La revista Semana publicó este domingo una investigación contundente que da cuenta que los prófugos disidentes de las FARC, Iván Márquez, Jesús Santrich, el Paisa y Romaña, quienes abandonaron el acuerdo de La Habana firmado entre las Farc y el Gobierno de Juan Manuel Santos, hacen vida tranquilamente en Venezuela.
El Gobierno colombiano tiene información exacta de sus movimientos y de los campamentos donde se ubican estos disidentes, y desde donde operan rutas del narcotráfico y planean acciones terroristas contra Colombia.
Señala la publicación que desde Venezuela, Iván Márquez y Santrich, entre otros disidentes de las Farc, han aparecido en videos, enviando mensajes desafiantes al Estado colombiano.
Las alarmas parecen estar encendidas y Estados Unidos colabora con las investigaciones. En total son 36 estructuras conformadas por 4.927 hombres armados, según las cuentas de inteligencia hasta junio de 2020, lo cual sugiere que a la fecha son más. El dato es sorprendente, pues esa cifra puede ser casi la mitad del total de guerrilleros desmovilizados en el acuerdo de paz con las FARC.
De todos los disidentes, Márquez cuenta con 861 integrantes en sus propias filas, agrupados en tres estructuras, una subestructura y diez comisiones. Gentil Duarte controla el resto de unidades disidentes. Se dedican al narcotráfico, a la minería ilegal y al robo de ganado en Colombia para venderlo en Venezuel
En los últimos meses, fuentes venezolanas decidieron colaborar de manera secreta con las autoridades colombianas y han cruzado la frontera para entregar las evidencias. De esa forma, los investigadores ya lograron armar una completa radiografía con pruebas físicas irrefutables sobre las andanzas de Márquez y sus hombres a lo largo y ancho de los 2.219 kilómetros de la frontera colombo-venezolana.
En los últimos meses, gracias a la información recaudada a través de diferentes fuentes, las autoridades colombianas han logrado prácticamente acorralar a las disidencias de las Farc. Por ejemplo, saben que Márquez se encuentra en el estado Apure, en la pequeña ciudad de Elorza, de apenas 30.000 habitantes. Elorza se convirtió en su base de operaciones y en ese lugar se reúne con sus lugartenientes.
El área de influencia de Márquez se extiende por Arauca, Vichada, Guainía y el estado venezolano de Amazonas, en la frontera con Brasil. La última reunión llamada “Pleno”, convocada por Márquez, se efectuó en diciembre del año pasado, y los investigadores colombianos tienen el registro de todo lo que pasó en ese encuentro.
Por su parte, Santrich está en el estado Zulia, en la frontera con Colombia, y su mayor influencia la ejerce en las zonas limítrofes con La Guajira, César y Norte de Santander. A su cargo tiene la Red Comunicacional Insurgente, la Cadena Radial Bolivariana Voz de la Resistencia y la Comisión Nacional de Comunicaciones.
Los días en libertad de Márquez, Santrich, el Paisa y Romaña, pedidos en extradición por Estados Unidos y por cuyo paradero se ofrece una millonaria recompensa en dólares, parecen estar contados, pues están en la mira junto con sus lugartenientes. Desde mayo del año pasado, las Fuerzas Militares les han propinado 12 golpes contundentes a las disidencias, especialmente en la estructura militar.
El dilema para los disidentes es seguir en la guerra o entregarse, como ya lo han hecho 100 que se acogieron a los beneficios del Decreto 965, expedido por el Gobierno Duque en julio del año pasado. Solo esta semana se entregaron 24 en el Catatumbo, Putumayo y Cauca.
“Ya estábamos cansados y hartos de la misma rutina de siempre. Prácticamente estábamos sentenciados a una ejecución. Allá, si no cumples, te matan. Uno siendo un guerrillero no tiene posibilidades de nada bueno, eso solamente les sirve a los comandantes. Esa vida que nosotros llevábamos allá no es buena. El mensaje a mis compañeros es que no tengan miedo de tomar la decisión para salir”, dijo uno de los desmovilizados, del frente Jaime Martínez. El cerco militar y la colaboración de algunas fuentes venezolanas, los desmovilizados y gente de sus propias filas han permitido obtener información tan precisa que, según las autoridades, tarde o temprano van a caer.
Con información de la revista Semana