Sale de Afganistan último avión militar de EEUU tras 20 años de guerra

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KABUL, AFGHANISTAN -- AUGUST 30, 2021: A military transport plane flies over as Relatives and neighbors of the Ahmadi family gathered around the incinerated husk of a vehicle targeted and hit earlier Sunday afternoon by an American drone strike, in Kabul, Afghanistan, Monday, Aug. 30, 2021. (MARCUS YAM / LOS ANGELES TIMES)

Estados Unidos puso fin este lunes a su guerra más larga, declarada hace 20 años como respuesta a los atentados del 11-S. Pasadas las 16:30 hora local de Washington, el general al frente del Comando Central del Pentágono, Kenneth McKenzie, compareció ante los medios y dijo: «Estoy aquí para anunciar la culminación de la retirada de Afganistán y el final de nuestra misión militar».

El último avión C-17 salió unos minutos antes de la medianoche del martes 31 en Afganistán, las 21.30 hora peninsular española.

Deja Washington en el poder a los Talibán, los mismos integristas a los que EE.UU. derrocó en los primeros meses de misión armada. Han muerto estos 20 años casi 2.500 soldados norteamericanos y decenas de miles de civiles, según las organizaciones humanitarias. Y quedan a su suerte más de 200.000 civiles que ayudaron a las fuerzas extranjeras y hoy temen represalias. En una breve rueda de prensa, el general McKenzie admitió: «No hemos podido sacar a todos los que quisimos».

En sus últimas horas en ese país, las Fuerzas Armadas estadounidenses se apresuraron a evacuar a refugiados y a diplomáticos, además de los últimos cientos de civiles estadounidenses que habían pedido la salida antes del repliegue completo. En un principio, Joe Biden dijo que la retirada sería el 11 de septiembre, pero la adelantó al 31 de agosto. Ni siquiera esperó a ese día, saliendo el último minuto del día anterior.

Tras la apresurada salida, los talibanes han dado garantías a la comunidad internacional de que ahora permitirán que aquellos que quieran abandonar el país lo hagan, tal y como han revelado la Casa Blanca y sus aliados en un comunicado, pero Naciones Unidas ha alertado de una inminente crisis humanitaria sin precedentes.

Desde que los talibanes volvieran al poder a mediados de agosto, EE.UU. ha extraído de Afganistán a unas 120.000 personas en el mayor puente aéreo de la historia bélica norteamericana.

Atentado del Daesh
Un atentado de Daesh (Estado Islámico) ha matado a 180 civiles y trece soldados norteamericanos del Marine Corps, y EE.UU. ha respondido con dos ataques con misiles lanzados desde aviones no tripulados, lo que se conoce como «drones».

De entre los evacuados hay aproximadamente 6.000 ciudadanos estadounidenses. Del resto, la Casa Blanca espera que unos 50.000 afganos que han trabajado para las fuerzas armadas norteamericanas en los 20 años de guerra sean acogidos como refugiados dentro de EE.UU. Las organizaciones humanitarias calculan que quedan a su suerte más de 200.000 afganos que ayudaron a las tropas estadounidenses en las dos décadas de guerra.

La retirada se ha convertido en la crisis más grave para Joe Biden, que en apenas un mes ha perdido un 5% de su índice de popularidad. La aprobación del presidente se ha desplomado del 52% al 47% según una media de sondeos que efectúa FiveThirtyEight. Sigue siendo más popular que Donald Trump a estas alturas de su mandato, pero menos que Barack Obama.

Por su parte, el Pentágono trató de blindar el aeropuerto de Kabul en estas últimas horas. En su punto máximo, ha habido 5.800 uniformados estadounidenses desplegados en el aeródromo de la capital afgana.

El lunes las Fuerzas Armadas estadounidenses informaron de que horas antes un sistema de defensa contra misiles había detectado un ataque con cinco proyectiles y los había neutralizado, impidiendo otra matanza. El presidente Biden es informado a diario de la evacuación y de estas amenazas de seguridad, según la Casa Blanca.

El domingo el presidente recibió los féretros de los soldados muertos en Kabul en la base aérea de Dover. Varios familiares se ausentaron en señal de protesta, y criticaron la precipitación de la retirada y los errores que a su entender facilitaron el mortal ataque del Estado Islámico.

La portavoz de la Casa Blanca rehusó el lunes dar detalles de ese encuentro de Biden con los familiares de los soldados fallecidos. Dijo que el presidente está muy afectado por esas muertes pero que no tiene remordimientos por haber ordenado el repliegue de Afganistán.

«El presidente mantiene su decisión de devolver a casa a los hombres y mujeres sobre el terreno en Afganistán, porque la alternativa sería devolver allí a decenas de miles o al menos miles de soldados, a ponerse en peligro para luchar por algo por lo que el propio Ejército afgano no lucha», dijo ayer Jen Psaki en rueda de prensa. El Ejército afgano se rindió ante los talibanes y el presidente Ashraf Ghani huyó del país horas después de que estos llegaran a Kabul.

El Pentágono dijo ayer que hay varios cientos de estadounidenses que no quieren abandonar el país, aunque los talibanes hayan regresado al poder. El portavoz del Pentágono, John Kirby, dijo en rueda de prensa que si esos ciudadanos quieren salir tras el repliegue militar, se les asistirá por medios diplomáticos. «No habrá ya apoyo militar en esos esfuerzos», advirtió Kirby.

Aún no está claro si Washington tendrá relaciones diplomáticas con los talibanes. De momento, han salido de Kabul todos los diplomáticos estadounidenses, pero lo cierto es que ha habido diálogo bilateral los pasados meses.

Naciones Unidas pidió ayer a la comunidad internacional que mantenga la presión sobre los islamistas una vez culmine la retirada estadounidense esta semana. Según dijo el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi, «todavía hay millones de personas que necesitan que la comunidad internacional actúe».

Por lo demás, la coalición para combatir a Daesh (Estado Islámico), comandada por EE.UU., emitió ayer un comunicado en el que afirma que seguirá combatiendo a los yihadistas tras la retirada de Afganistán. Según dijeron los integrantes, usarán «el poder militar, de inteligencia, diplomático, económico y de aplicación de la ley para asegurar la derrota de esta brutal organización terrorista» tras la retirada culminada ayer.

David Alandete/ corresponsal de ABC en Washington