Hugo Delgado: La mitificación tecnológica

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A la memoria del profesor Asdrúbal Cuauro, una gran persona.

¿Cómo explica la humanidad que entre más instrumentos de comunicación poseen, el individualismo, los problemas relacionales, el aislamiento, el suicidio y la ruptura de los grupos familiares, se acentúan peligrosamente, generando una sociedad más automatizada y difícil de gobernar?

Las invenciones y los cambios de la humanidad van de acuerdo con las necesidades e intereses del hombre. Es quien los alimenta y moldea, de acuerdo con sus emociones y ambiciones, haciéndolas más complejas en la medida que pasa por las diferentes fases de su desarrollo, tal como lo plantea, entre otros, Yuval Noha Harari, de la Universidad Hebrea de Jerusalén,  en su obra De animales a dioses, una breve historia de la humanidad: Cognitiva, agrícola y científica.

Cada instrumento de comunicación desarrollado por el hombre, desde la rueda, el hierro, la canoa y el caballo, hasta el Internet, las redes sociales, la biotecnología y ahora la Inteligencia Artificial (IA), ha generado grandes cambios.

Quizá la advertencia del clásico de la literatura política, Nicolás Maquiavelo, en su clásica obra, el Príncipe ( 1532), explique un fenómeno ocurrido entre fines del siglo XX y el XXI: “El exceso de tranquilidad genera sociedades blandas”. Y mientras el modelo democrático, planteado hace más de 2000 años en la antigua Grecia, abrió su abanico de aceptación de distintas corrientes de pensamiento, se colocaba un manto en el mundo que cegó a las mayorías, mientras en su subsuelo se generaban aceleradas transformaciones tecnológicas en su Ecosistema Digital, cambios misteriosos que erupcionaron en 2022, pero cuyo magma, el GPT, ya venía haciendo ebullición antes de 2018.

Sin embargo, ya lo decía San Juan Pablo II (1920-2005): Siempre estoy pendiente de lo que ocurre en Estados Unidos de América (EUA) porque eso ocurrirá en el mundo dentro de 10 años. Eso pasó con el Internet, la telefonía móvil y ahora con la IA. Unos los referirán como temas de ficción, de moda o un asunto que llamaba la atención, otros lo utilizan para hacer plagio en las universidades y colegios, o manipular o generar fakes news; unos pocos para generar nuevo conocimiento o ejercitar el análisis,  y la mayoría como herramienta para trabajar sin aportar nada nuevo. 

Lo cierto es que el fenómeno social de “la brecha de la desigualdad” se está acentuando, dice el Premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz (2001), y eso, como escribe otro estudioso de este asunto, Anthony Pikkety, como característica de la humanidad y de su invención, el capital, puede estabilizarse, tomando diferentes formas generadas por el conocimiento y  las fases avanzadas del desarrollo. La gran pregunta, es ¿qué rol están o van a jugar, los distintos países y sus sociedades en este nuevo brinco cualitativo de la humanidad? Lo confirma, también, Ziha Quresh (2019) : “La desigualdad de la renta ha aumentado en casi todas las principales economías avanzadas desde la década de 1980, en un período de auge creciente de las tecnologías digitales”. Y eso se evidencia en Latinoamérica, región que se ha convertido en actor pasivo, usuaria de herramientas y no en generadora o innovadora de conocimiento.

Decía en entrevista reciente, el ex secretario de Estado, Henry Kissinger, al analizar el impacto de la IA, (Cómo evitar la tercera guerra mundial, The Economist, 18-05-2023):“Reconoce que ni siquiera los expertos en IA saben cuáles serán sus capacidades. Cree que la inteligencia artificial se convertirá en un factor clave de la seguridad dentro de cinco años. Compara su potencial perturbador con la invención de la imprenta, que difundió ideas que contribuyeron a provocar las devastadoras guerras de los siglos XVI y XVII”.

Al respecto en un extraordinario trabajo, el periodista zuliano y editor de venezuelausa.org, Dámaso Jiménez (17de mayo de 2022) escribe: “Desde la pólvora, pasando por la imprenta, los virus, las vacunas, la electricidad, la industrialización de los alimentos, la radio, la televisión, la internet, la globalización, cada una de estas circunstancias de progreso y avance tecnológico han sido satanizados como el Armagedón que acabará con la esencia de la civilización, otorgándole un poder que no podemos ver pero que mueve los hilos a su antojo para esparcir miedo y terror a cambio de vendernos seguridad y control”.

Como toda novedad tecnológica, se generan pros y contras y ante la rápida evolución del Ecosistema Digital, el mundo impactado por el Internet, la biotecnología, las redes sociales, la telefonía móvil y la  IA, va directo hacia su regulación. La humanidad ha demostrado que el vivir en comunidad o grupos sociales, tiene que establecer sus reglas para controlar su gran “Leviathan” y eso va a ocurrir, de lo contrario se profundizarán los efectos destructivos de las fakes news y la aplicación de la justicia vía Twitter, que dejará de ser “ciega”, más cuando está demostrado que la debilidad por el poder y el dinero, sólo cambian de moda, más no de intenciones.

«Algo increíble está sucediendo en el mundo de la inteligencia artificial, y no es del todo bueno», escribió Gary Marcus, una de las principales voces en el debate sobre la IA en la actualidad (BBC Mundo 11 de mayo de 2023). A su juicio, el lanzamiento de ChatGPT nos lleva al «momento Jurassic Park» de las máquinas: la posibilidad —como en la película de Steven Spielberg— de que la situación se salga de control. «Los sistemas de inteligencia artificial que tenemos ahora no están bien controlados. Todavía no es una situación terrible, pero la gente le está dando cada vez más poder. Y no sabemos qué pueden hacer esos sistemas en una situación determinada».

Para los amantes del cine ficción y las tiras cómicas, que vieron películas como la Guerra de las Galaxias, Terminator, Robocop y “Yo, Robot”, la obra cumbre del escritor clásico, Isaac Asimov, o leyeron Dick Tracy, solo observaron los antecedentes de lo que venía.

Lo cierto es que este gran salto cualitativo será polémico, generará esperanzas, retos y temores. Sus propios gestores como, Bill Gates ( Microsoft), Mark Zuckerberg (Facebook), Elon Musk (Tesla) y Sam Altman (OpenAI), piden regulación. Sus años de investigación en el área los lleva a saber el impacto que tendrá en la humanidad.

Marcus detalla: «Tu calculadora tradicional tiene garantizada una respuesta aritmética. Pero los grandes modelos de lenguaje no la tienen». Se refiere al sistema detrás de ChatGPT, los LLM (modelos de lenguaje grande), que almacenan cantidades ingentes de datos y generan, a través de potentes algoritmos, respuestas de aproximación basadas en lo que ya han dicho los humanos”.

Los cambios también implican modificaciones en campos sensibles como el laboral, tendrán que cambiar los programas de formación, las funciones profesionales y técnicas, los modelos de compensación salarial, desaparecerán procesos repetitivos y se instrumentarán  otros como el planteado por los tecnócratas de la década de los 30 del siglo XX, por cierto el abuelo canadiense de  Musk, Josuah Haldeman,  fue uno de sus impulsores de la supremacía de la tecnocracia en la gobernanza de la sociedad.

En el campo del periodismo la transformación es inevitable. Ya  el efecto horizontalizador del Internet, la telefonía móvil y las redes sociales lo está haciendo, ahora con la IA, Dámaso Jiménez escribió:“El oficio del periodismo perdió mucho de la ética, la responsabilidad y el respeto a la fuente y la información una vez que se perdió el profesionalismo para dar cabida a millones de parlantes informando desde un sin número de cuentas en Twitter o Instagram sobre lo que cada quien “cree” o considera que ocurrió. Fue la mejor forma de generar el caos de la desinformación absoluta sin vuelta atrás. Sin importar si están basados en datos falsos, se juzga y se condena, y lo peor es que el nuevo papel de los medios e instituciones es darle valor y poder a esta demanda de odio con el mote de “la viralización de las redes”. La guerra de las nuevas narrativas del poder terminó asesinando la verdad, la investigación, el periodismo serio y las democracias, sin levantar ninguna sospecha y sin que a nadie le importe”.

Sobre el anterior asunto, OpenAI, la empresa detrás de ChatGPT, emitió un comunicado diciendo que el programa «no siempre genera respuestas precisas». Esto sucede porque los millones de parámetros que maneja  la IA son generados por el hombre en todo el mundo y será un reto para él mantener la supremacía sobre lo artificial. El peligro es que la falta de garantías en “la respuesta precisa” puede afianzar poderes, desigualdades  y la destrucción de la civilización. 

@hdelgado10