Irán lanzó 15 misiles balísticos a dos bases militares utilizadas por las fuerzas estadounidenses en Irak, dijo el Pentágono el martes por la noche, al tiempo que las tensiones que se habían prolongado entre Washington y Teherán estallaron en poderosas explosiones y en el temor de una guerra total después de que Estados Unidos matara a un alto general iraní.
Once misiles impactaron en las bases del oeste y norte de Irak y cuatro fallaron en su objetivo, según un funcionario de Defensa de Estados Unidos, quien dijo que no había informes confirmados de bajas estadounidenses en el audaz ataque previo al amanecer.
No hubo una respuesta militar inmediata de los Estados Unidos o una declaración del presidente Trump después del bombardeo, aunque informó que se dirigiría a la nación el miércoles. Los voceros dijeron que había sido informado y que estaba monitoreando la crisis con sus asesores de seguridad nacional.
Estados Unidos tiene muchas opciones de represalias si Trump decide intensificar aún más el conflicto. Pero inmediatamente después del ataque, tanto Teherán como Washington parecieron señalar una posible pausa en el ciclo de ataque y represalias en el que han estado encerrados durante las últimas semanas.