El comunicado del oficialismo venezolano dice que se abordaron «diversos temas de interés para ambos países», pero Estados Unidos -que reiteró este viernes que no reconoce a Maduro como presidente- asegura que la misión de Grenell en Venezuela era «muy específica».
El gobierno de Nicolás Maduro expresó este viernes su disposición a mantener «canales diplomáticos abiertos» con Estados Unidos, luego de reunirse en Caracas con Richard Grenell, enviado especial del presidente Donald Trump.
A través de un comunicado, la administración chavista indicó que durante el encuentro, celebrado en el palacio presidencial de Miraflores, Maduro «planteó la construcción» de una «agenda cero para un nuevo comienzo en las relaciones bilaterales», rotas desde 2019.
Sin embargo, Washington -que reiteró este viernes que no reconoce a Maduro como presidente- asegura que la misión de Grenell en Venezuela es «muy específica» y tiene el objetivo de lograr que Caracas acepte vuelos de deportación de migrantes indocumentados y conseguir la liberación de ciudadanos estadounidenses detenidos en cárceles venezolanas.
Según el comunicado del oficialismo venezolano, se abordaron «diversos temas de interés para ambos países», entre los que Caracas señaló migración, el impacto «negativo» de las sanciones económicas, la situación de «ciudadanos estadounidenses incursos en delitos en territorio nacional» y la «integridad del sistema político venezolano».
Además, se subrayó «la necesidad de darle un giro a las relaciones», señaló el Ejecutivo chavista. Afirmó que la reunión fue celebrada luego de que el jueves recibiera una «solicitud de audiencia» con Maduro por parte de Grenell.
Simultáneamente, Trump aseguró este viernes que no permitirá la compra de petróleo a Venezuela como hizo su antecesor, Joe Biden, quien alivió el esquema de sanciones con la emisión de licencias a empresas extranjeras, entre ellas la estadounidense Chevron, para operar en el país caribeño, que cuenta con las mayores reservas probadas de crudo.