José Lombardi: No mires hacia arriba

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“Hay que poder cerrar los ojos” Byung- Chul Han

La sátira desde tiempos antiguos ha sido una forma de expresión inteligente de censurar o ridiculizar alguien o algo, es una manera de humor con sentido profundo sobre temas serios, expresar la sátira no es sencillo porque se corre el riesgo de rozar lo vulgar y perder así el sentido de lo que se quiere expresar, sin embargo la última película del director Adam McKay “no mires hacia arriba” logra de forma atrevida, inteligente, valiente, con una sátira sutil que en algunos casos extralimita pero que en línea general mantiene en equilibrio el abordaje de temas contemporáneos sensibles y conflictivos.

Esta película rompe el esquema tradicional y con astucia tragicómica nos plantea el fin del mundo, ante esta realidad fatídica el Ser Humano absorbido en un mundo frívolo y material sobrepone sus intereses particulares para olvidar o no darle importancia a algo serio como la supervivencia, en este esquema los intereses políticos y económicos apalancados por los medios de comunicación, en especial el de las grandes corporaciones televisivas y redes sociales juegan un rol estelar sobre el comportamiento de la humanidad, contrariamente a advertir el peligro lo usan como entrenamiento y así aprovecharse del capital político/económico que este les genere.

No mires hacia arriba es también un grito de alerta sobre los riesgos de la humanidad frente al peligro de las redes de comunicación y los gobernantes autoritarios que solo piensan en su propio beneficio sin importar las vidas humanas que estén en juego, la dignidad humana queda pisoteada por los intereses mezquinos de unos pocos que al final terminan arrasados por la realidad de sus decisiones egoístas, no mires hacia arriba es también un llamado de atención para que desviemos la mirada a un lugar distinto al de nuestras pantallas móviles que desconectan la verdadera realidad sobre una imaginaria, es una invitación a pensar con inteligencia dialéctica y crítica, rechazando la verdad impuesta por una que debemos atrevernos a buscar, el filoso Chul- Han plantea que las enfermedades del siglo 21 son y serán patológicas, derivan principalmente del mundo imaginario digital que sesga la mente y la transforma en producto, al respecto nos dice lo siguiente: “Los medios sociales no fomentan forzosamente la cultura de la discusión. A menudo los manejan las pasiones. Los shitstorms o los «linchamientos digitales» constituyen una avalancha descontrolada de pasiones que no configura ninguna esfera pública.”

No tengo la menor idea si esta película nominada al Oscar podrá triunfar, más allá de los tecnicismos cinematográficos pienso que su victoria será un triunfo importante para la humanidad y la reflexión sobre los peligros que representan las redes sociales y los medios de comunicación al servicio de intereses políticos/económicos carentes de sensibilidad humana y amor, son tiempos de subir la mirada y empezar a pensar con profundo sentido hospitalario o como nos dice Chul-Han: “Por tanto, la masa de información acelerada ahoga el pensamiento. También el pensamiento necesita un silencio. Hay que poder cerrar los ojos.”

@lombardijose