El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y el líder brasileño, Luis Inácio Lula de Silva, criticaron el lunes las sanciones de Estados Unidos contra Venezuela, en la primera visita que realiza el jefe del régimen venezolano a Brasil desde 2015, en una búsqueda del mandatario brasileño por lavarle la cara a Maduro y desmentir las violaciones de los derechos humanos ante 11 presidentes suramericanos.
Lula calificó las sanciones estadounidenses de «extremadamente exageradas» y criticó a Estados Unidos por negar la legitimidad de su socio del Foro de Sao Paulo, a quien Washington considera un líder autoritario que no ha permitido elecciones libres.
El expresidente Jair Bolsonaro, había prohibido la entrada de Maduro a Brasil cuando asumió el cargo en 2019, una medida que Lula levantó cuando regresó al poder este año.
«Estamos viviendo un momento histórico… es difícil creer que pasaron tantos años sin dialogar con un vecino con el que compartimos la región amazónica», dijo Lula en una conferencia de prensa conjunta.
Entre los temas en su agenda estaba una gran deuda que Venezuela ha contraído con el Banco Nacional de Desarrollo de Brasil, dijeron funcionarios brasileños. El ministro de Finanzas de Brasil, Fernando Haddad, tenía previsto reunirse con Maduro y Lula, agregaron, y con el presidente de la petrolera estatal Petrobras, Jean Paul Prates.
Lula dijo que discutió con Estados Unidos y otros socialdemócratas sobre la legitimidad de Maduro y las sanciones que enfrentan altos funcionarios de su gobierno por lavado de dinero, corrupción y narcotráfico. “Creo que es realmente absurdo que nieguen que Maduro es presidente de Venezuela”, dijo Lula Da Silva, principal señalado del escándalo de Oderbrecht con el que financió gobiernos de izquierda en América Latina.
Las declaraciones del mandatario brasileño minimizan las violaciones a los Derechos Humanos que durante los últimos tres años han sido visibilizadas y sistematizadas en informes por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Maduro, la víctima
Durante la reunión que se realizó en el Palacio Presidencial de Planalto, Nicolás Maduro se victimizó, insistiendo en que su gobierno ha resistido todo tipo de sanciones y que Venezuela ha sido objeto de un cerco «ideológico» montado por la ultraderecha global.
El presidente de Brasil no es el único mandatario de la región que ha abogado por Nicolás Maduro. Anteriormente, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, pidió a Joe Biden levantar las sanciones a medida que se cumple la agenda electoral.
Reuters y Agencias