Presidentes de Francia, Alemania, Italia abren las puertas a Ucrania de la UE

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Es una rendija apenas, pero luminosa en medio de la oscuridad. La puerta de la Unión Europea se entreabrió para Ucrania, al obtener el apoyo de sus tres principales líderes a que se le conceda de forma inmediata el estatus de candidato.


“Mis colegas y yo hemos venido a Kyiv hoy con un mensaje claro: Ucrania pertenece a la familia europea”, declaró el canciller alemán, Olaf Scholz, junto al presidente francés, Emmanuel Macron, y el primer ministro italiano, Mario Draghi.

Ninguno de los tres hombres, líderes de las primeras economías de la UE, había visitado Kyiv en los casi cuatro meses de guerra, y no ha sido por falta de insistencia ucraniana.


Era una visita muy esperada y que se produjo en un momento crítico, en un ambiente de creciente tensión con el Gobierno del presidente Volodímir Zelenski. Bajo el incesante embate ruso en el este y el sur del país, con 200 muertos al día, superado en armamento y en efectivos militares, Kyiv ha redoblado sus llamamientos a los aliados occidentales para que le envíen más armas. También ha subido el tono de las críticas a Berlín y París –y en menor medida a Roma–, a quienes acusa de tibieza ante Vladímir Putin y hasta de pretender negociar la paz a espaldas de los ucranianos.

Draghi subraya que acceder al estatus de candidato a la UE es “un paso muy profundo”
Causaron especial indignación las recientes palabras de Macron, que este intentó luego matizar, diciendo que hay que lograr una salida diplomática que “no humille” a Rusia. Para Kyiv, insinuar que debe hacer concesiones territoriales para lograr la paz, equivale a un llamamiento a la rendición. Sin victoria militar no habrá paz, insiste Zelenski.

Por eso la visita de Macron, Scholz y Draghi, a los que se unió el presidente rumano, Klaus Iohannis, tenía mucho de desinflamación. “Queremos enviar un mensaje de unidad europea y de apoyo a las ucranianas y los ucranianos”, declaró Macron en el andén, al bajar del tren nocturno que les trajo desde Polonia. Las sirenas antiaéreas les dieron la bienvenida a la capital de un país en guerra.

La elección de la fecha era calculada. La Comisión Europea debe pronunciarse hoy sobre la concesión a Ucrania del estatus de país candidato, decisión que los líderes europeos debatirán en una cumbre a celebrar en Bruselas la semana que viene. Contar con el apoyo de Francia, Alemania e Italia allana el camino. Aunque es solo la primera piedra de un proceso de adhesión que puede durar decenios, tiene una gran dimensión simbólica.

Ucrania solicitó el ingreso en la UE menos de una semana después de la invasión rusa. Es una cuestión delicada, a la que se oponen algunos miembros, que ven al país muy lejos de los estándares de exigencia democrática o corrupción.

La unidad inicial de la UE ante Rusia se resquebraja: crecen las voces a favor del pragmatismo
La candidatura a la UE es un “paso muy profundo”, recordó ayer Draghi, que subrayó que Kyiv pasará por delante de países balcánicos que llevan años esperando. La situación de Ucrania, sin embargo, es “extraordinaria”, añadió. Su país “está listo para trabajar” para convertirse en miembro de pleno derecho de la UE, aseguró Zelenski.

Europa reaccionó con una sorprendente unidad a la invasión rusa y dio pasos que parecían impensables, con la aprobación de sanciones sin precedentes o el envío de armas. Medidas muy dolorosas para un continente que, a diferencia de EE.UU., tiene una fuerte dependencia energética de Rusia.

Aquel frente común se resquebraja. Las grietas entre los países del este y el oeste de Europa siempre han estado ahí, pero ahora se agrandan. Los vecinos de Rusia –a excepción de Hungría y Bulgaria– ven a Putin como una amenaza existencial y apoyan una respuesta dura. Mientras, en el otro lado del continente, crecen las voces a favor de una salida pragmática, aun a costa de renuncias para los ucranianos.

Macron afirmó ayer que Europa nunca exigirá a Ucrania que haga ninguna concesión a Rusia y que las condiciones de las negociaciones de paz serán decididas por su Gobierno. Pero insistió en que va a seguir hablando con el presidente ruso, Vladímir Putin, por ejemplo, sobre la cuestión alimentaria.

Los líderes europeos viajan a Kyiv para aplacar las críticas a su supuesta tibieza con Putin
El viaje comenzó cargado de emoción con la visita a Irpín, ciudad a las afueras de Kyiv que los rusos arrasaron y que simboliza la resistencia ucraniana. Después se reunieron con Zelenski, tras lo cual celebraron una rueda de prensa en el jardín del palacio presidencial. Los líderes europeos, con traje y corbata; el ucraniano, con su ya famosa ajustada camiseta verde.

Zelenski presentó una lista de nuevas sanciones que le gustaría ver. También reiteró sus peticiones de más armas, más potentes: “Esperamos más envíos, esencialmente de armas pesadas, artillería moderna y sistemas de defensa antimisiles”.

Desde Rusia llegaba un comentario mordaz. El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, dijo que esperaba que los líderes europeos hubiesen utilizado la visita para obligar a Zelenski a echar “una mirada realista al estado de las cosas” y que no se hubiesen limitado a darle más armas. “Solo prolongará el sufrimiento de la gente y provocará más daños al país”.