La OMS, ya criticada por haber tardado en aconsejar el uso de máscaras, fue acusada de no querer admitir las pruebas que apuntan a una propagación por el aire del nuevo coronavirus, que ya ha matado a más de 535.000 personas en seis meses.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció el martes que «surgen pruebas» de la posible transmisión por el aire de COVID-19, después de que científicos internacionales alertaran de esta forma de contagio, y reiteró que la epidemia se acelera.
«Reconocemos que surgen pruebas en este sentido y por tanto, debemos permanecer abiertos a esta posibilidad y a sus implicaciones, así como a las precauciones que deben adoptarse», declaró Benedetta Allegranzi, funcionaria de la OMS en una conferencia de prensa telemática.
«La posibilidad de una transmisión por vía aérea en lugares públicos, especialmente llenos de gente, no puede excluirse. No obstante, se tienen que reunir las pruebas e interpretarlas», prosiguió Allegranzi.
La responsable aconsejó «una ventilación eficaz en los lugares cerrados y la distancia física». «Cuando no es posible, aconsejamos el uso de mascarilla», dijo.
El lunes, un grupo de 239 científicos internacionales urgió a la OMS y la comunidad médica internacional a «reconocer la posible transmisión aérea de la COVID-19», en un artículo publicado en la revista Clinical Infectious Diseases de Oxford.
La institución insistió el martes en que la epidemia «se acelera, y no hemos alcanzado el pico de la pandemia», en palabras de su director general, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
«Aunque el número de fallecidos parece que se ha estabilizado a nivel mundial, en realidad, algunos países han realizado avances significativos en la reducción del número de casos, mientras que en otros los muertos siguen creciendo», dijo en una rueda de prensa.
AFP