto reprochable? No y si. No, para aquellos que piensan que en el mundo real, la política trata precisamente de como “acceder al poder y mantenerlo, controlar las instituciones y legitimar retóricamente los mandatos”. Algunos hasta llegan a sostener “que todo vale”. Si, para aquellos que piensan que “todo ello debe tener un fin moral…”.
El caso es que Manuel Rosales siempre se ha movido políticamente, dentro de los límites de lo que podría llamarse el “realismo político clásico”. Claro, seamos sincero, él no sabe que es esta vaina. Pero, siempre ha actuado de manera pragmática, dentro de ese paradigma. Por eso, en esta ocasión se subsume dentro de las reglas prefiguradas por el régimen dictatorial que determina autoritariamente lo que es políticamente posible de lo que es políticamente imposible. Rosales, sería lo políticamente posible para el régimen y MCM sería lo imposible. Casi con seguridad, no hay, en la Venezuela de hoy, una figura política más pragmática que Rosales
De allí, que podemos inferir, que su postulación no fue el producto de un momento inspirador que surge al calor de una larga noche de discusión y de una posición de sacrificio patriótico por el bien del país, de los venezolanos y de la democracia, sino que había sido calculado de antemano.
Es una historia bastante torcida según la cuenta Alejandro Hernández en su artículo “La conjura de los desplazados” del día 27 de marzo en La gran Aldea. Hernández es el mismo periodista que ya había anunciado en su cuenta X, el 9 de marzo, que el chavismo con la anuencia de Rosales y UNT fraguaba reducir las tarjetas posibles para MCM. Por supuesto Hernández fue descalificado y hasta maltratado por la dirigencia de UNT, aunque después el CNE, con el apoyo de Aime Nogal (UNT) eliminaron las tarjetas de Convergencia y Movimiento por Venezuela.
Sin embargo, después de las primarias del 22 de octubre, emerge una realidad distinta que implica un cambio significativo en las formas de asumir y hacer política y que seguramente le traerá problemas a esa clase de políticos que piensan que la gente es solo naturaleza inerte y que pueden ser manipulados y factibles de calcular su acción en el futuro.
¿Qué problemas, por ejemplo, le traería a Rosales? Bueno, Rosales tiene una visión egocéntrica de la política y de la sociedad. Nora Bracho en su discurso lo dibuja perfectamente: “Cada venezolano es Manuel, Yo soy Manuel, las mujeres somos Manuel, los jóvenes son Manuel… todos somos Manuel”. En teoría concebir la política desde esta concepción implica que ese ego busca producir efectos sociopolíticos en una sociedad que es concebida como exterior a él y que lo favorecen. Solo que, en este mundo, Rosales no es el único actor. No hablo de los otros candidatos que dicen ser opositores. Hablo de un ego mas grande que el suyo: el de Maduro, que al igual que Rosales dice ser “la patria, el pueblo, los trabajadores, las mujeres etc.” y, que busca como objetivo mantenerse en el poder y, que tiene en sus manos precisamente todo el poder para producir los efectos que lo favorecen.
Por supuesto, la situación provocada a raíz de las primarias se puede caracterizar como un nuevo “momento constitutivo”. Y aunque no lo parezca, reitero que es una nueva situación sociopolítica, donde la gente no puede ser calculada de antemano ni manejada al antojo de los que suelen llamarse lideres. Así, ocurrió el 22 de octubre donde se volcó a votar por MCM, en las primarias que el gobierno anticipaba un fracaso y, que cuando, el régimen, lo convocó a votar en el referéndum sobre el Esequibo se quedó en sus casas y no fue a votar por un asunto donde supuestamente se discutía una cuestión de interés patrio.
Con ello quiero decir, que estamos en un momento donde la gente puede construir sus propias reglas, diferentes a las preestablecidas por el régimen. Esto es precisamente lo que MCM representa hoy para la gente: La capacidad de reescribir las reglas políticas, lo que podríamos llamar política que politiza, cuyo objetivo es que las reglas de la gramática oficial, lo que en teoría política llamamos política politizada, no operen.
Por otra parte, la figura de Rosales es controversial. Él, ha sido objeto de disimiles formas de cancelación y desde hace bastante tiempo de todo tipo de ataques, desde las acusaciones de Chávez quien lo persiguió hasta hacerlo huir del país, llamándole “ladrón de siete suelas”, hasta ser acusado hoy, por sectores de la oposición, de colaboracionista del régimen dictatorial. Además, ha sido objeto de las más variadas formas de burlas por sus “decires”, que les ha servido a sus detractores de menospreciarlo intelectualmente y hasta hubo alguien que le puso el apodo de “El filósofo del Zulia”.
Presumo que estos ataques lejos de desaparecer se harán mucho más presente y con seguridad recibirá el ataque de “traidor”. Habrá quienes aleguen en su defensa que traidores fueron Judas y Pedro, pero, que gracias a esas traiciones surgió el cristianismo. Más contemporáneamente, alguien podría decir que Juan Carlos de Borbón traicionó el legado de Franco y gracias a ello hoy España cuenta con democracia.
Y, de verdad, yo, no sé si Rosales puede convertirse en nuestro “Buen traidor” o, ser simplemente nuestro “Peor es nada” o, que termine convirtiéndose, en “Nada es peor que Rosales” Lo que si parece una certeza, es que, si el régimen ha sido capaz de impedir la inscripción de una candidata que no tiene nada reprochable, todo lo contrario, solo por estar apoyada por MCM, bien pudiéramos suponer que el régimen que cuenta con todo el poder del aparato del Estado en sus manos, que se ha enfrentado con todo un artesanal de artimañas contra la oposición, desconozca cualquier resultado adverso, o que aun viéndose derrotado, de ante mano, por el hartazgo de la gente que decida votar por ejemplo, por el mismo Rosales, Márquez, incluso Rausseo, asuma el despropósito de suspender las elecciones.
De producirse estos últimos escenarios todos esperaríamos, que el ganador, eventualmente desconocido por el régimen, no nos pida que por el bien de la patria y para evitar una violencia que implique derramamientos de sangre que nos vayamos todos a nuestras casas y que a las 8 de la noche hagamos un cacerolazo.
@enderarenas