La Inteligencia Artificial generativa (GenIA) está siendo adoptada en países desarrollados a un ritmo sin precedentes. A tan solo dos años de su introducción de forma masiva en el mercado, casi el 40 por ciento de los estadounidenses, entre 18 y 64 años, ya la utiliza de algún modo en su trabajo o en el hogar.
Según los investigadores Bick, Blandin y Deming, la velocidad de adopción de la IA en Estados Unidos supera con creces la de tecnologías disruptivas anteriores, como Internet o las computadoras personales.
A nivel mundial, la adopción empresarial de la GenIA muestra también evidentes señales de una rápida expansión. Según la encuesta global de McKinsey 2024, el 65 por ciento de los ejecutivos y gerentes consultados reporta que sus organizaciones utilizan regularmente GenIA, cifra que casi duplica el porcentaje registrado en la encuesta anterior, realizada apenas diez meses antes. Tres cuartas partes de los encuestados prevén que la GenIA provocará cambios significativos o disruptivos en sus industrias durante los próximos años.
Mejora de la productividad en América Latina
La acelerada expansión de la GenIA obedece en gran medida a su potencial para aumentar de forma significativa la productividad laboral. Durante el último año, múltiples estudios han confirmado que la GenIA permite a los trabajadores completar tareas con mayor rapidez y mejorar la calidad de su producción, según lo señala el «AI Report Index 2024» de la Universidad de Stanford.
En el caso de América Latina y el Caribe (ALC), la IA Generativa podría mejorar la productividad de los puestos de trabajo entre un 8 y un 14 por ciento, según se afirma en el documento de trabajo Buffer or Bottleneck?, publicado conjuntamente por el Banco Mundial y la Organización Mundial del Trabajo en julio de 2023. Este potencial de la GenIA representa una oportunidad invaluable para la región, donde la baja productividad crónica constituye, tal como lo ha señalado repetidamente la CEPAL, uno de los principales obstáculos estructurales para alcanzar mayores niveles de desarrollo.
Mucho camino por recorrer
Sin embargo, junto a los potenciales beneficios, la adopción de esta tecnología conlleva también grandes riesgos, entre ellos, el desplazamiento laboral. Según un estudio de la OCDE del 2020, más del 25 por ciento de los empleos en América Latina y el Caribe estarían en riesgo de ser reemplazados por la automatización, lo que representa una de las tasas más altas a nivel mundial.
El 24 de septiembre de 2024, fueron presentados los resultados de la segunda edición del Índice Latinoamericano de Inteligencia Artificial (ILIA 2024), elaborado por el Centro Nacional de Inteligencia Artificial de Chile (CENIA) con el apoyo de la CEPAL.
Aunque el ILIA 2024 se centra fundamentalmente en mostrar de forma detallada el estado de avance de la IA en 19 países de ALC, ofrece también la posibilidad de tener una interesante panorámica regional en esta materia, dejando en evidencia que, a pesar de los avances logrados por algunos países latinoamericanos, la región tiene aún por delante un largo camino por recorrer para aprovechar de forma eficiente los potenciales beneficios de la GenIA y mitigar los grandes riesgos asociados al uso de esta tecnología.
Amplia brecha entre países de vanguardia y rezagados
Para entender los desafíos de América Latina en el ámbito de la IA, se hace necesario hacer ciertas precisiones respecto a las disparidades entre los países latinoamericanos. Por ejemplo, mientras que Chile lidera el índice ILIA 2024 con 73,07 puntos, Honduras se sitúa en el último lugar con solo 23,73 puntos, evidenciándose entre estos dos países una brecha de casi 50 puntos en una escala de 0 a 100.
Esta distancia tan amplia entre los extremos del índice es un indicador de las significativas disparidades que existen entre los países latinoamericanos respecto al grado de madurez en la adopción de la IA.
Por otro lado, la distribución de los países latinoamericanos a lo largo del índice ILIA 2024 muestra que 16 de los 19 países evaluados se ubican en los dos tercios inferiores de la escala. A pesar de que algunos países como Chile o Brasil hayan hecho avances significativos, el grueso de los países de la región (85 por ciento) se encuentra en las etapas iniciales o intermedias de madurez en la adopción de IA.
Estos resultados del ILIA 2024 son consistentes con las evaluaciones del «Índice de Preparación para la Inteligencia Artificial» (AIPI) de 2023, elaborado por el Fondo Monetario Internacional (FMI), que ubican a ALC en una posición intermedia-baja en comparación con otras regiones del mundo. Según el AIPI, América Latina y el Caribe alcanzan una puntuación de 0.43 en una escala de 0 a 1, superando únicamente a la región de Oriente Medio-Asia Central (0.40) y al África subsahariana (0.34). No obstante, la región se encuentra significativamente rezagada en relación con América del Norte (0.74), Europa (0.63) y Asia-Pacífico (0.52).
Más colaboración regional
AIPI 2023 muestra además que los países que lideran en Latinoamérica el desarrollo de IA mantienen a su vez una significativa brecha de rezago respecto a las naciones tecnológicamente más avanzadas. De acuerdo con AIPI, Chile y Brasil, con 0,59 y 0,50 puntos respectivamente, se encuentran por detrás de países como Estados Unidos (0,77), Alemania (0,75) y China (0,64).
Esta brecha entre los países líderes en IA en América Latina y las potencias globales está vinculada a las altas demandas que implica el despliegue a gran escala de esta tecnología.
El desarrollo y la implementación de la IA en un país requiere capacidades computacionales de alto rendimiento, sistemas de almacenamiento masivo de datos y la creación de ecosistemas de innovación que incluyan talento especializado, investigación de vanguardia y programas de capacitación continua para la fuerza laboral.
El «AI Index Report 2024» de Stanford destaca que, en 2023, las inversiones privadas en IA ascendieron a aproximadamente 1.910 millones de dólares en Alemania, 7.800 millones en China y 67.200 millones en Estados Unidos.
Estos niveles de inversión representan un desafío que supera con creces las posibilidades individuales de economías medianas, como las de América Latina.
Por esta razón, más allá de los avances particulares que cada uno de los países latinoamericanos puedan seguir alcanzando, resulta esencial profundizar significativamente la cooperación regional para alcanzar una escala más competitiva e independiente en el escenario global del desarrollo de la IA Generativa.
Sin un sentido de urgencia
Uno de los principales obstáculos para fortalecer la cooperación regional en esta materia es la histórica debilidad institucional de los organismos de coordinación en la región. La diplomacia presidencial, predominante en América Latina, suele propiciar tensiones y fragmentación, lo que frecuentemente limita los esfuerzos de colaboración regional.
Por otra parte, aunque se han dado pasos importantes para impulsar la cooperación en materia de IA, como la reciente aprobación de la «Hoja de Ruta de Inteligencia Artificial Ética para América Latina y el Caribe 2024-2025», persiste en los niveles políticos de la región una falta de urgencia para adoptar la IA, tal como lo destaca el informe ILIA 2024: en la región existe «mucho interés por la tecnología, pero no hay un sentido de urgencia” para integrarla de manera efectiva.
De los 19 países evaluados por ILIA 2024, solo siete —Colombia, Brasil, Chile, Perú, Argentina, Uruguay y República Dominicana— cuentan con estrategias nacionales oficiales de IA. Los doce países restantes «carecen de estrategias de IA sistemáticas, integrales y actualizadas” que les permitan aprovechar las oportunidades y sumarse al acelerado progreso global de esta tecnología.
Ojalá este tipo de obstáculos pueda superarse prontamente. América Latina no puede correr el riesgo de quedar relegada en un campo que desde ya está redefiniendo las economías y sociedades del futuro.
Ramón Cardozo Álvarez / DW