Senador Rick Scott solicitó a Biden negar visas a Maduro, Ortega y Díaz-Canel para Asamblea de la ONU

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El senador de la Florida Rick Scott pidió el miércoles al presidente Joe Biden que niegue las visas a los líderes de Cuba, Venezuela y Nicaragua y sus respectivas delegaciones para que no puedan viajar a Nueva York para asistir a la Asamblea General de las Naciones Unidas en septiembre.

En la carta del miércoles obtenida por el Herald, el republicano de la Florida instó al presidente a “defender la libertad y la democracia en América Latina y hacer lo correcto para proteger los intereses de seguridad de Estados Unidos al negar la entrada a estos tres matones y sus compinches.”

Scott dijo que “estos dictadores opresivos y sus regímenes participan en actividades que continúan amenazando la estabilidad de América Latina y la seguridad nacional de los Estados Unidos”.

El senador resaltó que Cuba está en la lista de países que patrocinan el terrorismo y continúa albergando a fugitivos buscados por Estados Unidos. También mencionó que el líder de Nicaragua, Daniel Ortega, permanece en el poder luego de elecciones consideradas fraudulentas y “pasó la mayor parte del año pasado encarcelando a sus opositores políticos”.

El senador resaltó que Cuba está en la lista de países que patrocinan el terrorismo y continúa albergando a fugitivos buscados por Estados Unidos. También mencionó que el líder de Nicaragua, Daniel Ortega, permanece en el poder luego de elecciones consideradas fraudulentas y “pasó la mayor parte del año pasado encarcelando a sus opositores políticos”.

Si bien es raro, Estados Unidos a veces ha invocado la seguridad nacional para negar visas a líderes y diplomáticos extranjeros para viajar a la sede de la ONU en Nueva York. Según un acuerdo de 1947, se espera que el gobierno de Estados Unidos proporcione visas a dignatarios extranjeros para acceder a la ONU “rápidamente” y sin costo.

Pero el Congreso agregó una nota a la resolución conjunta de 1947 que establece que: “Nada en el acuerdo se interpretará como una forma de disminuir, restringir o debilitar el derecho de Estados Unidos a salvaguardar su propia seguridad”, lo que ha brindado cobertura legal para denegar visas.

Un portavoz del Departamento de Estado le dijo al Herald que Estados Unidos “se toma en serio sus obligaciones como país anfitrión de la ONU en virtud del Acuerdo de la Sede de la ONU”.

El portavoz dijo que la agencia brindó orientación a todos los estados miembros de esa organización sobre los plazos recomendados para las solicitudes de visa con vistas a participar en la sesión de la Asamblea General. “Todas las solicitudes de visa se adjudican caso por caso”, agregó el funcionario. Los funcionarios del Departamento de Estado han declarado anteriormente que Washington puede negar visas por razones de “seguridad, terrorismo y política exterior”.

Por ejemplo, en 1988, Estados Unidos negó una visa a Yasser Arafat, el difunto presidente de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), para asistir a una reunión de la Asamblea General citando la participación de la OLP en el terrorismo. Más recientemente, la administración de Donald Trump negó una visa al entonces ministro de Relaciones Exteriores iraní, Mohammad Javad Zarif, quien quería asistir a una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU luego del asesinato del comandante iraní Qassem Soleimani en Irak. Y la administración de Barack Obama se negó a otorgar una visa a Hamid Aboutalebi, quien fue nominado para embajador de Irán ante la ONU, por su participación en la crisis de los rehenes en 1979. Históricamente, los líderes autocráticos han valorado la Asamblea General de la ONU como una oportunidad para criticar las políticas estadounidenses en un foro internacional preeminente.

Hasta el momento, los líderes de Cuba, Venezuela y Nicaragua no han señalado que tengan previsto asistir. En los últimos años, los tres países han sido representados por sus respectivos cancilleres. El gobernante cubano Miguel Díaz-Canel asistió a la Asamblea General en 2018, poco después de suceder a Raúl Castro en la presidencia.

Desde entonces, su gobierno se ha visto involucrado en problemas económicos, políticas fallidas y una mayor represión política. Y las relaciones con Estados Unidos se han agriado, por lo que es menos probable que viaje este año a Nueva York, donde también podría enfrentar manifestaciones de un exilio cubano más movilizado políticamente.