Cada adelanto tecnológico que acontece en el mundo de las nuevas tecnologías de la información implica ineludiblemente una actualización inmediata de los usuarios y de quienes ofrecen su servicio.
El hecho de no hacerlo por parte de los medios implica la desaparición como proveedor y junto con ellos los trabajadores por no actualizarse.
En la recién inaugurada década del 2000 con el boom de las redes sociales impuesta por el uso de internet, solo en Estados Unidos, disminuyo drásticamente los tirajes de los periódicos, y el despido masivo de profesionales del periodismo tradicional.
“Entre 2008 y 2009, 120 diarios norteamericanos cerraron sus puertas por incosteables y otros han entrado en bancarrota, con la desaparición de 52 mil empleos, perdidos por esa misma causa” nos reportan los estudios efectuados por el investigador Arturo Catalán.
Pero ese fue el abreboca de lo que estaba por venir ya que los adelantos tecnológicos y científicos están sobrepasando la capacidad de actualización y asimilamiento por parte de las instituciones educativas formales y de las empresas.
La IA quiere tumbar la puerta…
En este inicio de la segunda década del 2000 la mal denominada Inteligencia Artificial (IA) esta empujando la puerta de todos los medios de comunicación existente para sentarse en la mesa de las redacción de los pocos que quedan en el mundo.
Algunos medios la intentan recibir con los brazos abiertos mientras que otros tienen serias dudas sobre sus beneficios en los actuales momentos. Lo que si es cierto y concluyente es que si los periodistas no asumen una postura de ASIMILIACION al uso y manejo de esta tecnología serán totalmente desplazados por los creadores del lenguaje que se esta imponiendo en el mundo digital que no es mas que google y sus algoritmos.
Que es y cómo funciona la IA
Desde el invento de los operadores booleanos hace 150 años por parte del matemático inglés George Boole se dio inicio a las bases para la programación de hoy en día. El desarrollo y avances dado en la programación fueron dando saltos cuánticos hasta llegar a lo que hoy se considera el umbral del nuevo devenir de las ciencias por el avance de la IA.
Ya en las últimas décadas, se desarrollo el Deep Learning; es decir, realizar tareas como las hacemos los seres humanos, pero efectuadas por computadoras, lo que se ha convertido en lo más habitual y funciona con algoritmos pero desarrollados y mejorados, usando redes neuronales digitales lo más parecido al funcionamiento de un cerebro.
La mayoría de los teléfonos móviles de primera generación del 2018 hacia aca trabajan con prototipos de IA y tienen la potestad de decidir por nosotros. Al enfocar detectan si estás enfocando comida, un animal, un ser humano o un paisaje. Si es de día, de noche, si estas ante un monumento o en un concierto.
Si nos trasladamos a la salud ls algoritmos de Deep learning se programan para el diagnóstico de enfermedades asimilando de casos anteriores y de los datos almacenados. Como por ejemplo el analizar imágenes médicas sin recurrir a un radiólogo o de apoyo en zonas en desarrollo para un diagnóstico.
Si nos vamos a la educación hay plataformas en línea que utilizan algoritmos que detectan en qué falla un alumno y en qué va bien con la posibilidad de adaptar el contenido en relación a cada niño incluso puede seleccionar qué ejercicios deben realizar. Además, también se trabaja ya en robots que ayudarían a formar en todos los ámbitos.
¿Y cómo funciona la IA en la redacción periodística?
En el año 2020 la Fundación Gabo y Prodigioso Volcán elaboraron una guía para periodistas para el manejo de la Inteligencia artificial: una herramienta por explotar. En ella señalan que la IA “implica enseñar a las máquinas a desempeñar labores complejas que hasta ahora sólo podían hacer humanos”.
Puede ser detectar tendencias y aventurar recomendaciones al respecto o, en última instancia, llevarlas a cabo. “En otras palabras, la capacidad de ciertos sistemas informáticos para procesar y analizar información externa y operar en consecuencia”
En el 10° Congreso de Periodismo Digital de FOPEA, intenta mostrar las ventajas del uso de la IA en un taller de redacción periodística . Al respecto el experto en medios digitales Juan Melano, afirma que la principal ventaja de la inteligencia artificial es que “nos permite trabajar de una manera mucho más fácil, rápida y eficiente”. “Podemos poner el cerebro a trabajar en cosas necesarias y no en algo que se pueda automatizar y que puede hacer una máquina”, resaltó.
Es decir, convertirlo en un aliado de la mesa de redacción sobre este aspecto ya se tiene el primer antecedente de un articulo elaborado 100% por la IA publicado en la columna de opinión del periódico inglés The Guardian el 8 de septiembre de 2020, que fue escrita por IA y se tituló “Un robot escribió por completo este artículo. ¿Ya está usted asustado, humano?”.
Por su parte el famoso The New York Times, usa machine learning para buscar patrones en los datos de sus campañas de captación de suscriptores para optimizar sus resultados.
Otro caso ha sido la herramienta “Chequeabot” desarrollada en Argentina. Es un método basado en procesamiento del lenguaje natural y aprendizaje automático para verificar datos en español. En la práctica, lo que hace es “escanear noticias e identificar declaraciones verificables de funcionarios públicos, que luego relaciona con verificaciones previas”, detallan en la nota de prensa de la página web .
Sobre este tópico el investigador Juan Melano señala que ara preparar el uso de inteligencia artificial en las redacciones, se tiene que elaborar un plan a tres-cinco años y con un especialista a cargo con el apoyo de la gerencia y un equipo interdisciplinario que puedan señalar y entender los distintos problemas comunicacionales y ver qué aporta cada quien.
Pero… ¿Quién regula la IA?
Hay una película llamada No Mires hacia Arriba nominada a varios Oscar para el 2022 con más admiradores detractores, un película llena de satiras contra el manejo de la ciencia, contra la estupidez de la gente y al uso de los medios de comunicación para manipular a las grandes mayorías.
En ‘No mires hacia arriba’, el director y guionista Adam McKay explora cómo los nuevos ricos nacidos de la informática y amos actualmente del poder convierten a los gobiernos más poderosos del mundo como es los EEUU y a los científicos más destacados en meras marionetas de su verdad e intereses .
En la película, un genio de la informática mil billonario intentará sacar tajada del meteorito que se estrellara en la tierra ya que considera que sus cohetes ( una clara alusión a Elon Musk ) desviaran la trayectoria del mismo para poder explotar sus valioso minerales .
Para ello asume como verdad absoluta los algoritmos creados para desviar el meteorito y ponerlo a girar alrededor de la tierra y sacarle provecho.
Pero sus predicciones no estaban corroboradas ni eran presentadas ante congresos, ni por pares científicos que pudiesen confirmar con argumentos lo que estaban a punto de emprender.
Solo tenían los cálculos de los algoritmos y se oponía a discutir sus propuestas, sin embargo, los científicos más destacados del planeta aseguraban que ese proyecto de los cohetes era un fracaso y que no servirían para detener el meteorito.
Esta actitud tan prepotente ante la ciencia y los científicos ha sido engendrada por los nuevos genios de la informática y de sus representantes, como lo son Jeff Bezos, Elon Musk y Mark Zuckerberg. quienes se han convertido en los nuevos amos con sus programas y algoritmos y han concebido un mundo donde solo cabe su verdad, una verdad cubierta de ceros y unos, donde la realidad solo la ven como la verían los distorsionados video juegos y la realidad virtual.
Es entonces aquí donde cabe el verdadero poder la IA exaltada y colocada en un pedestal en la cual no tiene competencia. No existe ningún otro avance en la ciencia hecho por el hombre que se le pueda acercar
Los intentos para controlar la IA han sido muy escuetos La problemática comienza cuando estos sistemas adquieren memoria y desarrollan sus propias gestiones, comenzando a hacer cosas que un fabricante o un usuario nunca quiso que hicieran, tampoco lo esperaban.
Intentando definir las reglas del juego
El Parlamento Europeo ha sido precursor al enunciar unas recomendaciones sobre la disposición de las normas que deben gobernar la inteligencia artificial (IA) y en las que concurren asuntos éticos, de responsabilidad civil y de derechos de propiedad intelectual. Los cuales han sido aprobadas en el presente año
El marco ético
En ella se conviene que Cualquier ley futura tendrá que atenerse a los siguientes principios: una inteligencia artificial antropocéntrica y antropogénica; seguridad, transparencia y rendición de cuentas; salvaguardias contra el sesgo y la discriminación; derecho de reparación; responsabilidad social y medioambiental; respeto de la intimidad y protección de los datos.
Las tecnologías de inteligencia artificial que presenten un riesgo como autoaprendizaje deben estar diseñadas que admitan en cualquier momento el control humano. En caso que utilice una función que pudiera atentar gravemente contra los principios éticos y resultar peligrosa, las capacidades de autoaprendizaje deberán desactivarse y se deberá restaurar plenamente el control humano.
Responsabilidad por los daños causados por la IA
Los que trabajan con la IA se le solicita que se haga responsables de riesgo de cualquier perjuicio que esta pudiera causar. Un marco jurídico que protege a los habitantes, y a las empresas.
Las pautas se emplearán a cualquier actividad de inteligencia artificial, física o virtual, que pueda ejercer daños o perjuicios a la vida, la salud, la integridad física o la propiedad, o que provoque daños inmateriales significativos que den lugar a una «pérdida económica verificable».
Derechos de propiedad intelectual
Para los eurodiputados, es importante distinguir entre creaciones humanas con auxilio de la IA y creaciones creadas solamente por la IA. Suponen que la inteligencia artificial no debe tener personalidad jurídica; por ello, solo los seres humanos pueden ser titulares de los derechos de protección intelectual. El texto ahonda en cuestiones como los derechos de autor, la recogida de datos, los secretos comerciales, el uso de algoritmos y los productos ultrafalsos (deep fakes).
El parlamento europeo considera que “El poder de los algoritmos para tomar decisiones está cambiando la vida de los humanos, y hoy en día mantiene un riesgo significativo de discriminación. En algunos sectores ha aparecido la necesidad de garantizar que los sistemas de IA sean imparciales” y esta necesidad se está volviendo cada vez más urgente, sobre todo en el sector público y en concreto en los órganos de control de seguridad.
El resto del mundo apenas está meditando como definir las reglas del juego con la IA, esperemos a ver que pasa en esto próximos años.
@siglicgutierrez
