NBA en Disney

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Resguardados del coronavirus en el autoproclamado «lugar más mágico del planeta», los jugadores de la NBA han estado entretenidos pescando, practicando golf y documentando su nueva vida en la sede «burbuja» de Disney World.

Las estrellas de la NBA se instalaron tres semanas atrás en el lujoso complejo deportivo ESPN World Wide of Sports de Disney World, a las afueras de Orlando. Tres de los hoteles del famoso parque de atracciones hospedaron a las delegaciones de los 22 equipos, cada una de 35 personas incluyendo los jugadores, que tuvieron que despedirse por unas cuantas semanas de sus familias y amistades.


A su llegada, cada jugador tuvo que permanecer aislado en su habitación las primeras 48 horas pero, tras dar negativo en dos pruebas de coronavirus, se les permitió comenzar su vida en la «burbuja», donde cuentan con todo tipo de actividades para llenar el tiempo entre entrenamientos y partidos amistosos.

A su disposición tienen un servicio de conserjería que les permite reservar el acceso a piscinas, campos de golf, pistas de tenis, o para alquilar bicicletas, y cuentan con salas especiales para jugar a videojuegos y cartas.

La NBA también les preparó una aplicación especial para hacer su vida más sencilla en el hogar de Mickey Mouse y con la que pueden pedir que les llegue comida desde el exterior.

La comida fue, precisamente, uno de los primeros centros de atención en los reportes de los jugadores en sus redes sociales. Descontentos por los primeros menús que se les ofreció en los hoteles, jugadores como Joel Embiid (76ers de Filadelfia) no dudaron en publicar imágenes de sus bandejas de comida durante la cuarentena.

Otros estaban más satisfechos, como Meyers Leonard (Heat de Miami), quien compartíó su desayuno con «waffles» con la forma de Mickey Mouse.

«Cornhole», piscina y cervezas
Tras salir del aislamiento, los jugadores accedieron a comidas preparadas en colaboración con su personal y dietistas, lo que hizo mejorar las críticas gastronómicas.

«Si estamos hablando de un restaurante de cinco estrellas, no lo estamos. Pero si hablamos de buena comida que nos gusta comer, sí lo es», resumió el entrenador de los Pelicans de New Orleans, Alvin Gentry.

Quinn Cook, el base suplente de Los Lakers de Ángeles Lakers, hizo un resumen de cómo es un día cualquiera en la «burbuja» de la NBA, apartada de la zona de atracciones de Disney World, cerrada al público por el coronavirus.

«Me levanté, me hice pruebas, fui a almorzar, jugué a videojuegos, pasé un rato con mis compañeros, entrené, volví, comí, otra vez con mis compañeros, otra vez con mis compañeros, otra vez con mis compañeros. Fue un gran día», describió Cook.

En las redes sociales aparecen regularmente vídeos que muestran a los jugadores matando el tiempo con buen humor, como los de JJ Redick (Pelicans) y otra vez Meyers Leonard bebiendo latas de cerveza de un trago.

Los Spuers de San Antonio, por su parte, organizan torneos de «cornhole» (lanzamiento de granos de maíz en el agujero de una tabla inclinada) y los celtics de Boston juegan a voleibol de playa cuando sus jugadores Enes Kanter y Marcus Smart no hacen salvajes carreras de natación.

«Esto no es Siria»
Otros han optado por el golf para ahuyentar el aburrimiento, como el base esloveno Goran Dragic (Heat de Miami), quien hizo sus primeros intentos con este deporte.

Muchos se han animado también a pescar en el lago artificial de Disney World y a posar con sus presas, como Luka Doncic (Mavericks de Dallas) o Paul George (Clippers de Indiana)

Al mismo tiempo hay quien lleva un diario de esta experiencia, como JaVale McGee (Lakers), que filma, edita y transmite videos de su «Vida en la Burbuja» en YouTube casi a diario.

Ante algunas bromas y reclamos por las condiciones en Disney World, algunos jugadores han intentado poner las cosas en perspectiva, como el pívot Steven Adams (Thunder de Oklahoma), que sentenció: «Vamos a ser claros, esto no es Siria».

«No es tan duro como algunos dicen. Vivimos en un maldito centro turístico. Todos se quejan, tienen sus propias preferencias, pero no es mucho», afirmó Adams, quien pasó los meses de parón en una granja de su natal Nueva Zelanda. «De vez en cuando nos aburrimos, pero está bien. Hay momentos muy buenos porque puedes charlar con jugadores de otros equipos».

La cercanía entre los equipos permite fortalecer los lazos personales, algo que en muchos lugares del mundo sigue restringido por la pandemia pero que en Disney World ha generado especulaciones de que de esta «burbuja» saldrá una nueva alianza entre estrellas de la NBA para formar el siguiente súper equipo.

AFP