«Fue mi decisión contra la guerra. Tomé esta decisión por mi cuenta porque no me gusta que Rusia haya iniciado esta invasión. Fue realmente terrible», aseguró este martes la periodista rusa Marina Ovsyannikova tras salir del tribunal de Justicia, en Moscú, donde fue condenada a pagar una multa de 30.000 rublos (unos 250 euros) por protestar el día anterior contra la guerra en un programa en directo en el Canal 1 de la televisión estatal rusa, en el que trabaja como editora.
Este lunes por la noche se estaba emitiendo ‘Vremya’, uno de los programas pro Kremlin que tiene mayor audiencia, cuando Ovsyannikova irrumpió en el plató y se colocó detrás de la presentadora con un cartel en el que se podía leer, en inglés y ruso, las frases «No a la guerra», «Parad la guerra» y «No te creas la propaganda, te están mintiendo».
Tras cortarse la emisión la periodista fue inmediatamente detenida, y durante horas no se supo cuál era su paradero.
En un vídeo que circuló a continuación, la periodista ahondaba más en su postura contra la invasión de Ucrania: «Es un crimen y Rusia es el agresor», afirmaba, al tiempo que responsabilizaba de todo lo que estaba ocurriendo al presidente ruso, Vladímir Putin. «Mi padre es ucraniano, mi madre es rusa y nunca fueron enemigos», aseveró, al mismo tiempo que confiesa que se avergüenza por haber hecho propaganda del Kremlin en la cadena de televisión Canal 1, de la que poco a poco han ido desertando algunos de sus compañeros ante la falta de libertad de expresión, algo que se ha recrudecido en el último mes con las medidas tomadas por el Gobierno ruso para silenciar lo que está ocurriendo en Ucrania»
Según OVD-Info, una ONG de vigilancia de la policía en Rusia, durante la noche, la policía no proporcionó detalles sobre el paradero de la periodista, ni siquiera si estaba detenida o no. Este martes, los medios rusos informaron que había sido acusada de «organización de un evento público no autorizado», y que las autoridades estaban considerando abrir una investigación criminal en su contra. Aunque al final, y de momento, se ha resulto con una multa.
Su acción tanto ante las cámaras se viralizó y fue ampliamente aplaudida. La nueva situación, detenida y bajo la amenaza de ser condenada a 15 años de cárcel por el simple hecho de mencionar la palabra ‘guerra’, para la que el Gobierno ruso utiliza el eufemismo ‘operación especial’, provocó una oleada de solidaridad y de apoyo, incluido el presidente de Francia, Emmanuel Macron, que le ofreció este martes asilo y medidas de protección.
Ayuda de la que se hizo eco la periodista horas después. «Quiero agradecer a todos su apoyo, amigos y colegas. Han sido unos días muy duros en mi vida», señaló tras salir de la vista judicial, visiblemente cansada. «Estuve dos días sin dormir. Me interrogaron durante más de 14 horas».
Ovsyannikova acusó a las autoridades, según recoge la BBC, de negarle inicialmente la asistencia legal. «No me permitieron ponerme en contacto con allegados y familiares. No permitieron ninguna asistencia legal. Estaba en una condición difícil», declaró Ovsyannikova.
Por último, pidió que la dejaran escansar antes de hacer más comenarios, y concluyó reafirmando que lo que había hecho había sido una decisión personal.
Un ejemplo
Entre las reacciones que se han producido tras la protesta y detención de la periodista rusa se encuentra la de la ONG Amnistía Internacional, que este martes emitió un comunicado pidiendo su liberación y elogiando su valentía: «Marina Ovsyannikova ha demostrado que el coraje de defender la justicia sigue siendo más fuerte que la propaganda del Estado, incluso entre los empleados para transmitirla. Ella ha dado un ejemplo sorprendente de hasta dónde está dispuesta a llegar la gente para decir la verdad al poder en medio de la brutal represión que se ve en la Rusia actual», señala Marie Struthers, directora de Amnistía Internacional para Europa del Este y Asia Central.
«El Kremlin, que continúa criminalizando todas las formas de disidencia y protesta contra la guerra, sigue empeñado en ocultar el costo humano de sus posibles crímenes de guerra cometidos en Ucrania. Marina Ovsyannikova no cometió ningún delito. Su protesta desafiante arroja luz donde las autoridades rusas han intentado imponer la oscuridad total», subraya.
ABC