Una oposición venezolana, claramente fracturada, abre el debate sobre las rutas que tomará la dirigencia en búsqueda de unidad y reconciliación con la población, que le permita alcanzar un cambio en el país, controlado por la administración de Nicolás Maduro, la que reafirmó su poder tras las pasadas elecciones regionales.
Con una participación de 42,26%, los candidatos del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) se alzaron en 19 de las 22 gobernaciones adjudicadas hasta el momento. Aunque la Misión de Observadores de la Unión Europea y el gobierno de Estados Unidos discreparon en la imparcialidad del proceso, los números no fueron sorpresivos para las principales encuestadoras del país, que ya proyectaban una abstención alta.
La falta de convencimiento del electorado opositor representó un factor clave, que algunos analistas políticos desglosaron en tres capas: desconfianza en el Consejo Nacional Electoral (CNE), ausencia de un verdadero liderazgo opositor con poder de convocatoria o, por el contrario, el reconocimiento y seguimiento a lo expresado por el líder de la oposición venezolana, Juan Guaidó.
Guaidó, reconocido por la administración de Joe Biden y otras en la región, como el representante del gobierno interino de Venezuela, insistía en la necesidad de transparencia y libertad antes de decidir acudir a una votación contra el chavismo, a pocos días de las elecciones. Luego del resultado, desalentador para la oposición participante, Guaidó se encargó de dejar claro que el camino de acompañamiento internacional que había logrado desde 2019, con su juramentación y la promesa de arar un camino político distinto en el país, se mantendría en 2022, con él a la cabeza.
Mientras tanto, el excandidato presidencial Henrique Capriles Radonski, principal impulsor de las elecciones, resaltaba por otra parte que las “fuerzas democráticas” tendrían una reorganización próximamente. Cuestionó incluso el liderazgo de Guaidó, lo que hizo notoria su apuesta a que sea otro el personaje a cargo.
Henrique Capriles: «Eso que llaman interinato se murió el 30 de abril de 2019. Ahí le dieron cristiana sepultura. ya está bueno. O hacemos política con «p» mayúscula o seguimos jugando playstation». pic.twitter.com/2pZ9LsXOJO
— El Nuevo País y Zeta (@enpaiszeta) October 21, 2021
Una fuente cercana al G4, como se le conoce a la coalición de los cuatro partidos principales de oposición, que son Acción Democrática, Un Nuevo Tiempo, Primero Justicia y Voluntad Popular, reveló a Bloomberg Línea unos supuestos acuerdos entre Capriles y la administración de Nicolás Maduro, que incluye también un ala de AD, con un alto cargo de la dirigencia al frente.
Este sector de la tolda blanca habría sido responsable de la gerencia general de Monómeros Colombo-Venezolanos S.A., que luego del escándalo de corrupción y quiebre de la empresa, habría buscado desligarse del interinato con una salida que apuntaba al apoyo del chavismo. Un intercambio de participación en las elecciones y el descarte de Guaidó por un reconocimiento a Capriles, como líder de una nueva oposición era parte de ello, de acuerdo al testimonio que prefiere estar bajo anonimato.
Con los resultados que dejó la baja participación en el proceso electoral para elegir gobernadores, alcaldes y legisladores estadales el 21 de noviembre, al que Capriles habría insistido en llevar a la oposición y lo logró, luego de que la tarjeta de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) fuese habilitada nuevamente como parte de sus negociaciones, el escenario se vio trastocado.
La fuente explicó que Capriles no esperaba que la oposición no consiguiera mayor victoria, y ante ello, debió acelerar sus intenciones, con un discurso que hacía evidente los lazos trazados con Maduro y Jorge Rodríguez, quien pocas horas antes de la conferencia del excandidato presidencial y exgobernador del estado Miranda, pronunciaba unas palabras similares en relación a la reforma opositora.
“La foto de la oposición es distinta”, decía Jorge Rodríguez, jefe de la delegación chavista en el diálogo iniciado en México, al que pidió incorporar ahora a un representante del partido Fuerza Vecinal y a uno de la coalición Alianza Democrática, que reúne a las directivas que designó el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) para los partidos opositores PJ, VP, AD y Copei.
Jorge Rodríguez señala que después del #21N, “la foto de la oposición es distinta”. Habla de que el único diálogo no es el que media Noruega y que deben incluir a partidos como Fuerza Vecinal y Alianza Democrática. También adelantó que Maduro hará “propuestas” en este sentido
Los actores políticos involucrados en esta designación ad hoc por parte del ente judicial, han sido acusados por la oposición de “alacranes” o infiltrados. Al ser cuestionado sobre ello y la posibilidad de establecer acuerdos, Capriles dijo que habría que revisar caso por caso.
“Vamos a revisar estado por estado. Habría que ver cuál es su posición política. Hay que revisar”, señaló sobre José Brito, principal acusado de hacer acuerdos con el chavismo para lo que han denunciado como “secuestro” del partido Primero Justicia, ahora llamado Primero Venezuela.
Raylí Luján