En el Comité Judicial del Senado cuatro de las más renombradas gimnastas de Estados Unidos volvieron a pedir justicia este miércoles por los abusos cometidos por el entrenador Larry Nassar.
Pero esta vez no solo lo señalaron a él, a su agresor, que ya fue condenado. También pidieron en ese espacio que sean presentados ante la corte los agentes del Buró Federal de Investigaciones (FBI) que desacreditaron las denuncias iniciales de algunas de ellas y dilataron por meses una investigación, así como las autoridades de USA Gymnastics y del Comité Olímpico y Paralímpico que les dieron la espalda y les pidieron silencio.
Más tarde, fueron cuestionados el director del FBI, Christopher Wray, y el inspector general del Departamento de Justicia, Michael Horowitz. Ambos debieron explicar por qué, por ejemplo, los agentes del Buró en la oficina local de Indianápolis —los primeros que conocieron el caso— no avanzaron más rápido en una investigación a nivel federal que frenara los abusos y por qué, una vez conocidos meses más tarde, intentaron alterar el testimonio de Maroney para librarse de culpa ante su inacción.
«Lo siento profundamente», dijo Wray, quien asumió la conducción del FBI en 2017, dos años después de las primeras denuncias y en momentos cuando comenzaba el juicio en contra de Nassar. Interpelado, explicó que ese caso los llevó a hacer cambios en la institución. Entre ellos, un agente fue despedido, pero también dijo que, a nivel mandatorio, todos los funcionarios están recibiendo capacitación para lidiar con entrevistas y casos de abusos a menores de edad y para que las decisiones se aceleren según la cadena de mando.
Más tarde, el senador de Vermont Patrick Leahy aseguró que era difícil para él entender «que un agente del FBI rompió la ley». Señaló que «como padre y abuelo» aspiraría que más personas paguen por lo ocurrido.
Patricia Clarembaux / Univisión