1. Maduro y el chavismo gobernante están confiados en ganar las elecciones presidenciales. Hasta ahora todo lo está saliendo bien. Tanto la división opositora como una posible abstención masiva van viento en popa.
2. Pero, como dije recientemente, Maduro no se confía del todo. Ya tienen la experiencia de Chávez en el referéndum de 2007, quien sobrestimó su liderazgo individual y perdió. Pensó en su reelección indefinida e ignoró a los gobernadores y alcaldes. Resultado: más de 3 millones de chavistas no fueron movilizados a votar. Allí comprendieron que la verdadera capacidad de movilización la garantizan los poderes locales.
3. Por eso Maduro – cuyo liderazgo es inferior al de Chávez- necesita convocar una mega elección para poder blindar su hipotética victoria en 2024, no vaya a ser que a la oposición le entre un rayo de luz celestial y se unan como en 2015, y además construyan una poderosa narrativa electoral, pisen tierra y busquen un candidato que sea capaz de ganar, cobrar y gobernar. No es fácil pero no imposible.
4. Pero hasta ahora, la oposición está haciendo las cosas tal como aspira Maduro. Los venezolanos que quieren un cambio le exigen al liderazgo opositor la máxima unidad, coherencia, desprendimiento y mucha entrega a la solución de los problemas del país, sin embargo terminan haciendo todo lo contrario. Ni están unidos, ni actúan coherentemente, ni vemos desprendimientos personales, y no están enfocados en las soluciones.
5. Cuando la oposición ha actuado en concordancia con lo que exigen los venezolanos, la mayoría absoluta de estos ha salido masivamente a apoyarlos. Las elecciones parlamentarias de 2015 ha sido el mejor ejemplo.
6. Respecto a la unidad opositora, está será imposible de alcanzar mientras el factor aglutinante sea la selección de un candidato presidencial. Hay muchos factores humanos -más que políticos- que se interponen. Una vez más están haciendo las cosas al revés.
7. Lo único que puede amalgamar a la oposición (o a cualquier agrupación política) es tener un objetivo común. La unidad no es un fin en sí mismo sino un recurso más para alcanzar un objetivo determinado.
8. Por tanto, lo relevante es, en primer lugar, definir el objetivo que cohesione políticamente a los opositores para luego pensar en el candidato presidencial unitario que garantice mejor la conquista de ese objetivo. La pauta la dicta el objetivo, no un candidato en particular. A decir verdad, la multiplicidad de candidatos que se auto perciben como los salvadores de la patria, son el mayor obstáculo.
9. De manera que el problema opositor es más político que electoral. Es urgente que definan su objetivo, es decir, qué es lo que quieren alcanzar, y cómo, y con quiénes, y cuándo. Esta es la mega tarea que han debido ejecutar ayer. Una vez que tengan definido el objetivo, todo lo demás fluirá fácil. Si no tienen claro a dónde quieren ir, jamás llegarán.
Próximo Micro Análisis: El Objetivo.
@JesusSeguias / 28 Agosto 2023