Padre José Palmar: Primarias para la unidad

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Paz y bien!                                

Sabemos perfectamente que la salida de los sátrapas del narcorégimen de Nicolás Maduro no será por la vía electoral. Eso es indiscutible. Sin embargo, en la lucha política, y más aún contra unos delincuentes investidos de autoridad que sobreviven en el poder gracias al narcotráfico y lavado de divisas, la evacuación definitiva y total de esos sátrapas será a través de una fusión de acciones muy precisas y cohesionadas entre sí.

Estas acciones son primeramente de carácter judicial, deben ir a la cárcel, presos a cadena perpetua sin derecho a beneficios, para que paguen todas sus fechorías, crímenes y delitos.                            

Segundo, para que la primera acción se logre, se hace necesario una intervención armada en común acuerdo con las Naciones Unidas. Esta acción militar debe ser con rasgos muy precisos, personalizado y con objetivos de identificación específica. Esto no es una utopía es una vía.

Tercero, para que estas acciones se den, se hace urgente, la reunificación de esfuerzos comunes en lo político; aquí juega un papel fundamental las estructuras partidistas sin la complicidad del contubernio de la oposición funcional con las mafias del narcorégimen.

Además es pertinente el renuevo de un liderazgo nacional, sin el trasnocho inmoral de la traición política y de las felonías de la mezquindad institucional.

Lo ideal sería que el nuevo liderazgo no se quede en un solo rostro, ni en un solo nombre, ni mucho menos en un único partido, que muchas veces está maniatado por dictadores de oficio que se apoderan de las toldas políticas. El nuevo liderazgo nacional de emergencia debería lograrse por medio de la sensatez humana, por el consenso institucional, por la anuencia política, por la aquiescencia ciudadana, y por la legitimidad que ofrece la moral, de lo contrario este milagro en este momento de divisiones políticas, egoísmos partidistas y ruindad institucional es totalmente imposible.                        

El instrumento de las PRIMARIAS es una opción electoral interna viable para que surja el nuevo liderazgo, más que un líder solitario e íngrimo, debe ser un líder de líderes, un paladín de héroes de casa, una cabeza no un cabecilla. Ese nuevo liderazgo tendrá una persona que aglutine esfuerzos comunes, que convoque al país a cerrar filas en la nueva unidad, que reúna a todos los sectores democráticos, que abra los espacios sin discriminación ni exclusiones, sin el espíritu del caudillismo político ni mucho menos con la mentalidad del clientelismo de la codicia.

Unas primarias no sacarán a los malhechores de Miraflores ni a los traidores del Tiuna, claro que no, pero le dará al país la posibilidad del renacimiento de ese liderazgo que a nivel nacional creará fuentes de integración y de esperanza, y que a nivel internacional será el nuevo protagonista sin protagonismo exacerbado y el nuevo líder sin egoísmos que necesita Venezuela para trabajar por el país y no para conseguir prebendas para un partido manchado por la corrupción y el pillaje.

A manera de conclusión, los narcoterroristas que dejó el golpista Hugo Chávez no saldrán con votos, pero unas primarias en unidad nos dará la faz de la futura libertad. Yo voy a votar en las primarias, todos saben cual es mi opción y mi opinión. Recuerden que el pecado más grave en la moral religiosa y en la ética espiritual es el de omisión.

Parafraseando a Jesús el Señor en su enseñanza sobre el juicio final, pudiéramos decir sin ánimo a caer en blasfemia bíblica: “En verdad les digo que cuanto dejaste de hacer con uno de estos más pequeños, también conmigo dejaste de hacerlo» (San Mateo 25, 45). Siempre prefiero caer por equivocación que por omisión. Dios bendiga a Venezuela y bendiga a todos los venezolanos. Amén!                       

Padre José Palmar sacerdote católico venezolano en el exilio (redactado el 12 de junio 2023)