Eugenio Montoro: Y uno para todos

475

 Es probable que la muy famosa frase “Todos para uno y uno para todos” venga de la masonería, pero, aunque así fuese, lo cierto es que fue Alejandro Dumas quien se la “fusiló” y la volvió la marca indeleble de su novela “Los tres mosqueteros”. La usaremos esta vez con un doble propósito.

Por una parte, para celebrar, junto a sus muchos simpatizantes, la subida al peldaño pre santidad del ahora Beato José Gregorio Hernández y ligarlo al generoso “uno para todos” y, por otra parte, para presentar el tema de estas líneas dedicadas al “todos para uno”.

Con el comprensivo permiso de mis pacientes lectores, este artículo va dirigido, principalmente, a los dirigentes políticos y a sus organizaciones como otra idea de las muchas que se hacen para salir del régimen.

La propuesta es fabricar una organización basada en los dirigentes políticos parroquiales que existen en el país y bajo el lema de juntos, pero no revueltos.

El primer paso sería que los dirigentes de los cinco partidos políticos que tienen mejor extensión en presencia nacional, AD, UNT, PJ, VP y Copei decidan trabajar en sintonía para terminar con esta novela de terror y sacar al régimen del poder. Para eso forman un grupo de alta dirección política con ese único objetivo y, además, forman un grupo de altísima creatividad para la formulación de acciones.

El grupo de formulación de acciones tiene el objetivo de orinarle la iniciativa y las trampas a la sala situacional cubana de Miraflores a través de la creación de acciones de extraordinario talento y astucia que la inmovilice y, además, proponga las acciones de ataque al comando rojo y a los pilares de sostén del régimen. Este grupo élite pasará diariamente las instrucciones sobre lo que se hará a cada secretario de organización de los partidos mencionados y estos, a su vez, las retransmitirán, vía redes sociales, a los líderes responsables de su partido en cada parroquia existente en el país.

Cada parroquia se habrá dividido previamente en cinco áreas geográficas y cada una de estas divisiones es responsabilidad de un líder de cada uno de los cinco partidos mencionados. Los otros partidos no mencionados pueden integrarse a cualquier área de las cinco según su preferencia.

En Venezuela existen unas 1100 parroquias que al dividirse cada una en 5 partes formarían un comando de 5500 dirigentes políticos locales. Cada dirigente local, en la división parroquial que le toque, estaría libre de organizarse como guste y de integrar a cuantas personas desee. Si cada dirigente integra a 6 colaboradores fuertemente comprometidos con esta patriótica tarea, se dispondría de una fuerza cercana a 40.000 personas para ejecutar acciones diarias en búsqueda de la salida del régimen.

Este formidable, y disciplinado ejército (todos son dirigentes curtidos y que siguen su línea partidista), ejecutando tareas diarias a nivel nacional, tendría la capacidad de resquebrajar los cimientos que sostienen al régimen y de facilitar las eventuales acciones definitorias masivas de calle.

Por supuesto hay muchísimos detalles que complementan la propuesta, como el método para seccionar las parroquias, las medidas confidenciales de protección etc, pero lo principal es lo que ya se mencionó. Evidentemente las acciones serían pacíficas, pero al ser numerosas, simultáneas, diarias y a nivel nacional desgastarían la capacidad de represión del régimen y lo demás “rueda solo”.

A mis estimados lectores si les pediré un favor. Retransmitir este escrito a cuanto político conozcan no importa de qué nivel. Envíenselo como una propuesta de ciudadanos que quieren verlos actuar en sintonía. De personas que necesitamos apreciarlos en una lucha coordinada y poderosa para, con su ejemplo, encender el la pradera.

Lo demás está decidido, no iremos a elección alguna con este CNE ridículo y la AN actual debe prepararse para continuar en sus funciones hasta que Dios quiera.

En estos momentos complejos, esta es una gran oportunidad. Si los dirigentes políticos engranan con esta sencilla propuesta lograrían otras cosas. Les darían respuesta a los ciudadanos que reclaman verlos unidos, los guerreros del teclado tendrían una opción para actuar en vivo y se pasaría, con rapidez, a una acción intensa a través de las estructuras existentes de los mismos partidos. Los primeros resultados no tardarían en aparecer.

Salir del régimen no es tarea de los gringos, peruanos o colombianos así que vamos a organizarnos para terminar con este inmundo episodio de mandones comunistoides convertidos en hampones.

Y aunque suene a repetido, es el momento de gritar “todos para uno y uno para todos”.

                                                                Eugenio Montoro