Ender Arenas: Las narrativas que están en juego

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De verdad fue una sorpresa, hasta el punto que hasta hoy (escribo esta nota de miércoles a jueves) no sabemos que nombre darle: si ha sido una fuga, o un rescate o, como ya a llaman algunos, una extracción. Por supuesto, el régimen, se decantará por darle el nombre de negociación.  

Entre los términos de fuga, rescate y extracción hay matices que diferencian estas tres formas de despistarse de los que vigilan o mantienen encerrados o secuestrados a cualquiera.  En el caso que nos ocupa, las diferencias, entre, fuga, rescate o extracción, que existen, que no son solo semánticas, pueden ser obviadas frente al enorme hecho humano que significa  la salida de los miembros del equipo de MCM, de la embajada de Argentina, que por más de un año estuvieron encerrados, sin electricidad, sin medicinas, con poca agua y pocos alimentos.

También es importante señalar, que cualquiera de las formas y características, que pudieron ser asumidas en la operación de salida de los miembros del equipo de MCM, puede estar revelando, por un lado, bien, la vulnerabilidad de la inteligencia del régimen, que asesorada por los cubanos siempre ha sido considerada como “eficiente” y “mortífera” como algunos han llegado a pensar o, bien, “la fractura” del cuadro vigilante de la embajada que, bien pudo, ellos sí, haber negociado para permitir la salida de los refugiados en la embajada. Es decir, como bien me dio un amigo que vive en Venezuela, si se produjo la negociación no fue con el alto gobierno, sino que se hizo con estos cuadros medios y bajos de la vigilancia de la embajada, de allí la sorpresa que produjo en la cúpula del régimen. Hasta el punto que de la salida de Claudia Macero que se realizó en agosto de 2024, el régimen se enteró, apenas, en enero de 2025.

El hecho notorio es que, a pesar del peso mediático del aparato de propaganda del régimen, formado por influencers, panfletistas, comunicadores, medios de comunicación oficialistas, no han podido, por ahora, imponer la narrativa de la “negociación de alto nivel” (Vladimir Villegas y otros fueron los primeros en decir que fue una negociación).

 A la hora que escribo esta nota, tampoco he escuchado al responsable de la represión, la percusión y la creación de chismes, Diosdado Cabello. Se espera que se deslice por la narrativa que ya apuntan sus “comunicadores y periodistas”, esto es, la de la negociación de muy alto nivel.

Así que, pronto estaremos, presenciando y formando parte, también, en una lucha por la imposición de las narrativas que se están construyendo: Por un lado, la narrativa oficial, de la “negociación”. Por otro, está la del sector opositor, que habla de rescate, de la extracción, etc. y de la presencia y participación de la administración Trump y de los gobiernos brasileño y argentino, inicialmente, también se dijo que el gobierno italiano de la Meloni, también, estaba metido en la operación.

A modo de paréntesis, siempre me asombra, la posición de la intelectuaidad venezolana que reside en los EEUU, por ejemplo, es el caso de la periodista venezolana seguidora incondicional de Trump que dice que fue este quien, en la práctica, le dio el salvoconducto a los ocupantes de la embajada de Argentina. Quiero creer que fue una hipérbole, para subrayar el compromiso de Trump con la democracia venezolana, pero hay algo de fanatismo inocultable.

Sigo en modo de paréntesis, para expresar, una especie de duda que a veces me asalta y es que frente a esta especie de “enamoramiento” con Trump que anima a muchos venezolanos (intelectuales muy acreditados, comunicadores y mucha gente del común), a lo mejor, quien está equivocado soy yo, y que en aras de las acciones emprendidas por  nuestro nuevo “Salvador de la patria”  (que incluye sanciones y otras medidas que seguramente están sobre la mesa) a veces, me digo para mis adentro, que a lo mejor, en mi resistencia a creer que Trump es nuestro “salvador” yo soy un mezquino “viejo izquierdista y prejuicioso antimperialista” y que debo seguir la sugerencia que se me ha hecho en una buena cantidad de mensajes, esto es, que debo hacer silencio, frente al odio que veo en la política migratoria de Trump y su agenda autoritaria y hasta de naturaleza fascista y también en la de la Sra. Meloni, orientadas a “cazar” inmigrantes a quienes sin ninguna consideración los envían a cárceles de Salvador y Albania, cuyos presidentes han aceptado supinamente ser conserjes y carceleros de ambos presidentes a cambio de un “puñado de dólares”.

Pero, bueno, ahora, no quiero pensar en eso. Pero me gusta manejar la hipótesis, de la participación de miembros del cuerpo de vigilancia que asediaba la embajada y, como eso, nos puede conducir a lo que ya mencionaba en un párrafo anterior, la de una “pequeña” fractura del aparato represivo del régimen.

¿Qué quiero significar con ello? Que las crisis políticas no culminan en un cambio real si la crisis que es política no penetra la estructura estatal y rompe su unidad.

La operación que le dio salida a los refugiados en la embajada de Argentina no puede explicarse solo por el apoyo norteamericano, argentino, brasileño o italiano, pues, hasta donde se tiene información de un evento que es casi un misterio, que sorprendió al régimen y a la oposición también, no hubo presencia física de extranjeros en dicha operación y si en realidad la hubo era necesario contar con la complicidad de las propias fuerzas que asediaban la embajada, una residencia que solo tenía, según, tengo entendido, una puerta. Bueno, de eso no estoy tan seguro, pero de ser cierta hace más atractiva la operación y más vulnerables las fuerzas de inteligencia del régimen

De allí, que presumo la intervención de sectores internos del aparato de seguridad del Estado y eso hace caer la total responsabilidad sobre los hombros de quien dirige la inteligencia del Estado, Diosdado Cabello.  Quizás, esto no sea suficiente para asomar como hipótesis la fractura en el aparato que precisamente sostiene el poder del régimen. Pero, me permite pensar que, podríamos, estar en el epilogo de una crisis que, ya no es tan solo política, sino, fundamentalmente estatal y que al romper su unidad interna finalmente el régimen tendrá que decir adiós.

Eso ha pasado. La historia reciente nos brinda ejemplos, a manera de ilustración mencionaré, por cuestiones de espacio, solo el caso de Corea del Sur y de su destituido presidente Yoon Suk Yeol, provocada por la crisis constitucional, al promover una Ley Marcial con la que pretendía de manera autoritaria mantenerse en el poder.

La consecuencia fue que, la hegemonía y la dirección del Estado, una vez que su unidad fuese rota por la deriva autoritaria del ejecutivo se desplazó hacia los aparatos legislativo y judicial y el presidente, quedó desnudo, despojado de sus atributos de autoritas. Hoy está encarcelado y es juzgado.

Presumo que, en nuestro caso, para una parte de la FAN que estuvo presente en las elecciones como custodio del proceso electoral, que además sufragó en un 80% por la oposición, no pasa por alto la magnitud del fraude cometido por el régimen para perpetuarse en el poder. Y eso, abre un abanico de posibilidades, pues es una FAN que sabe que Maduro y su régimen no lideran a la sociedad venezolana, que los desconoce. Pienso en una afirmación que le escuche al periodista César Bátiz, director del Pitazo: “Sin 28 de julio no habría 6 de mayo”.

@enderarenas