José Lombardi: Igualdad y fraternidad

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“El Todo es superior a la parte”

El artículo primero de la Declaración de Derechos Humanos establece: “todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros” haber llegado a esta declaración le ha costado a la humanidad millones de vidas que a través del sufrimiento, tortura, discriminación, guerras entre otros medios de aniquilación no han sido suficientes para erradicar al día de hoy las desigualades que siguen comprometiendo la dignidad humana de millones de Seres Humanos.

La igualdad esta amalgamada a la dignidad humana, es una aspiración natural de todos los Seres Humanos, mucho se ha debatido sobre el alcance de este concepto confundiendo deliberadamente y desfigurando la esencia de este a través de argumentos raciales, étnicos, geográficos y hasta genéticos para intentar explicar nuestras diferencias, uno de los casos emblemáticos y siniestros de la historia de la humanidad es el de la teoría nazi sobre la raza aria en donde se pretendía a través de rasgos físicos dividir a la humanidad entre razas superiores e inferiores.

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Las banderas de la desigualdad en la historia han sido crueles y están manchadas de sangre inocente, desde el sufrimiento de los esclavos hasta el holocausto han muerto millones de Seres Humanos devorados por un apetito de odio, discriminación, supremacía y poder emanado de lo peor del Ser Humano.

El Ser Humano es alma y materia o como lo establece el propio artículo número uno de la Declaración de Derechos Humanos antes citado: “…dotados como están de razón y conciencia…”, todos sin excepción somos iguales en este punto de partida, de aquí en adelante serán nuestras acciones junto otros factores lo que nos harán distintos y únicos a la vez, pero siempre enmarcados en un todo universal que es la humanidad, por eso el énfasis al final del artículo citado: “…deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.”

El Papa Francisco ha dedicado gran parte de su papado en insistir sobre la “cultura del descarte” que tiene que ver precisamente con la ausencia de fraternidad entre los Seres Humanos, ausencia que abre la puerta a las desigualdades abusivas del hombre sobre el hombre y por eso con acertada razón expresa: “En realidad, una sociedad merece la calificación de civil si desarrolla anticuerpos contra la cultura del descarte; si reconoce el valor intangible de la vida humana; si la solidaridad es activamente practicada y salvaguardada como fundamento de la convivencia”

La igualdad existirá mientras prevalezca la fraternidad, así como la desigualdad será proporcional al tamaño de una humanidad egoísta, aspirar a un mundo mejor pasa necesariamente por revisar todos estos conceptos y sobre todo las acciones, pretender cambiar el mundo hacia algo mejor es una noble tarea que puede resultar decepcionante cuando se hace desde la soledad, pero inmediatamente que se conjuga fraternalmente con otro Ser Humano empieza a ser posible.

@lombardijose