Ender Arenas: El “bucle” electoral del chavismo

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Como en “El día de la marmota”, donde el protagonista “está atrapado en un bucle repetitivo reviviendo el mismo día una y otra vez”, así mismo, no hay, no ha habido, proceso electoral en tiempos del chavismo, donde no proliferen los anuncios de maquiavélicas conspiraciones y saboteos terroristas de todo tipo que pretenden interrumpir los procesos electorales tanto las presidenciales como las regionales o locales.

Esto ha sido así, desde los tiempos de la bazuca que apuntaba al avión presidencial que Chávez ocupaba. Eran días previos a la elección a las parlamentarias de 2005. Ese día, Chávez apuntó a la CIA, como el sicario y el autor intelectual era un tal George W. Bush.

Fue el inicio de una larga lista de eventos que han estado siempre presentes en cada evento electoral. Claro nunca se han presentado pruebas, de tales conspiraciones y atentados.

Los involucrados siempre ha sido la CIA, alguno que otro presidente norteamericano. También, ha sido constante la presencia colombiana, primero fue Uribe, luego siguió siendo Uribe y después fue Uribe e Iván Duque, y por supuesto, representantes de los sectores opositores han desfilado, por ejemplo, Rosales y Carlos Andrés Pérez, alguna vez, fueron señalados de planificar el asesinato de Chávez en un desfile militar, que de verdad ya no sé en cuál de tantos desfiles militares, pues, con Chávez, se celebraban aniversarios de cada batalla, inclusive, de las montoneras dirigidas por su abuelo, Maisanta.

 De un tiempo, para acá, la responsable de poner las supuestas bombas es MCM, quien se hace acompañar, en su labor terrorista, de norteamericanos, argentinos y hasta de búlgaros.

El caso es que el guion, siempre ha sido el mismo, variando una sola vez, esto fue en las elecciones presidenciales de abril de 2013, cuando, “Maduro, tras la muerte de Chávez, acusó a la CIA, el Pentágono y a los exembajadores estadounidenses Roger Noriega y Otto Reich de orquestar un plan para envenenar al candidato opositor Henrique Capriles y culparlo a él, con el objetivo de generar un golpe de Estado…”. (Efecto Cocuyo ha publicado las más estridentes conspiraciones que el régimen ha anunciado con motivo de la realización de los procesos electorales).

Elección tras elección como si fuera la misma, a lo Billo Frómeta, que comenzaba sus interpretaciones con el clásico: “A one, a two, a one, a two, a three”, el régimen comienza con la retahíla de complots, sabotaje y los intentos de producir atentados contra los centros electorales, etc. nunca ha ocurrido nada de lo anunciado por el chavismo, de los supuestos ataque al sistema y procesos electorales, encabezado por los sectores opositores. Lo que si ha sido verificado y certificado es la intervención del régimen para producir amaños, sabotajes y fraude de los resultados electorales, en todos los procesos electorales, con la excepción de los comicios de 1998, pero eso los dirigió el CNE de la vilipendiada “Cuarta República”.

Esta vez los consabidos atentados, complots y saboteos, han sido anunciados por el inefable (su cinismo no puede expresarse con palabras) Diosdado Cabello. Desesperado por tapar el impacto producido por la llamada “Operación Guacamaya”, ha anunciado, la captura de hasta treinta y ocho personas que supuestamente habían llegado al país a “poner bombas” en embajadas acreditadas en Venezuela, comandos policiales, hospitales, servicios públicos y personalidades, no solo del gobierno, sino también de los candidatos opositores que decidieron participar en las elecciones. Diosdado Cabello habla de una nueva trama terrorista.

En su rueda de prensa, Cabello ha presentado, como suele suceder, a unos integrantes del comando terrorista con sendos dispositivos electrónicos para detonar las bombas. Pero, la veracidad de el “argumento de la nueva trama terrorista” se sostuvo por poco tiempo, pues, los nombrados integrantes del grupo terrorista, resulto ser una banda del crimen común, formada por funcionarios del CONAS, algunos activos, dedicados al secuestro y extorsión.

De esta conspiración, como siempre ha ocurrido desde la “primera conspiración” (los conspiradores según el régimen son imbéciles), se dice tener pruebas, que consta de grabaciones, mensajes de Washaap, videos, etc. porque, además, según Diosdado, la oposición radical venezolana está formada por chismosos, brolleros y habladores de paja que se la pasan anunciando supuestas señales, y eso ha hecho que siempre se descubra los planes conspirativos. Por supuesto, aquí elude hablar de la fuga de los refugiados en la embajada de Argentina, que Cabello para su desgracia, se enteró, en el caso de Claudia Macero, 6 meses después de haberse ido de dicha embajada y del resto se enteró horas o días después.

Hasta ahora, nunca ha ocurrido absolutamente nada de lo anunciado, denunciado y escenificado por el régimen. La bazuca nunca fue disparada, los francotiradores jamás dispararon contra Chávez en los desfiles militares, y nunca se envenenó a Capriles.

En realidad, no hay una cultura magnicida en Venezuela. A lo largo de estos 30 y pico de años, donde se ha anunciado una cantidad que rebasa el centenar de intentos de magnicidio, solo ha podido certificarse, como tal, el atentado del 4 de agosto de 2018 mediante la explosión de dos drones en los alrededores de la Avenida Bolívar, contra Maduro, en la que quedó evidenciado el cambio que ha experimentado el glorioso ejército patrio, pues la desbandada desordenada de militares que formaban parte del desfile, producida por la explosión de los drones, nada tienen que ver con el coraje y la bravura demostrada en “Las Queseras del Medio” y en tantas batallas que dieron la libertad a una buena parte del continente.

Hay muy poca credibilidad en la escena montada por Diosdado, donde estuvo más errático y sin estrella que de costumbre. En realidad, lo único rescatado, es que esta vez, se presentó formalmente vestido, de saco y corbata como si fuera a un entierro (quizás el suyo, claro, políticamente hablando) y no hizo la mediocre imitación de George Harris o del profesor Briceño, como normalmente hace en su programa “Con el mazo dando” y eso, a pesar de todo, se le agradece.

@enderarenas