José Aranguibel: ¿Apagón tributario?

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“Ese barbarazo
acabó con ‘to” Anónimo popular

No será el temor que se dañen los artefactos eléctricos ni nada parecido, porque los “camaradas” que allí estuvieron rasparon la olla, arrasaron todo y de paso dejaron deudas y las puertas de par en par para que los alcaldes del Zulia que ganaron las últimas elecciones recogieran los vidrios, quienes ahora andan de manos en la cabeza y brincando en un pie ante el inminente apagón o “administración de carga” financiera que recibirán las tesorerías municipales de las 335 alcaldías del país de concretarse la aprobación del proyecto de Ley de Armonización Tributaria de Estados y Municipios que discute la Asamblea Nacional.

No es para desentenderse ni menos para no pararle bolas a lo que no es “una bola”, sino algo grave que podría ser un verdadero corrientazo que provocará un cierre o “default” que despojará a gobiernos regionales y locales de la potestad constitucional de recaudar sus propios ingresos tributarios que el gobierno nacional ya saca cuentas del chorro que recibirá cuando “legalmente” le esté permitido ejecutar su propia administración de carga financiera por decisión soberana de los panas y camaradas de la Asamblea Nacional, sin que en ello importe mucho que metan en el mismo saco a alcaldes oficialistas a quienes les está negado, prohibido, contradecir, menos decir pío, de la línea política revolucionaria que sacrificará a un soberano existente sólo en letra y mente y no en las comunidades, donde todo mortal en este país de Sol a Sol aspira a una mejor calidad de servicios públicos tan básicos como agua, electricidad, educación, aseo urbano y atención médica.

En esta vida terrenal más de uno habremos escuchado el dicho que familia que crece unida permanece unida. Ello es válido en la familia o en la política. La analogía tiene mucho que ver con el duro camino que a los alcaldes del Zulia y del país les toca a través del uso de la “Ley”, la razón, la inteligencia y la unidad para enfrentar este nuevo zarpazo que está en construcción y es promovido por el modelo político centralista de la Revolución del Siglo XXI. Buscar imponer la castracion tributaria para hacerse de los pocos, cada vez menos, ingresos económicos que las 335 alcaldías venezolanas puedan generar por actividades lícitas distintas a las asignaciones del situado constitucional que lo permite, —según la tinta y el papel—, la Constitución y la Ley del Poder Público Municipal, no tiene precedentes.

Lo cierto es que a los representantes populares en Asamblea Nacional eso no les quita el sueño y, más bien a troche y moche, aceleran el paso pretendiendo darle un hasta aquí llegó el tren a la potestad tributaria de los gobiernos regionales y locales con la aprobación en segunda y tercera discusión del anteproyecto de Ley de Armonización Tributaria para Estados y Municipios. Es algo muy parecido a decir que el papel lo aguanta todo y hacer con el lo que, a la hora cuando tenemos un apuro de tipo fisiológico, darle el mejor uso.

En pocas palabras los alcaldes saben lo que se les avecina, en palabras más o palabras menos, el cierre técnico de los gobiernos locales donde hecho el mandado por la Asamblea Nacional, la vorágine fiscal del gobierno será la única santa palabra que moverá todo lo que tenga que ver con la tributación fiscal sin importar que de cualquier lejano municipio venezolano el dueño de la carnicería o bodega del pueblo desee saber cuál será su obligación tributaria.


¿Deberá viajar a Caracas a consultar a un burócrata de algún ministerio? Vale decir que esos recursos que permitirían reconstruir, en el caso del Zulia, por ejemplo, los destruidos servicios públicos heredados de derrotados alcaldes oficialistas el 21N de 2021, no irán al tesoro municipal, sino al nacional. Estimaciones colocan en 45 por ciento el despojo que sufrirían las alcaldías del Zulia de prosperar el anteproyecto de Armonización Tributaria, sin olvidar que aún está calientico el recorte que ha significado la disminución del 50 por ciento del llamado Situado Constitucional sufrido este mismo año.

No es para menos que esta posibilidad no sólo aterre a alcaldes o a los legisladores municipales, sino que funcionarios y empleados de alcaldías y gobernaciones temen seguramente. Eso los intranquiliza. Esta actitud centralista, populista, empujará a que crezca la migración y la cifra llegue a términos nunca vistos en país alguno del mundo. Los alcaldes no oficialistas del Zulia, congregados en la Asalzu, están moviéndose y una comisión consignó ante el Consejo Legislativo un papel de trabajo elaborado por expertos en tributación fiscal, donde aspiran a la brevedad posible que en la Casa de las Leyes surja la interpretación de los cabos sueltos del anteproyecto para saber cuál es el rumbo a tomar.

En el Clez no fueron vistos todos los que son ni estaban todos los que son, —alguien dirá que el miedo y el culillo es libre— pero la rúbrica unánime de todos es un mensaje que en unidad por una causa común vale la pena. Obviamente, ningún oficialista asistió, pero más de uno seguramente le prenderá una vela a cada santo esperanzado que este despojo no prospere, porque ellos ni en el imaginario de ser patria o muerte con su Revolución Bonita los salvará el corrientazo o la administración de carga financiera. Amanecerá y veremos.

José Aranguibel Carrasco