La devoción de la diáspora en Orlando pidió a La Chinita por la paz en Venezuela

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Rodeada de rosas multicolores y a los pies del tricolor venezolano, una réplica de la virgen del Rosario de Chiquinquirá descendió desde el cielo para encontrarse con su feligresía migrante en la ciudad de Orlando en el estado de la Florida.

En el campus de la prestigiosa universidad Valencia College de Kissimmee, se llevó a cabo por segundo año consecutivo la bajada de La Chinita, que logró reunir a un número impresionante de venezolanos migrantes de diferentes ciudades de la Florida Central. Los devotos se dieron cita para venerar a la Santa Patrona a muchos kilómetros de su amado templo en la siempre recordada ciudad Maracaibo, convirtiendo a “La Chinita” en sentimiento espiritual de la inmensa diáspora que sufre, canta, ora, llora y pide por sus familiares y el país desde el extranjero.

La tarde del último sábado de octubre estuvo llena de calor chiquinquireño, gaita y oración. Contó con la realización del Santo Rosario, seguidamente con la celebración de la palabra presidida por el presbítero José Palmar y finalmente con el descenso y procesión de la virgen morena dentro del campus del Valencia College.

Los cantos religiosos estuvieron a cargo de la agrupación cristiana Adore, mientras que Los Gaiteros de la Virgen y el cantante Rafael «Pollo» Brito se unieron para ofrecerle una serenata a la Dama del Saladillo.

Foto: Liz Valecillos

“Esta celebración zuliana fue una realidad gracias a la colaboración de toda la comunidad venezolana en Orlando. La Chinita bajó y sus devotos la llenamos de plegarias y agradecimientos, plegarias por el país y agradecimiento por nuestra vida como exiliados. Fue una bajada de amor llena de bendiciones. Aprovechemos estos días para pedir paz, libertad, democracia y justicia”, manifestó el padre Palmar.

La bajada contó con la presencia del mayor Jacob Ruiz, de la Oficina del Alguacil del Condado de Osceola; León Granados, presidente de Venezuela USA Foundation en Tampa, entre otras personalidades.

En esta oportunidad, La Chinita lució un manto realizado por Gladys Salcedo de Nava, confeccionado en su totalidad de terciopelo rojo carmín con flores doradas bordadas con lentejuelas y piedras. Los laterales fueron decorados con cristales de swarovski para simbolizar el firmamento, los detalles ubicados al borde del manto simbolizan los emigrantes que salen a diario del país y las palomas con cintas tricolores como símbolo de la paz que se pide para Venezuela.

Foto: Liz Valecillos

Igualmente eventos de apego y devoción por la «China Amada» se llevaron a cabo las ciudades de Miami, Houston, Nueva York, Madrid e Italia.

Liz Valecillos