Kaled Yorde: «Mi padre y yo somos uno» (Juan 10:30)

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A) Esta expresion del Nazareno Jesús dio pie a una inexactitud doctrinaria inmensa como una cordillera, la cual a la vez trajo grandes confusiones dentro del cristianismo.


Veamos de qué se trata: Moisés presentó a Yahve como un Dios ÚNICO, pero temible, distante y castigador. De hecho, las Escrituras Sagradas acotan: «El Señor, a quien ama disciplina»! Pero toda disciplina provoca temor y ansiedad.


Jesús en cambio, y sin salirse ni un milimetro de su fe judía como buen rabino que fue, ni mucho menos abrogar la ley mosaica, como erróneamente señalan los teólogos cristianos a lo largo de los siglos, suaviza el exhorto, trayendo otro concepto: Dios es un Padre bueno y dulce, su AB -BA ( palabra arameo la lengua madre del galileo), a quien se le ama y reverencia observando respeto y obediencia, que comparte sus dones con los hijos y demás criaturas.


Ya no se trataba de un Dios celoso y meticuloso lupa en mano observando el comportamiento de cada persona pendiente de cualquier falla o debilidad humana para castigar, sino más bien, un Dios amoroso y cercano – muy cercano- que no está separado del hombre, ni sentado en un cielo (dimensión etérica) lejano, acompañado de sus ángeles y Arcángeles, sino más bien un espiritu a manera de chispa divina dentro de cada ser humano, exactamente en la conciencia. Es lo que en la religion hinduista denominan el Dios Inmanente que se halla en cada átomo de la creación, tanto la de los planos densos y visibles como en los sutiles e invisibles. Ante ese Dios inmanente llamado igualmente el OMNICOMPENETRANTE, se contrapone el Dios Trascendente. Dios trasciende toda su creacion, a la vez que es Inmanente, vale decir, que todo lo compenetra con su esencia y luz.


El Maestro Omraam Mikhail Aivanhov, fundador de la escuela espiritualbFraternidad Blanca Universal escribe: Si pensamos que Dios está fuera de nosotros y que nosotros estamos fuera de El, nos vemos obligados a padecer todo lo que hay en este intervalo. Estaríamos fuera de su luz, de su paz y de su Amor. He aquí porqué debemos llegar a ese estado de conciencia en el que sentimos que estamos en El y que El está en nosotros. Ese estado de conciencia lo expresó Jesús cuando dijo: «MI PADRE Y YO SOMOS UNO!»

B) DESCUBRIR A DIOS. El Eterno es Luz; Energía y Verdad, o como lo trata de definir la religión hinduista: Existencia-Conocimiento y Bienaventuranza o Gozo Supremo.

Pero ojo!: Estas definiciones son sólo una aproximación a la idea, un intento raquítico, habida cuenta de que Dios es indefinible, informe y espíritu puro y abstracción absoluta.

En sí las mentes finitas son incapaces de abarcar, comprender y encerrar dentro de cuatro paredes de una definición a Dios, siendo Él, el misterio de los misterios.
La VERDAD (Dios) tiene infinitos grados y el hombre la percibe y se identifica en ella en la medida en que expanda su conciencia.


La Verdad sobre Dios sólo se percibe a medida que el hombre tome conciencia de la riqueza o la complejidad de su vida interior. Dicho de otro modo, el hombre descubre a Dios a medida que se descubre a sí mismo como entidad divina.
Esta clave era conocida por las escuelas de los misterios Orficos y Dionisicos de la Grecia antigua y ello explica el inmortal aforismo Socratico «CONOCETE A TÍ MISMO!»
Ahora que el hombre ha hecho grandes progresos en conciencia y el conocimiento de sí mismo, puede descubrir que ese Dios que siempre sentía como exterior a él, está en realidad en él.
Dios es el INFINITO, la INMENSIDAD que impregna a todo el Universo, el cosmos entero. Pero eso en.modo alguno significa que somos Dios por el hecho que nos impregna y vivifica. La luz que emana de una linterna no es la linterna misma, sino dos elementos diferentes: La segunda emana de la primera, pero no son la misma cosa.
El Maestro Aivanhov explica lo siguiente:
«Hace más de 2000 años Jesús dijo: «MI padre y yo somos uno», pero aun los humanos no se han percatado del sentido y el alcance de esa aseveración. Por eso no han aprendido a sentirle como una vida, una fuerza, una unión de la que nada puede separarlos. Sentir eso es experimentar a Dios. Experimentar a/Dios y expresarlo en el quehacer diario, abre horizontes insospechados de sabiduría, salud; éxitos y felicidad.


Mientras el hombre siga considerando a Dios como separado de él, lejano y distante,ajeno a su destino, seguirá sintiéndose limitado e insatisfecho.

Debido a esta actitud, se ha fortalecido la irreligiosidad, el apego a lo material y lo que es más serio, la incitación al mal y sus poderes.


No tener conciencia de que el Padre y nosotros- cada persona- somos uno, crea inclusive dudas acerca de su existencia. Esto por lo general conlleva a la pérdida del sentido de la vida, y por ello aumenta el ateísmo y el agnosticismo.

C) CLAVE ESENCIAL.
Jesús siempre estuvo consciente de que estando en unión permanente con su Padre que esta en los Cielos, fluían hacia él verdaderos poderes con los que hacía sus milagros. Siempre solía decir cada vez que hacía un portento: » No soy yo, sino mi Padre que actúa a través de mí!»


El mundo humano y el mundo divino no pueden comunicarse entre sí porque no vibran al unísono. Pero el dia en que aprendamos a entrar en las vibraciones divinas, ya no habrá separación. (Aivanhov dixit).

Mientras más esfuerzos hagamos para identificarnos con muestra naturaleza divina, más expresamos al Padre,porque somos » dioses encarnados».(Aivanhov dixit).


En la India los fieles suelen repetir sin cesar un mantra de singular importancia: «Yo estoy en Él y Él está en mí!» Esta es una reafirmaron de lo que hemos escrito en el artículo de hoy. Como se puede facilmente apreciar , esto nada tiene que ver con el disparate mayúsculo de los teólogos cristianos, al señalar que lo escrito en Juan 10: 34, 35 es una prueba fehaciente de que Jesús era Dios.


Toda la humanidad está en Dios y Dios está en toda la humanidad como chispa divina encarnada (el espíritu o la Neshama), sin que ello quiera decir que Jesús, Rama, Krishna ni Sai Baba, algún Profeta o Encarnación Divina viviente, sea Dios. Mucho menos afirmar que el Padre Eterno tenga madre, siendo Él incausado, vale decir, que no tuvo principio ni tendrá final. Esto es puro paganismo greco-romano carente de cimiento bíblico alguno.

FIN

@kaledyorde