El sorprendente anuncio de Juan Guaidó, quien adelantó el martes que está dispuesto a negociar con Nicolás Maduro en busca de un acuerdo de salvación nacional, ha agitado las aguas de la estancada crisis política venezolana. Una de las reacciones más esperadas a este giro de 180 grados es la de Estados Unidos, que ha precisado su apoyo al «cien por cien» a la iniciativa del presidente encargado, como dejó claro en su cuenta de Twitter Juan González, consejero de Joe Biden para América Latina.
«Apoyamos a Juan Guaidó y los esfuerzos de la oposición venezolana para restaurar pacíficamente la democracia en Venezuela a través de elecciones presidenciales y parlamentarias libres y justas. La única solución a esta crisis es un acuerdo integral que conduzca a un resultado democrático que los venezolanos quieren y merecen», aseguró por su lado Julie Chung, subsecretaria para el Hemisferio Occidental del Departamento de Estado.
La funcionaria de Washington recogió a su vez las palabras del embajador James Story, quien también hizo hincapié en las condiciones previas que EEUU ha impuesto a Caracas para unas futuras negociaciones que algunos creen ya han empezado a través de senadores y congresistas: liberación de presos políticos, mayor acceso a ayuda humanitaria, libertad de prensa, rehabilitación de partidos políticos y el cese de los ataques contra la sociedad civil.
Todos estos puntos también están recogidos en el Acuerdo de Salvación Nacional. EEUU, junto a la comunidad internacional, está dispuesto a «seguir presionando para lograr avances concretos».
En juego están las sanciones que EEUU ha impuesto a la revolución, excluyendo las personales a los jerarcas chavistas. El propio Guaidó anunció el martes que, como contrapartida, el régimen obtendría su principal exigencia de los últimos meses: el levantamiento progresivo de sanciones, condicionado al cumplimiento de los objetivos señalados.
Una de las propuestas de la oposición mayoritaria es la creación de un «mecanismo de rendición de cuentas» si el régimen intenta evadir de nuevo una solución negociada, como ya ocurriera en todas las negociaciones precedentes.
«La Administración Biden está siendo consistente al insistir en las condiciones, lo que supone la ratificación de la potestad de la oposición de tomar decisiones, con el acompañamiento de EEUU. Es el pueblo venezolano quien debe decidir los pasos a seguir», apunta María Puerta Riera, profesora de Gobierno Americano en Florida.
La politóloga añade que Biden está jugando en dos escenarios, internacional y doméstico. «En el primero buscar recuperar el rol de promoción de la democracia. Y en el segundo, lidiar con el ala progresista, que no quiere intervención, y con el ala radical (cubanos y venezolanos), antes de las elecciones de 2022, donde está en disputa la mayoría en el Congreso».
Un cálculo parecido se hacen en Bruselas y Madrid, donde creen que Washington no moverá ficha de forma estruendosa hasta después de esas elecciones y dejará que sean otros actores, como Noruega o la Unión Europea, quienes se encargan de liderar los diálogos.
Madrid también dio su visto bueno al acuerdo propuesto por el líder opositor, una reacción valorada positivamente por Guaidó, según pudo saber EL MUNDO. La apuesta española por «una solución negociada con liderazgo venezolano y acompañamiento internacional que conduzca a la reinstitucionalización democrática mediante la celebración de elecciones presidenciales, legislativas y subestatales demócraticas», adelantó a Efe una fuente del Ministerio de Exteriores. La propuesta de Guaidó incorpora «todos estos elementos», añade la agencia.
Daniel Lozano / El Mundo de España