Hugo Delgado: El Arauca vibrador

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El 29 de agosto de 2019,el video de Iván Márquez (Luciano Marín), Jesús Santrich (Seuxis Paucias Hernández Solarte) y “El Paisa” (Hernán Darío Velásquez) comandante de la temible columna Teófilo Forero, sacudió al inestable proceso de paz de Colombia, firmado entre el comando de la Fuerzas Armadas de Colombia (Farc) y el entonces presidente y Premio Nobel de la Paz, Juan Manuel Santos. El grupo guerrillero reconocía que volvía a la lucha armada.

Márquez dijo (BBCMundo 29 de agosto de 2019): «Anunciamos al mundo que ha comenzado la segunda Marquetalia (lugar de nacimiento de las FARC) bajo el amparo del derecho universal que asiste a todos los pueblos del mundo de levantarse en armas contra la opresión». Lo que el legendario comandante guerrillero no reconocía es que su verdadero objetivo era ratificar su vuelta al negocio del narcoterrorismo, ahora aliado sin “tapujo alguno” con el régimen venezolano de Nicolás Maduro.  

Ya su compañero de andanzas, Jesús Santrich, se había salvado de la extradición hacia Estados Unidos entre 2018-2019, gracias a la complicidad del Consejo Supremo de Justicia (CSJ), que alegó debía ser juzgado por un “tribunal especial”, dado que el guerrillero era uno de los diez cargos de senador otorgados por el acuerdo de paz. Sin embargo, La Fiscalía General lo detuvo nuevamente ya que había un caso abierto y la justicia de Estados Unidos también lo investiga desde 1999, según lo reseñó el diario antioqueño El Mundo  (26-03-2020).

“Márquez y Santrich, ex integrantes de la extinta guerrilla de las Farc, son sindicados por el Departamento de Justicia de EE.UU. como directos colaboradores del régimen venezolano desde 1999 mediante la creación de células militares, la incursión de armamento ilegal para darle poderío de acción a las Farc y envío de cocaína para permitir su financiación”.

¿Qué tiene que ver el revuelo legal de Santrich y Márquez con lo ocurrido en Apure en 2021?  Al recibir el beneficio de excarcelación en 2019 de la CSJ y la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), inmediatamente el guerrillero se fugó para Venezuela y sin otra alternativa retomó las armas, apoyados por Nicolás Maduro. Sin embargo, en la frontera hay otros frentes de las Farc que no obedecen a los lineamientos de los aliados del régimen, y tienen sus negocios propios (narcotráfico, extorsión, secuestro, tráfico de minerales). 

Esta versión fue ratificada por el entonces fiscal General de los Estados Unidos, William Barr (ElMundo 26-03-2020), quien aseguró: “Los exjefes guerrilleros retomaron el camino de las armas “con apoyo del régimen de Maduro” para establecerse en la frontera entre Colombia y Venezuela con la finalidad de enviar toneladas de cocaína al país norteamericano”.

Entre estos disidentes que operan en la zona de Apure y Arauca, están Omar Pardo Galeano (Antonio Medina) del frente 28, Arturo del décimo, Jorge Eliecer Jiménez (Jerónimo Aljure)  del 56. Esto evidencia que el asunto es de negocios y poder, pero llama la atención que en la región también delinque el Ejército de Liberación Nacional (ELN), agrupación que no ha sido atacada por la Fuerza Armada Nacional  y los temidos grupos parapoliciales del régimen como la Faes.  Esta versión la ratifica la activista, Rocio Sanmiguel (Europapress 22-03-2021): “Es un apoyo al ELN y un castigo para las disidencias de las Farc”.

El 2 de agosto de 2020, escribí un artículo titulado 2022, advirtiendo sobre el punto anterior: “Para los venezolanos, la presencia de Jaime Galvis Rivera, alias “Ariel”,  en una bien custodiada hacienda, La Chirioca, en la zona del Nula del estado Apure,  parece no importarles. Pero quién es este personaje y por qué  su presencia tiene implicaciones que preocupan a los gobiernos de Estados Unidos y Colombia. Galvis  es el nuevo poder militar y financiero  del Ejército de  Liberación Nacional de Colombia. Según una información publicada el 26 de julio de 2020 por el diario El Tiempo de Bogotá: “En los últimos meses, alias Ariel ha empezado a cobrar relevancia en las investigaciones que agencias del Estado vienen adelantando en torno a las actividades del ELN… Informantes  desmovilizados  lo identifican y aseguran  que ha empezado a acumular tanto poder que alias Pablito  (Pablo Beltrán)  -el más beligerante miembro de la cúpula de esa guerrilla –  sigue sus órdenes”.

Los dudosos partes de guerra del ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, indican que murieron 6 militares y poco más de 30 resultaron heridos; hay 9 insurgentes fallecidos y  32 detenidos. 5 mil de habitantes de La Victoria, luego de los bombardeos de la fuerza aérea venezolana,  se  refugiaron en Arauquita. Los informes de los organismos de derechos humanos son preocupantes, al igual que la censura de prensa. Las Faes fueron denunciadas por sus acostumbrados abusos y la información de la zona es predominante oficial. Nada se dice de Ariel, tampoco del ELN.

El Arauca vibrador es una región convulsa desde siempre. El 16 de abril  de 1990, en mi tesis, Frontera Zona Prohibida, denuncié: “La expansión  del narcotráfico en la frontera  entre Venezuela y Colombia y su capacidad monetaria representa el mayor problema  que actualmente enfrenta el país”. El asunto es que el problema se fue agudizando y con la llegada de Hugo Chávez  la situación se agravó por la abierta alianza con la guerrilla, al punto que El Mundo de España, el 8 de marzo de 2013  escribió que los correos electrónicos de Raúl Reyes, luego de su muerte en 2008, calificaban al país “como el santuario”.

En la misma investigación dije: “La Sierra de Perijá en el estado Zulia, la Guajira, y el resto de los estados limítrofes se han convertido en zonas propicias para el lavado de dólares, el cultivo de coca y amapola y paso obligado de los cargamentos hacia los mercados internacionales”(P.33). “Según el analista Pablo Bassim el tráfico de estupefacientes se incrementa y en combinación con el terrorismo y políticos inescrupulosos, algunos gobernantes, engendran una peligrosa desestabilización  no solo para los gobernantes, sino para la soberanía nacional” (P.68).

El escritor Domingo Alberto Rangel, en su obra Venezuela en 3 siglos (1998) hace una interesante interpretación histórica: “La frontera llegó a ser una versión de lo peor que en cuanto a crimen haya habido en la historia. A todo ello se añade  el narcotráfico que en aquellas zonas fronterizas tiene una tierra propicia. Es posible que hoy no haya en América pedazo de suelo  más peligroso ni explosivo que éste de la raya  entre los dos países, por los llanos entre Apure y Casanare. Allí en el Arauca puede estarse incubando uno de los conflictos más vastos y sangrientos que haya registrado la América toda a lo largo de su historia”. 23 años después, ambas investigaciones históricas fueron ratificadas en sus conclusiones.

A lo dicho por Rangel y mi persona solo se le añaden trozos de historia escritos con sangre y mentiras. El tiempo se encargó de demostrar la perversidad de unas FAN al servicio de un régimen y sus socios narco terroristas (carteles y guerrillas con banderas ideológicas verdeS y sin ningún respaldo social). En la frontera desde la Guajira hasta el Amazonas todo se sabe, nada se oculta, solo basta caminar por ella para saber la verdad.

@hdelgado10