Hugo Delgado: ¡Muévete!

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¿Ahora le toca a la derecha? Durante dos décadas en el poder en Latinoamérica, la izquierda inepta y corrupta, sucumbe ante sus errores, sus visiones obsoletas y prácticas poco éticas. La historia política del continente muestra como las sociedades prueban con unos y luego con otros. Poco importan la realidad contextual, la preparación del candidato y su integridad moral, interesa el “qué me va a dar”, así sean falsas sus promesas.

Lo ocurrido, en las últimas semanas, es interesante porque en nada favorece las intenciones y objetivos del Foro de Sao Pablo (FDS), en su afán por monopolizar el poder en Latinoamérica. Primero, con Cristina Fernández de Kirchner (CFK) por corrupta, según lo decidió la justicia de Argentina; luego, con Pedro Castillo, por querer brincar la talanquera institucional, violentando las leyes de la alicaída democracia peruana.

Es la Latinoamérica aupada por la fracasada Cuba, las autócratas China (comunista) y Rusia, y el Foro de Sao Pablo, que ya entraron en franca lucha contra la institucionalidad democrática y sus libertades, mientras la burocracia diplomática del continente, liderada por Estados Unidos de América (EUA), duerme. Muestra del trabajo articulado del FDS fue el apoyo público expresado por cinco presidentes a CFK: Alberto Fernández (Argentina), Andrés Manuel López Obrador (México) Luis Arce (Bolivia) Gustavo Petro (Colombia) y Pedro Castillo (Perú).

En agosto 2022, el presidente, Alberto Fernández, asumiendo una actitud gansteril, amenazó públicamente al fiscal que maneja el caso de CFK, Diego Luciani, insinuando que le podía pasar algo similar a lo sucedido con su colega, Alberto Nisman (2015), quien apareció muerto un día antes de comparecer ante el Congreso, en donde explicaría los detalles de su investigación relacionada con el “encubrimiento de la Vicepresidente” en el atentado a la Mutual Israelita de Buenos Aires (AMIA), ocurrido en 1994, en el que murieron 85 personas y hubo más de 300 heridos.

Ahora, el fiscal Luciani, quien solicitó contra CFK, el pasado agosto de 2022, una pena de 12 años de prisión por dos delitos relacionados con corrupción y su inhabilitación política de por vida, afectando sus posibles aspiraciones presidenciales en 2023, logró una condena menor (6 años) aunque legalmente es difícil de cumplirla, dada la inmunidad que posee. El anuncio del Tribunal Oral Federal No.2. descartó uno de los cargos y redujo la sanción inicial, lo que supone que hubo negociaciones.  Esta vez, la Vicepresidente dijo que no aspiraría a ningún cargo en 2023 ¿Qué cambió esta vez?

En el caso peruano, Cuando Castillo, quien fue maestro y activista sindical, declaró que estaba conformando un nuevo gabinete que gobernaría por decreto, pareció ir demasiado lejos. En apenas unas horas, sus ministros renunciaron en masa, las fuerzas armadas y la policía nacional del país se negaron a respaldarlo, fue detenido y Boluarte fue juramentada. La corrupción, la frustración generalizada por la creciente desigualdad y la ira contra la élite han alimentado la desconfianza y el populismo en toda la región (NYTimes 8-12-2022).

En seis años, Perú ha tenido seis mandatarios: Pedro Pablo Kuczinsky (julio 2016-marzo 2018); Martín Vizcarra (marzo 2018-noviembre 2020); Manuel Merino (10 de noviembre 2020-15 de noviembre 2020); Francisco Sagasti (noviembre 2020-julio 2021); Pedro Castillo (julio 2021- diciembre 2022) y Dina Boluarte (diciembre 2022).

El gobierno de Estados Unidos, por medio de su embajada en Lima, expresó su rechazo a “cualquier acto extra constitucional del presidente Castillo”. Mientras, la mafia izquierdista volvió a actuar, tal como sucedió con CFK. Desde México, el canciller Marcelo Ebrard suspendió la Cumbre de la Alianza del Pacífico que reuniría en Lima a los presidentes izquierdistas Andrés Manuel López Obrador, Gabriel Boric y Gustavo Petro, como un gesto de apoyo a Castillo, a quien el Congreso había negado su salida del país para acudir a esa cita, originalmente prevista a realizarse en México (El Mundo 25-08-2022)..

La precariedad de la gestión Castillo se fundamenta en la forma como llegó al poder y sus actos posteriores. La apreciación del articulista Ángel Oropeza (El Nacional 27 de octubre de 2022): El Banco Mundial ha definido la gobernabilidad como “el conjunto de tradiciones e instituciones mediante las cuales se ejerce la autoridad en un país. Esto incluye el proceso mediante el cual los gobiernos se seleccionan, se monitorean y se reemplazan; la capacidad del gobierno para formular e implementar políticas adecuadas de manera efectiva; y el respeto de los ciudadanos y del Estado por las instituciones que gobiernan la interacción económica y social entre ellos”. 

Para el pensador italiano Norberto Bobbio, “una sociedad se vuelve más ingobernable en cuanto más aumentan las demandas de la sociedad civil y no aumenta paralelamente la capacidad de las instituciones para responder a ellas” (1985, Estado, Gobierno & Sociedad)”. La gobernabilidad –entonces-, escribe Oropeza, se relaciona con el grado de eficacia y eficiencia en el desempeño del equipo gubernamental. Es por ello que su ausencia o disminución, conocida como “ingobernabilidad”, se define como la falta de control sobre los procesos políticos y económicos de un país por parte de quienes le dirigen. Lo ocurrido en Perú materializa lo escrito por el articulista.

Lo de CFK, muestra que la impunidad se impone. En un continente plagado de mandatarios corruptos, dice Moisés Naim, es preocupante el número de presidentes latinoamericanos involucrados en actividades ilícitas: Evo Morales (Bolivia), Rafael Correa (Ecuador), Lula da Silva y Dilma Rousseff en Brasil, y Ricardo Martinelli (Panamá). Entre 2000 y 2022, más de una veintena de ex mandatarios son investigados, condenados o extraditados por malversación de fondos. Otra característica, es que los corruptos se convierten en víctimas, manipulando a la opinión pública.

Al analizar la situación de las democracias en Latinoamérica, dijo Steve Levitsky, profesor de gobierno en la Universidad de Harvard, “No están prosperando, solo “están sobreviviendo, y eso no es poca cosa”. Una advertencia, como dice Keanu Reeve en su película de 2008, El día que la tierra se detuvo: El mundo se mueve cuando se encuentra al borde del abismo. Todas las civilizaciones han demostrado que tienen un punto de crisis”. Y el continente está demostrando que está llegando al precipicio.

Eso implica que es necesario moverse, como dice el cantautor panameño, Rubén Blades, en su canción Muévete: “Pero hoy día llega la necesidad de seguir un rumbo diferente, ven danos la mano pa’ acabar con la maldad…”. De eso depende el futuro de la sociedad. El mismo músico en otra producción (Patria) dice: “La patria no la define el que oprime a su pueblo”, tal como sucede en la Venezuela chavista y la Nicaragua de Daniel Ortega, y abre el paréntesis para que actúe la ciudadanía.

Según el docente de la Universidad de New York, Scott Galloway, en las democracias se necesitan pesos y contrapesos. Al referirse a la izquierda, dice, esta cree que todos deben tener los mismos principios y normas, de lo contrario son blancos de su descalificación y ataques, irrespetando así la diversidad de pensamiento y la crítica. Considera que es necesario interactuar más porque existe la tendencia hacia el encerramiento de las comunidades influenciadas por la tecnología.

Es la hora del ciudadano verdadero, del que no da la espalda a los problemas, y tampoco teme a las balas, porque ellas no matan la verdad sustentada en la razón, la justicia y la libertad, como dice Blades. La necesidad de moverse ante la amenaza, señala Nigel Inkster (NY times 15-09-2022) quien fue director de operaciones e inteligencia del Servicio de Inteligencia Secreto del Reino Unido y es el principal asesor de seguridad cibernética y China en el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, implica que “los países occidentales no deberían tener miedo de emprender acciones audaces”. La Unión Soviética no perdió la Guerra Fría por sus operaciones de inteligencia, que fueron buenas, sino por el fracaso de sus ideales de gobierno”. Advierte que lo mismo puede resultar con China. Igual está sucediendo con los países latinoamericanos empeñados en imponer su agenda del FDS.

@hdelgado10