Luego de dos rondas de conversaciones realizadas en México (13-08 y 3-09-2021), se reafirman las posiciones de los dos bandos sentados a cada lado de la mesa y de los satélites que se mueven alrededor de ella. El régimen chantajea con sus bocones oficiales Nicolás Maduro, Jorge y Delcy Eloína Rodríguez, y el más nervioso de todos, Diosdado Cabello, amenazando con suspender el diálogo sino aceptan sus peticiones de reconocer la legitimidad de Nicolás y dejarle poner las manos a las fuentes de financiamiento y activos bloqueados principalmente por Estados Unido de América (EUA). Sus objetivos son claros: reconocimiento y dinero.
Mientras tanto, la banda criminal [entiéndase régimen] busca mantener la sociedad distópica, escribió recientemente Antonio de la Cruz (venezuelausa.org 14-09-2021). “Necesita recuperar la legitimidad internacional de los países democráticos. Sobre todo, el reconocimiento de Estados Unidos, que sí la considera una amenaza creíble. Las sanciones impuestas por el gobierno de Donald Trump y que ha mantenido Joe Biden a la estructura que alimenta el aparato de Estado, han mermado la capacidad de los secuestradores para mantener el control social de la población. Este es el principal motivo por el que les urge la flexibilización o el levantamiento de las medidas, así como la recuperación de los activos en el exterior” (Citgo –EUA- y Monómeros –Colombia-).
El más angustiado en este momento es el desesperanzado pueblo venezolano que no está beneficiado por las remesas, vive de sus míseros sueldos y de sus prácticas informales, y que forma parte de ese 74% de pobreza con inseguridad alimentaria y 96% de ingreso, estimada por la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi) 2019-2020 realizada por la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab). Su condición crítica se agudizó en los últimos años, no por las sanciones de EUA, sino por la corrupción, la ineficiencia y el despilfarro de la bonanza petrolera, agravada.
Pero el régimen está muy nervioso y dará guerra con sus aliados. Aunque aparenta fuerza [y la tiene parcialmente con el control sobre la estructura formal del Estado y las fuerzas militares y de seguridad], las graves denuncias y ratificaciones de los informes de la Corte Penal Internacional (CPI) y de la Organización de las Naciones Unidas relacionadas con torturas, ajusticionamientos extrajudiciales y violaciones sexuales, están generándole una gran presión internacional y favorecen a la oposición.
Aunado a estos informes, se sienten las consecuencias del desconocimiento de la reelección de Nicolás Maduro (2018), de su Asamblea Nacional (electa en diciembre de 2020) y de las instancias judiciales y electorales; así como de las sanciones económicas impuestas por EUA, la Comunidad Europea y algunas naciones latinoamericanas a funcionarios corruptos o vinculados con narcoterrorismo. Estas medidas limitan el ingreso del régimen a los mercados financieros, la obtención de capitales frescos vía endeudamiento, inversiones o servicios e insumos petroleros –por ejemplo- que impiden oxigenar a la estratégica industria de los hidrocarburos, esta última “la vaca lechera del chavismo” que alimentó la corrupción, las subvenciones con las que controlaron a la sociedad, financiaron campañas y ahora lo esperan hacer con la de noviembre 2021, y compraron a varios gobiernos del continente.
Con la captura en España del general Hugo Carvajal, jefe de la inteligencia del régimen de Hugo Chávez entre 2004-2011, con fines de extradición a petición de EUA, y de la autorización del Tribunal Constitucional de Cabo Verde, de entregar al testaferro de Nicolás Maduro, Alex Saab, la situación se complica para el chavismo. Estas dos acciones, sin duda, orquestadas por EUA, son cartas que minan su legitimidad y lo arrinconan aún más. La información manejada por el ex director de la Dgcim y el corrupto emisario, sobre los negocios, testaferros, depósitos bancarios, integrantes de la red de narcoterrorismo y los oscuros vínculos entre algunos gobiernos latinoamericanos y de España, sin duda traerán sorpresas.
La jugada del régimen venezolano asesorado por el autócrata ruso, Vladimir Putin, de darle rango diplomático e incorporar al delincuente Alex Saab, como miembro de la mesa de negociaciones, tampoco procederá porque el sistema judicial de EUA es independiente. Esta maniobra de la izquierda no es nueva, durante las conversaciones de paz en Colombia (2016), las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia intentaron presionar con el extraditado Simón Trinidad, su comandante financiero, y tampoco lo lograron.
Es desfavorable para la oposición el haber aceptado a México como sede de las conversaciones por la parcialidad pública de AMLO, el permitir que la agenda la imponga el régimen, incluso seleccionar a los candidatos como ocurrió con la salida de Carlos Vecchio (embajador en EUA asignado por Juan Guaidó) y la imposición del recién liberado, Freddy Guevara de Voluntad Popular; uno, porque en el fondo el punto definido en la agenda relacionado con la crisis social y humanitaria favorece el alegato de Maduro de responsabilizar a “las sanciones de EUA como la causa”, cuando se sabe que los indicadores económicos y de pobreza empeoraron a partir de la caída de los precios del petróleo en 2014, este argumento también lo están utilizando para intentar la recuperación de “dos vacas lecheras”: Citgo y Monómeros.
Dos, la reunión en México de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) un mamotreto impulsado por Hugo Chávez y el Foro de Sao Pablo, para hacer contrapeso a EUA, sirve para proyectar la imagen del devaluado y gris presidente, Andrés Manuel López Obrador, quien junto a Alberto Fernández aspiran a convertirse los paladines de la izquierda del continente, por eso se empeña en impulsar el diálogo Venezuela, esta VI Cumbre cuyo objetivo es eliminar a la Organización de Estados Americanos (OEA), apoya al dictador cubano, Miguel Díaz-Canel, luego de la represión de julio 2021, y a Nicolás Maduro. Pero los informes del CPI y de la ONU también le complican la imagen a estos justificadores de las violaciones.
Sin embargo, en el juego geopolítico, una tesis que explica el rol protagónico mexicano en los últimos meses, es que EUA lo utiliza como el canal de conexión entre sus intereses y la solución de sus problemas: Venezuela y Cuba. Teniendo claro que su economía y su cacaraqueada independencia y soberanía son muy relativas, porque este país depende económicamente del vecino del norte: Tratado de Libre Comercio (TLC) y las remesas cuyo monto anual se calculan en más de US $42 mil millones anuales ¿Le mordería usted la mano al amo que le da comida? Lo dudo.
@hdelgado10