Algunos bancos como KeyCorp -matriz del KeyBank en Cleveland-, Zions (Salt Lake City) o Comerica (Dallas) se vieron sacudidos brutalmente sacudidos.
La mayoría de los bancos regionales de Estados Unidos han visto caer sus depósitos desde la crisis bancaria, pero sus resultados trimestrales «no preocupan» al mercado.
Eso es lo que dicen algunos analistas y la prensa de tendencia izquierdista, pero otros sí otorgan gran importancia al tema.
Varias de estas entidades de tamaño mediano vienen publicadon sus cifras de actividad desde principios de la semana, apenas un mes después de la caída de tres bancos, entre ellos dos de las tres mayores quiebras de la historia de Estados Unidos.
Algunos bancos en particular KeyCorp -matriz del KeyBank con sede en Cleveland-, Zions (Salt Lake City) o Comerica (Dallas), cuyos resultados llegaron el jueves, se vieron [brutalmente sacudidos] durante los días posteriores al estallido inicial. El último perdió hasta el 55% de su valor de mercado en pocas horas.
El jueves, Wall Street no fue muy dura con Comerica y KeyCorp, que perdían 1,74% y 1,49% respectivamente, mientras Zions tuvo más dificultades (-4,65%), tras la revisión de los objetivos para sus resultados anuales.
Como se esperaba, todos han visto reducir su base de depósitos. Mientras que algunos se trasladaron a los bancos más grandes de Estados Unidos, el resto abandonó el sistema bancario por completo.
«Los retiros masivos se han desacelerado», dijo el director financiero de Comerica, James Herzog, en la conferencia telefónica. «Durante las últimas dos semanas de marzo, vimos un regreso a los movimientos más normales».
Los retiros de fondos se produjeron principalmente en grandes cuentas, cuyo saldo superaba con creces el techo garantizado por el gobierno estadounidense, es decir, 250.000 dólares por cliente.
La mayoría de los bancos regionales han visto erosionar sus ingresos netos por intereses; o sea, la diferencia entre los intereses que ganan al prestar dinero y los que pagan a los ahorristas que depositan su dinero.
El escenario contrasta con los resultados de gigantes como JPMorgan Chase, Bank of America o Wells Fargo, que durante el primer trimestre del año evolucionaron mejor de lo esperado.
Agencias