Un contratista chino ha aceptado apuntalar la abandonada red de refinación de Venezuela para aliviar la escasez de combustible, lo que podría complicar el impulso de la administración Trump para un cambio de régimen en el país rico en petróleo.
Wison Engineering Services Co., una compañía de ingeniería química y construcción con sede en Shanghái que está utilizando el programa de infraestructura de «la Franja y la Ruta» de China para expandirse en el extranjero, acordó el mes pasado reparar las principales refinerías de Venezuela a cambio de productos petroleros, incluido el diésel, según personas con conocimiento del acuerdo.
Las sanciones financieras de EEUU, dirigidas a privar al actual régimen de ingresos, han forzado la decisión de reanimar la industria de refinación nacional paralizada desde hace unos años por la mala administración y desinversión, dijo una de las personas, quien pidió no ser identificada porque la información es confidencial.
El convenio refleja los otros acuerdos del productor de la OPEP con grandes petroleras rusas y chinas, en virtud de los cuales los pagos se hacen en crudo por parte de la compañía petrolera nacional de Venezuela.
Se espera que las reparaciones de Wison duren entre seis meses y un año, según otra persona. La administración de Nicolás Maduro ya estaba teniendo dificultades para encarar el bloqueo económico de EEUU incluso antes de que Washington anunciara restricciones adicionales el 5 de agosto. El mes pasado, la estatal PDVSA importó gasolina rusa a través de Malta para aliviar la escasez, una ruta lenta y costosa hacia el país caribeño.
Suministro irregular
Los suministros irregulares de combustible han paralizado la movilidad en un país donde la escasez de alimentos e insumos médicos básicos ha impulsado una crisis de salud y una de las olas migratorias más grandes de los últimos tiempos. PDVSA ha estado dirigiendo la mayor parte de la gasolina disponible a Caracas, donde Maduro es más vulnerable a las protestas masivas.
El gobierno de Trump esperaba expulsar rápidamente a Maduro del poder a principios de este año, y ha criticado a China y a Rusia por apoyar lo que considera un régimen criminal y represivo.
Wison no respondió a un correo electrónico o fax en busca de comentarios sobre el contrato de la refinería. PDVSA no respondió a correos electrónicos o llamadas en busca de comentarios.
La compañía china no ha completado un contrato que ganó en 2012 para revisar la refinería de Puerto la Cruz. Los ingresos de Wison en Venezuela cayeron 72% el año pasado a medida que la crisis económica del país se profundizó, según su informe anual.
China y Rusia tienen interés en evitar el colapso total de la industria petrolera de Venezuela porque es la única forma de recuperar miles de millones de dólares en préstamos e inversiones que han realizado en la última década. El acuerdo de Wison también subraya cómo la nación asiática –hambrienta de petróleo– sigue comprometida con Venezuela como lugar estratégico para la inversión extranjera.
Bloqueo económico
La restauración de la producción de combustible, si ocurre lo suficientemente rápido, debilitaría el bloqueo económico de EEUU y pondría a Maduro en una posición negociadora más fuerte, mientras las conversaciones con la oposición continúan sin un progreso visible.
A pesar de la insatisfacción generalizada de los venezolanos con su gobierno, las divisiones dentro de la oposición están complicando el impulso hacia una administración posterior a Maduro. Mientras unos 50 países reconocen al presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, como presidente interino del país, China se ha negado a involucrarse en lo que considera un conflicto interno.
La industria de refinación de Venezuela, que alguna vez fue un proveedor importante para EEUU con 1.3 millones de barriles al día de capacidad, ha estado en declive gradual debido al robo, el mantenimiento inadecuado y una fuga de cerebros de personal calificado, y ha sido golpeada por una serie de cortes de energía importantes este año. En los últimos años, PDVSA ni siquiera ha podido satisfacer la demanda interna de gasolina que históricamente ha sido de unos 250.000 barriles por día.
Hasta el momento, EEUU se ha abstenido de intervenir militarmente en Venezuela y, en cambio, ha impuesto sanciones económicas dirigidas a la industria petrolera y a miembros clave del gobierno y militares. Los funcionarios estadounidenses continúan confiando en reemplazar a Maduro con una administración favorable a los negocios pese a la falta de progreso.
China rechaza «intervenciones extranjeras y sanciones unilaterales» en Venezuela y apoya el diálogo entre el gobierno y la oposición, dijo su embajada en Caracas en un comunicado el 12 de mayo. La embajada no ofreció comentarios adicionales de inmediato cuando Bloomberg se puso en contacto con ella.
China quiere «identificarse con un gobierno socialista amigable, especialmente en el patio trasero de EEUU», afirma Schreiner Parker, vicepresidente de Rystad Energy para América Latina. «No tienen garantía de que un cambio de régimen necesariamente signifique que se les pagaría».
Peter Millard y Fabiola Zerpa (Bloomberg)