La Reserva Federal (Fed) sitúa la tasa referencial en 3,75% y 4% y anuncia nuevas subidas ante una alta y persistente inflación.
La Reserva Federal estadounidense (Fed, banco central) subió el miércoles 0,75 puntos porcentuales su tasa de referencia, ahora situada entre 3,75 y 4,00%, su nivel más alto desde enero de 2008, en busca de conjurar la fuerte y sostenida inflación.
Al término de su reunión de política monetaria de noviembre, que comenzó el martes, la Fed anticipó «que nuevas alzas de tasas serán apropiadas».
Pero indicó que los efectos de los aumentos ya implementados sobre la economía deberán ser tenidos en cuenta para establecer el ritmo de incrementos, según un comunicado oficial. Eso podría apuntar a alzas menos importantes en los meses venideros.
Se requieren meses para que las modificaciones de tasas tengan impacto en la economía.
La inflación en septiembre seguía alta, en 6,2% en un año, cerca de sus niveles más altos en más de 40 años, según el índice PCE que utiliza la Reserva Federal, pero a nivel de consumo (CPI) la tasa se encuentra en 8,2%.
El Banco Central apunta a un objetivo inflacionario de 2% anual.
El alza anunciada el miércoles es la sexta consecutiva desde marzo, cuando las tasas se ubicaban entre 0-0,25%, una de las efectivas medidas de la administración de Donald Trump para estimular la economía ante la crisis provocada por el coronavirus.
La Fed comenzó subiendo 0,25 puntos antes de pasar a 0,50 puntos y luego a 0,75 puntos en cuatro ocasiones consecutivas.
A menos de una semana de las elecciones legislativas de medio término en Estados Unidos, en las que el Partido Demócrata del presidente Joe Biden se juega su mayoría en el Congreso, la inflación es la principal preocupación de los estadounidenses.
Sin embargo, las subidas de tasas, que buscan enfriar la economía encareciendo el crédito y por lo tanto bajando el consumo y la inversión, amenazan con llevar a la economía de Estados Unidos a una recesión prolongada en 2023.
«Primeras señales»
El presidente de la Fed, Jerome Powell, advirtió en septiembre que no existe un «mecanismo indoloro» de combatir la inflación.
Desde esa reunión, Estados Unidos registró -según el gobierno- un trimestre de crecimiento entre julio y setiembre (+2,6% en proyección anual), luego de dos trimestres de contracción.
Sin embargo, muchos expertos afirman que ese último dato resulta difícil de creer en medio de la coyuntura actual y luego de venir de declive de 0,9% en el segundo trimestre.
El mercado laboral, otro parámetro seguido de cerca por la Fed, se mantiene saludable. Es el único indicador económico con salud, porque existen más de 10 millones de empleos disponibles en todo el país que ha sido un escollo para millones de empresas estadounidenses, en medio de una escasez crónica de empleados.
Las cifras oficiales de octubre se conocerán el viernes, pero este miércoles se conoció que el sector privado creó 239.000 puestos el mes pasado, mucho más que en septiembre y muy por encima de lo esperado por los analistas.
«Vemos ya las señales de una moderación de la demanda de mano de obra inducida por la Fed», comentó Nela Richardson, economista jefa de ADP, citada en el comunicado sobre empleo en el sector privado.
La credibilidad de la Fed está en juego ya que, luego de haber asegurado durante meses que la fuerte inflación sería pasajera, hasta ahora fracasa en contenerla. Mientras, los estadounidenses han sufrido durante casi dos años una histórica escalada de precios que ha asfixiado las economías de decenas de millones de estadounidenses.
Agencias