Recordando un taller que hiciera hace mucho tiempo sobre el tema de los equipos de alto desempeño, donde analizamos un artículo que versaba sobre el comportamiento de los gansos durante el proceso de vuelo, el mismo recitaba lo siguiente:
“El próximo otoño, cuando veas los gansos dirigiéndose hacia el sur para el invierno, fíjate que vuelan formando una V, tal vez te interese saber lo que la ciencia ha descubierto acerca del porqué vuelan en esa forma. Se ha comprobado que cuando cada pájaro bate sus alas, produce un movimiento en el aire que ayuda al pájaro que va detrás de él, volando en V la bandada completa aumenta su eficiencia por lo menos un setenta y uno por ciento, que si cada pájaro volara solo. Cada vez que un ganso se sale de la formación siente inmediatamente la resistencia del aire, se da cuenta de la dificultad de hacerlo solo y rápidamente regresa a su formación para beneficiarse del poder del compañero que va adelante. Cuando el líder de los gansos se cansa, se pasa a uno de los puestos de atrás y otro toma su lugar. Los gansos que van detrás graznan, produciendo un sonido propio de ellos, para alentar a los que van adelante a mantener la velocidad. Cuando un ganso se enferma o cae herido por un disparo, otros dos gansos se salen de la formación y lo siguen para ayudarlo y protegerlo, se quedan acompañándolo, hasta que esté nuevamente en condiciones de volar a hasta que muere, y solo entonces los dos acompañantes vuelven a su bandada o se unen a otro grupo.
Ahora bien, ¿Cuáles son las enseñanzas que podemos extraer de este relato? En primer lugar, que las personas que comparten una visión y tienen sentido de pertenencia, pueden llegar a donde deseen más fácil y rápidamente si se apoyan mutuamente. En el caso de la realidad política venezolana, los partidos políticos de la oposición en lugar de apoyarse mutuamente en función de sus objetivos, que de paso son compartidos, siendo la salida del régimen, han venido actuando de manera individual y separada, favoreciendo al enemigo común.
Segundo, cuando un miembro del equipo se aparta, su esfuerzo individual aumenta perdiendo eficiencia. Los partidos políticos, aparentemente no han tomado conciencia sobre sus pobres resultados, por haber actuado de manera individual a lo largo del periodo de este sistema político. Si en su lugar, hubiesen actuado en equipo y experimentado la tan apreciada sinergia, otros resultados tendrían en su haber.
Tercero, a veces tenemos que aplicar el concepto de liderazgo compartido, donde un líder en un momento dado, le pasa el “testigo” a otro para que lidere el proceso, tal cual ocurre en las carreras de relevo, refrescando el liderazgo en un momento dado de acuerdo con los fines planteados. Pues bien, los líderes políticos o jefes de partido han demostrado una apetencia exacerbada de protagonismo, entre sus pares de otros partidos y dentro de su propia organización, la cual raya en el más absurdo caudillismo.
Cuarto, cuando en un momento dado alguien toma las riendas de un proceso, los que están detrás deben incentivar con arengas de animo a los que están delante y apoyarlo en su misión. El comportamiento de los actores políticos ha dejado mucho que desear en este sentido, casi siempre los no ungidos, por pequeñeces psicológicas, desaprueban, confunden y conspiran, a sabiendas que el enemigo nunca ha estado adentro, sino, en la acera del frente.
Por último, cuando algún miembro se enferma o presenta problemas, se tiene que apoyar, tanto por solidaridad, como por amor, nunca abandonarlo a su suerte. Esta es una cualidad muy poco común en nuestros actores políticos, donde el egoísmo ha sido la practica mas observada, haciendo incluso, leña del árbol caído.
En función del proceso electoral regional del 21N, donde los demócratas esperamos ganar la mayoría de las gobernaciones y alcaldías del país, muchos sondeos de opinión y voces de expertos, auguran, unos éxitos y otros fracasos. Las opiniones más calificadas, plantean que las probabilidades de éxito a nivel de gobernaciones están por el orden de las siete o doce ganadas. Esperemos los resultados, sin embargo, me atrevo a afirmar, que dadas las actuales circunstancias de desprestigio y baja popularidad del gobierno, por las razones altamente conocidas, la oposición ganaría, sin lugar a dudas, todas las gobernaciones, todas las alcaldías y todos los consejos municipales. No será de esta manera, porque los partidos de oposición, siguen actuando por su cuenta, y muchos de ellos, contrapuestos entre sí, como si fuesen rivales, como si no tuviesen un adversario en común, como si actuaran en un ambiente democrático y en el marco de un estado de derecho, como si no existiesen fuerzas internas y externas que oscurecerán para siempre el país.
Finalmente Si los partidos políticos de la oposición no aprenden a trabajar como los gansos, tendrán que conformarse con vivir como unos “extras” en lugar de ser los “protagonistas” de la película llamada Venezuela.
Alberto Barboza
Coach Gerencial en liderazgo, planificación y productividad
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