He decidido, primero, ir a votar; lo cual representó para mi un mínimo análisis de lo que los sociólogos llaman «análisis de coyuntura».En un debate personal sobre el qué hacer en la Venezuela de hoy y con lo que tenemos; sumando la situación política latinoamericana (que está que le pasa un tren por encima) y los vaivenes de los organismos internacionales, con sus protocolos y parsimonia, propio de ser espacios donde se representa a los estados y no a la gente: propongo crear una OMGU (organización mundial de la gente unida).¿Por qué votar? Porque mi impaciencia no acepta sentarse ante la pantalla de una laptop o móvil, leyendo los chat del WashApp, las publicaciones del Facebook o el Twitter, ejercitando las falanges, en un un interminable coloquio que ya uno no sabe con quien se comunica.Ahora, una decisión conlleva a la otra: ¿por quién votar?Aquí tengo menos dudas, y en consecuencia, menor análisis: por Manuel Rosales y Rafael Ramírez. Y, si me tocara en otros estados y regiones, lo haría por los candidatos que van por la alianza que lidera Juan Guaidó. Sin desestimar las cualidades de otros candidatos por otras fuerzas, me anima la convicción de que no estamos para dudar ni mucho menos dividir esfuerzos. Manuel Rosales, como me dijo un militante chavista, pero, ante todo, amigo e inteligente, será sin duda «hasta una mejor imagen como gobernador «.En particular, no me llamo a engaños, sé que no le será fácil; que su gestión y la de Ramírez, aunque tengan la voluntad, encontraran muchas dificultades para «traer la felicidad al Zulia». El renacer de la esperanza pasa por el país. Votaré por Manuel Rosales y Rafael Ramírez apostando a una oportunidad, ante un régimen que otorga pocas.En resumen, saldré a buscar un poco de primavera, en un un otoño político, económico y social que, desde hace años no da paso a otras estaciones.
