La presión internacional, sumada a las negociaciones que mantienen en secreto Washington y Caracas, han abierto las puertas del Consejo Nacional Electoral (CNE) para la oposición como si se tratara de las aguas del Mar Rojo. El chavismo ha permitido a última hora de este martes, tras tres días y medio de cierre a cal y canto, que los partidos opositores Un Nuevo Tiempo (UNT) y Movimiento Por Venezuela (MPV) se adhieran a la candidatura del diplomático Edmundo González Urrutia, que hasta ahora sólo estaba avalado por la Mesa de la Unidad Democrática (MUD).
“Nuestros representantes (que durante dos días no habían avanzado más allá de la recepción) han consignado la renuncia del candidato Manuel Rosales, logrando la adhesión a la tarjeta de la Mesa de la Unidad Democrática con el candidato Edmundo González”, anunció al país UNT a través de sus redes sociales.
“Hemos cumplido. En unidad lograremos el cambio”, destacó Simón Calzadilla, líder del MPV, a las puertas del CNE, mientras uno de sus compañeros mostraba para la pequeña historia de las trampas electorales de la revolución el acta con la adhesión de su partido a la candidatura de quien fuera embajador en Argentina.
De esta forma se ha evitado en última instancia, cuando sólo faltaban unas horas para que acabara la prórroga impuesta por el chavismo, el bloqueo que ya sufrió en marzo la filósofa Corina Yoris. No obstante, el siguiente paso para el CNE es la admisión de este cambio en las postulaciones, realizado según manda la ley. La Unidad Democrática, por su parte, ha dado “por cumplido exitosamente el trámite correspondiente”.
Ante la embestida de los últimos días, la oposición real había cifrado sus esperanzas más allá de sus fronteras, en especial en los presidentes Gustavo Petro y Lula da Silva. El primero en reaccionar fue el mandatario brasileño, quien ayer calificó como “extraordinario” que la oposición cuente con Edmundo González como candidato unitario. Ya durante el bloqueo a la candidatura de Yoris el gobierno brasileño hizo público su rechazo.
También destacable fue la intervención ante el Senado del ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, quien lamentó que la tesitura previa estaba muy lejos de lo pactada en Barbados entre gobierno y oposición.
La Plataforma Unitaria Democrática reaccionó al instante para agradecer “todas las expresiones de apoyo de la comunidad internacional a nuestra lucha en favor de un proceso electoral”. El juego había cambiado en unas pocas horas.
“La nomenklatura está decidiendo si avanzar hacia una autocracia totalmente cerrada, como Nicaragua, o retroceder hacia una competitiva que permita hacer del proceso electoral un medio para iniciar una transición. Para que ocurra lo segundo hasta el propio Lula da Silva decidió presionar con un timing maravilloso. No fue casualidad ni sus palabras ni el momento”, destacó el politólogo Walter Molina.
En paralelo a los reclamos de la comunidad internacional se sumó las negaciones que entre bastidores mantiene la administración de Joe Biden con los delegados chavistas. Washington anunció la puesta en marcha para mayo de la licencia 44a, con lo que se acabaría la flexibilización a las sanciones energéticas de las que tanto se queja el chavismo.
Fuentes de la oposición confirmaron al diario La Nación de Argentina que esta coyuntura ha pesado en la decisión provisional de Maduro, obligado a ceder de momento ante el tercer candidato de la oposición unitaria.
Al aceptarse la adhesión de UNT y MVP también se reduciría de alguna forma la presión que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) mantiene contra la tarjeta de la MUD, sobre la que pesa una demanda de nulidad presentada ante la corte.
La MUD, partido más votado en la historia venezolana, ya fue inhabilitada en enero de 2018 por el TSJ y por el CNE, lo que desembocó en la abstención opositora en las presidenciales de aquel año, ganadas por Maduro en lo que fue un evidente fraude electoral. Pero en 2021 fue rehabilitada en medio de las negociaciones entre el gobierno y un sector de la oposición.
El TSJ ya enseñó sus garras el lunes al entregar al centrista Primero Justicia (PJ), uno de los partidos que conforman el G4 opositor, al diputado “alacrán” José Brito, financiado desde hace años por el magnate colombiano Alex Saab, presunto testaferro de Maduro. Sólo UNT se ha salvado de la intervención judicial dentro del G4.
Todas las piedras y obstáculos en el camino de la oposición real se transformaron en una alfombra de facilidades para el resto de candidaturas cercanas al gobierno. Tantas son que el CNE concedió una prórroga especial de 48 horas a Brito para que la nueva tarjeta de Primero Justicia encuentre un candidato a quien apoyar.
En las últimas horas también se conoció que Luis Ratti, oscuro operador político de la revolución, y Juan Carlos Alvarado, abanderado del partido Copei intervenido por el TSJ, renunciaron a sus postulaciones para sumarse a la propuesta de Luis Eduardo Martínez. Este candidato, conocido como ´El Burro´, representa a la facción de Acción Democrática que también se benefició de la toma judicial del histórico partido socialdemócrata de Carlos Andrés Pérez.
Con todos los cambios de los últimos días, y a falta de unas horas para dar por terminada la prórroga impuesta por el chavismo, serían 10 los candidatos que aparecen en el tarjetón electoral para el 28 de julio. A la cabeza, Nicolás Maduro al frente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) más el apoyo de 12 partidos del Gran Polo Patriótico. Entre ellos se destaca el histórico Partido Comunista de Venezuela (PCV), a quien no sólo se le ha prohibido presentar a su candidato, Manuel Isidro Molina: el TSJ también arrebató el PCV a sus verdaderos dirigentes y se lo entregó a un grupo de aliados de Maduro, que se sumaron al apoyo del “presidente pueblo” pese a la indignación de sus seguidores.
Edmundo González Urrutia, de 74 años, que doblaría en votos a Maduro según la encuestadora More Consulting, continúa de esta forma en la carrera electoral. En unas pocas horas pasó de estar entre las cuerdas a contar con el apoyo de tres tarjetas electorales. Se espera que en las próximas horas hable por primera vez al país.
Daniel Lozano / La Nación