El exministro y académico le salió al paso a toda esta hecatombe que sufre el país, reniega y toma distancia de la tiranía de Maduro, que no solo responsabiliza de acabar con el país sino con el chavismo y la izquierda a nivel mundial.
En entrevista en nuestro podcast, Cabezas hizo un alto en sus clases en la Universidad del Zulia para explicar por qué el chavismo en donde participó, llegará a su fin.
El exministro de finanzas que trabajó en la primera reconversión que le quitó tres ceros a la moneda, hizo énfasis que con el corer de la gestión y de las políticas impuestas por el propio Hugo Chávez, se fue dando cuenta paulatinamente que el proceso no iba a llevar al país hacia ninguna parte, ya que se rechazaba todo manejo profesional de la concepción de la economía y por el contrario se enfrentaba todo lo que fuera considerado neoliberal. Enfatizó que sigue siendo un hombre de izquierda pero desde el punto de vista de la crítica al proceso que considera que está mermando en el continente y que está cerrando un ciclo definitivo. Considera que hay un cansancio de los liderazgos mesianicos de izquierda en América Latina.
En su libro editado y presentado por Sultana del Lago, Cabezas hace hincapié en las corruptelas, la falta de valores y de integridad al desconocer tantos erores que dañaron el país y la democracia en Venezuela, intentándolo igualmente en otros países de la región:
«Una postura totalmente acrítica vuelve por sus fueros en la izquierda latinoamericana para, regodeándose de verdades sacrosantas, intentar, sin éxito al-
guno, ocultar la gravedad del ocaso en la coyuntura y, lo más delicado, el mostrar una postura de solidaridad automática y de silencios cómplices con omi-
siones lacerantes al proyecto libertario y de igualdad como las corruptelas de destacados dirigentes en Brasil, Argentina y Venezuela o, violación de derechos humanos de opositores como mecanismo para permanecer en el poder y eludir procesos electorales transparentes, lo que derivo en autocracias y nepotismos, esto en Venezuela y
Nicaragua. En fin, existe la amenaza que la izquierda latinoamericana re-
curra de nuevo a un marxismo simplificante y manualesco insuficiente para explicar nada y menos para adentrarse en la complejidad causal de la realidad o, que por una solidarida militante “mire al lado”, desentendiéndose de los hechos, creyendo engañar la historia de los pueblos. Mi reflexión va en dirección opuesta y la hago pública para el debate de las ideas».
