La muerte del líder guerrillero colombiano Jesús Santrich acentúa las tensiones en la región fronteriza entre Venezuela y Colombia que ya es víctima de un conflicto armado que ha dejado más de dos decenas de muertos y cerca 5,000 desplazados, dijeron analistas.
El líder de las de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), cuyo verdadero nombre era Seuxis Paucias Hernández Solarte, murió el lunes a los 53 años al ser emboscado cuando se desplazaba en una camioneta en el lado venezolano de la Serranía del Perijá, dijo en la noche del martes en un comunicado el grupo disidente de las FARC autodenominado la Segunda Marquetalia.
Hasta el momento se desconoce a ciencia cierta los individuos que lanzaron la emboscada, pero la Segunda Marquetalia, liderado por Santrich conjuntamente con el también jefe guerrillero Iván Márquez, dijo que el vehículo fue atacado con granadas y disparos por una unidad comando del ejército colombiano que irrumpió en territorio venezolano bajo órdenes del presidente Iván Duque.
La prensa colombiana publicó varias otras versiones sobre la muerte de Santrich, incluyendo algunas aseverando que fue asesinado por una facción de su movimiento guerrillero que rechaza su liderazgo y otras atribuyendo la responsabilidad a mercenarios que intentaban capturarlo para cobrar una recompensa de 10 millones de dólares que ofreció el Departamento de Estado estadounidense el año pasado.
El gobierno de Colombia y el régimen de Nicolás Maduro hasta el momento no se han pronunciado directamente sobre el ataque, pero expertos dijeron que la lista de potenciales sospechosos está efectivamente encabezada por los integrantes de la FARC liderados por el comandante Gentil Duarte, quienes están ahora en guerra con el liderazgo de la Segunda Marquetalia.
El rompimiento de ese sector de las FARC con el grupo de Santrich aunada a la intervención del ejército venezolano ha conducido a los enfrentamientos armados en el estado Apure de los últimos tres meses, dijeron los expertos.
Esos enfrentamientos han dejado un saldo de cerca de 30 muertos y decenas de heridos, además de llevar a unos 5,000 aterrados residentes de la zona a cruzar la frontera para buscar refugio en Colombia, advierten organizaciones de derechos humanos.
Aun cuando existen muchas interrogantes entorno a la emboscada, los expertos dijeron que la muerte de Santrich podría acentuar la espiral de violencia que padece la frontera venezolana.
“Esto va a profundizar el conflicto”, dijo el analista venezolano especializado en temas de seguridad Martin Rodil. “En esta emboscada se fueron contra uno de los cardenales de las FARC y eso va a exigir una reacción de la Segunda Marquetalia”.
También podría invitar una respuesta del ejército venezolano, que durante las últimas semanas ha estado combatiendo a las fuerzas de Gentil Duarte en Apure, agregó.
Santrich había sido uno de los principales representantes FARC en las negociaciones de paz con el gobierno de Colombia, pero rompió con el pacto menos de dos años después de firmarlo, luego de que fue acusado por Estados Unidos por supuesto tráfico de cocaína.
Gentil Duarte (Miguel Botache Santillana) en cambió se separó del acuerdo de paz desde el inicio y desapareció para luego ser visto, según múltiples reportes, en el lado venezolano de la frontera.
El general venezolano retirado Antonio Rivero djio que la muerte de Santrich propina un duro golpe a la posición de la Segunda Marquetalia en el lado de Venezuela mientras que la fracción de Gentil Duarte sigue fortaleciéndose.
“Gentil Duarte hasta el momento parece estar ganando, primero porque no lo han podido desplazar de la frontera, de los campamentos en que se encuentra en Venezuela, y ahora porque tiene bajo su poder personal militar venezolano (capturado) que le sirve de escudo humano y de fichas de negociación ante el régimen”, dijo Rivero.
El régimen de Maduro admitió el fin de semana que grupos irregulares habían secuestrado a ocho militares venezolanos durante recientes enfrentamientos.
“En las acciones de combate fueron capturados ocho profesionales militares de quienes el pasado 9 de mayo recibimos una fe de vida. Denunciamos ante la comunidad internacional (…) el infame secuestro de estos soldados”, dijo el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, quien leyó un comunicado en una transmisión televisada.
Santrich era un integrante de los movimientos juveniles de izquierda que entraron en las FARC a inicios de los años noventa, luego que uno de los dirigentes estudiantiles fue asesinado por la policía en la ciudad de Barranquilla.
El líder guerrillero se estaba quedando ciego debido a una condición genética, cuando se unió al proceso de negociación de un acuerdo de paz, pero ya para esa época se había convertido en uno de los principales ideólogos del movimiento.
Pero poco después de la firma del acuerdo de paz, Santrich entró en problemas con la ley, siendo arrestado en abril del 2018 luego que Estados Unidos le acusara de conspirar para traficar 10 toneladas de cocaína a los Estados Unidos.
Pocos meses después apareció en un video publicado en YouTube en el que exintegrantes de las FARC con ametralladoras anunciaron que seguirían con su lucha contra el gobierno, acusándolo de no cumplir las promesas establecidas en el pacto.
El gobierno colombiano ha acusado desde hace años al régimen de Maduro de ofrecer refugio a excombatientes de las FARC, incluyendo a Santrich y a Márquez.
Antonio María Delgado/ El Nuevo Herald