Por segundo año consecutivo, la feligresía mariana y especialmente la migrante del estado Zulia en Venezuela, celebra la bajada de la Virgen de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá en la ciudad de Orlando, Florida.
Como manda la tradición, el último sábado del mes de octubre, la reina morena baja de su camerín para dar inicio a las fiestas patronales y encontrarse con su pueblo.
En esta oportunidad, la festividad solemne en Orlando, Florida, está siendo organizada con mucho esfuerzo por un gran grupo de venezolanos encabezados por el padre José Palmar Morales.
El acto de este próximo sábado 26 de octubre, se llevará a cabo a la 1:00 de la tarde en la plazoleta del Valencia College en Kissimmee, ubicado en 1800 Denn John Ln, 34744.
“La Chinita tiene una historia muy parecida a la que hemos vivido los migrantes venezolanos en estos últimos cinco años. Ella salió de Colombia a Maracaibo, Venezuela, a causa de unos malhechores que robaron las iglesias que estaban en la orilla del Pacífico; en nuestro caso, por culpa de un gobierno indolente, tuvimos que emigrar, por eso La Chinita es ícono de nuestra devoción, de nuestra fe y de nuestra piedad. Es la patrona de los migrantes venezolanos y por eso merece su celebración”, explicó el padre Palmar.
El programa de la fiesta mariana contará con un santo rosario, la celebración de la palabra presidida por el padre Palmar, el descenso de la réplica de la virgen de la Chiquinquirá y procesión junto a su pueblo. Los Gaiteros de La Virgen y la actuación especial de Rafael “Pollo” Brito le pondrán la nota pascuera.
También se realizará colecta de juguetes nuevos y comida no perecedera para enviar a las principales ciudades de Venezuela.
Un poco de historia
Los feligreses celebran 310 años de que el Retablo, hallado en aguas del Lago de Maracaibo por María Cárdenas, se renovara para dejarse ver en la humilde tablita “la Reina Morena junto a su Hijo Jesús, y flanqueada por San Antonio y San Andrés”.
La Bajada de la Virgen fue instituida por los padres Capuchinos y significa la bajada de lo Divino a lo Corpóreo, a lo humano.
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Liz Valecillos
