“Queremos construir un futuro luminoso, elegir lo que nos acerque a los otros, a nuevas experiencias, a diversas alegrías, y alejarnos de lo que nos encierra y entierra.” Neuro J. Villalobos Rincón.
El futuro siempre será incierto, no tenemos formas de determinarlo con exactitud, pero sí podemos acercarnos a una visión del mismo con cierta precisión, todo depende de la información que tengamos a la mano sobre el fenómeno o los fenómenos que nos propongamos analizar para predecir lo que pueda ocurrir o cómo podrá ser el comportamiento de los mismos más adelante.
Los datos, tal como los define el Dr. Pablo Liendo, con quién tuvimos un interesante conversatorio esta semana sobre la “diabetes informaticus”, son materiales con potencial informacional, y la información es el dato una vez entendido, la cual nos amplía el conocimiento una vez comprendida, incidiendo sobre nuestra inteligencia y posteriormente sobre nuestra sabiduría. Esta es una apretada síntesis de un proceso mental tan complejo como la vida misma en sociedad, ya que como dice el refranero popular, cada cabeza es un mundo.
Hace ya algunos años escribía yo que nos encontramos frente a una nueva revolución, la revolución de la inteligencia y de la creación de riqueza, profunda y continuada, en la que predomina el uso de la robótica, la microelectrónica y la biotecnología, que inciden e impactan los procesos productivos y en consecuencia el desarrollo económico y social de las naciones.
La robótica permite abaratar costos, reducir el consumo de energía, facilitar la planificación industrial y modificar el criterio de satisfacción del cliente. La microelectrónica, junto a aquella, hace posible la creación del robot inteligente y su incidencia también es decisiva en la teleinformática, las comunicaciones, la computación y los sistemas educativos. La biotecnología ocupa un lugar importante en el mundo científico, tecnológico y económico de hoy, ya que se pueden producir seres, vegetales y animales, con nuevas características genéticas que le permiten mejorar su nivel y potencial productivo con márgenes de cero error y contra los cuales sería imposible competir.
Estas apreciaciones muy resumidas nos dan una idea acerca de las exigencias de la competitividad en que se encuentra sumergida la sociedad global y especialmente el mundo empresarial, las universidades y demás organizaciones importantes de la vida social. Razones que indican que para ser más competitivos es necesario ser más productivos, eficientes y excelentes tanto en la producción de bienes materiales como en la producción de conocimiento, y éstos deben ser de calidad.
Alvin Toffler señala que “la combinación de más científicos, herramientas K mas potentes -instrumentos que utilizamos para generar más conocimiento- comunicaciones instantáneas a escala planetaria y una base de conocimiento cada vez más amplia donde acudir, está cambiando las fronteras de la propia ciencia y abre nuevas interrogantes que se consideraban de ciencia ficción.
Se hace necesario comprender las complejidades de la sociedad del conocimiento para intentar obtener mejores resultados. Esto a su vez se logra con esfuerzo, reorganizando, transformando e integrando a los sectores educativos, científicos y tecnológicos; la estructura de gobierno a todos los niveles y la actitud, comportamiento y responsabilidad social de las empresas y los empresarios que conforman los distintos sectores productivos, sin mezquindades, con verdadero sentido patriótico y con una visión de largo alcance, lo cual no implica hacer cualquier tipo de malabarismo para perpetuarse en el poder.
Es imprescindible un cambio de hombres y de mentalidades para remover los obstáculos que nos impiden ver el futuro con mayor claridad. Todas las instituciones que tienen vida activa en el país deben entender que la profundización de la democracia y del conocimiento se puede lograr en la medida que el poder se acerque a los ciudadanos y el cumplimiento de la ley soporte la vida en sociedad. Es obvio que a quienes se han apoderado circunstancialmente del poder fáctico en Venezuela no les interesa hacia donde va el mundo, sino hacia donde pueden ir ellos con el producto de su saqueo a la nación, que ya se ha hecho histórico.
Neuro J. Villalobos Rincón
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