Antonio Ledezma: Enfermos… pero de indolencia

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Algunos integrantes de las mafias que usurpan los poderes públicos en Venezuela, han confesado abiertamente que están contaminados por el virus Covid-19. Esos personajes llevan sobre sus espaldas el peso del descrédito, por eso es que hasta en eso cuesta creerles. Pienso que esas dudas razonables no responden a odios ni a sentimientos ajenos a la caridad humana, son reacciones de la gente ante esas revelaciones que dan lugar a todo tipo de conjeturas, partiendo del hecho cierto de que los pacientes, en este caso, tienen como regla general en sus vidas, mentir y sólo mentir con el mayor de los descaros.

Lo que si no da lugar a dudas es que esos siniestros personajes están muy enfermos de indolencia. Porque indolentes han sido para robarle a los venezolanos una fortuna colosal, que es la gran causa de la Tragedia Humanitaria Compleja que hoy padecemos.

Se robaron miles de millones de dólares destinados para el equipamiento de hospitales y ahí tenemos a nuestros centros de salud sin capacidad de salvar vidas, porque, sencillamente, nunca llegaron los equipos, ni las medicinas y tampoco se hicieron los arreglos físicos a las estructuras de dichos hospitales y ambulatorios.

Indolentes al extremo de hacer negociados con la poca comida que llega a nuestro país. Las cajitas CLAP fueron una buena excusa para proseguir “el festín de Baltasar” y así tenemos que un grupitojefeado por Alex Saab, pudo llenarse sus bolsillos, mientras mueren diariamente venezolanos por hambre. Si abrigan dudas, lean la última investigación de ENCOVI patrocinada por las casas de estudios superiores UCV, ULA y Simón Bolívar, y confirmarán que el 95% de las familias venezolanas están cruzando la barrera de la pobreza, por lo que ya, en ese territorio, somos los primeros. ¡Más pobres que Haití! Y camino al primer lugar en el mundo, ahora solo superados por Nigeria.

Indolentes para no tener pruritos a la hora de asaltar a nuestros productores agropecuarios, dejándolos a la buena de Dios, mientras las familias venezolanas ven alejarse las posibilidades de volver a sembrar y a cosechar productos criollos.

Indolentes para no dejar de soplar pitos para despedir, humillantemente, a los trabajadores de PDVSA.

Indolentes para no pensar en el daño que le ocasionarían a los venezolanos, después de robarse miles de millones de dólares que debieron estar invertidos en turbinas, en operaciones de dragados en los embalses, en la adquisición de transformadores, centrales termoeléctricas, etc, pero que también fueron desviados a los fondos de la corrupción de la mal llamada revolución del Socialismo del Siglo XXI. ¿Las consecuencias? Varios años continuos de apagones que han sido un martirio para millones de ciudadanos venezolanos.

Ante esa patología de los usurpadores venezolanos, el mundo libre está actuando con contundencia. Maduro ha recibido palo del más duro en pocos días. Palo en el Consejo de Seguridad de la ONU, de donde salieron “con las tablas en la cabeza”. Palo en la última reunión de la OEA. Palo en el último informe de la Sra. Bachellet, Alta Comisionada de los Derechos Humanos. Palo en Inglaterra, con la medida de poner a buen resguardo el oro venezolano que Maduro y sus mafias pretenden arrasar. Y palo del bueno en la Unión Europea.

Eso es un indicador de que las mafias están cada día masacorraladas, por lo que es menester estar siempre atentos a sus manotazos, propios de las fieras heridas. Esa tiranía va a caer y todo indica que es un régimen insoportable.


@alcaldeledezma