Neuro Villalobos: Principios y valores

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“A fin de lograr individuos con visión de futuro y agentes transformadores de la sociedad, se requiere una educación integral en el sentido de cubrir todos los aspectos de la vida con conocimientos científicos (aprender a conocer), destrezas profesionales (aprender a hacer), el ejercicio de la responsabilidad ciudadana (aprender a convivir) y los valores humanos y morales (aprender a ser).” UNESCO.

Tratar este tema de los valores no es nada sencillo. Valor es una palabra polisémica, tiene muchos significados. El término axiología hace referencia al estudio de estas palabras potentes llamadas valores. Proviene del griego “axios” , que significa lo que es valioso, estimable o digno de ser honrado. también significa “eje” alrededor del cual giran elementos esenciales.

Para Salvador García y Shimon Dolan, los valores morales responden a normas y costumbres sociales y los valores éticos conforman la estructura de nuestros pensamientos, preconfigurados de cara a nuestra supervivencia. Las creencias, dicen, son estructuras de pensamiento, elaboradas y arraigadas a lo largo del aprendizaje, que sirven para explicarnos la realidad y que preceden a la configuración de los valores.

Las normas emergen de las interacciones grupales. Son reglas de conducta consensuadas, mientras que los valores son criterios para evaluar y aceptar o rechazar normas. El incumplimiento de las normas puede comportar sanciones externas, mientras que el incumplimiento de valores puede comportar sentimientos de culpabilidad. Una actitud es consecuencia de los valores y normas que la preceden, y es una tendencia evaluadora con respecto a personas, hechos o cosas. Las actitudes predicen nuestra tendencia a actuar de una determinada manera.

Stephen Covey señala que los principios correctos son como brújulas: siempre señalan el camino. Son leyes naturales evidentes por sí mismas y con un valor intrínseco. Brindan un verdadero norte a nuestras vidas mientras surcamos las corrientes que discurren por nuestro ambiente.

Los principios se aplican en todo momento y lugar. Emergen bajo la forma de valores, ideas, normas y enseñanzas que edifican, ennoblecen, satisfacen, fortalecen e inspiran. A diferencia de los valores, los principios son objetivos y externos. Funcionan obedeciendo a leyes naturales, independientemente de las condiciones. Los valores son subjetivos e internos; son como mapas. Los mapas de por si no son territorios; solo son intentos subjetivos  de describir o representar un territorio. Cuánto mejor alineados estén nuestros valores o mapas con los principios correctos, más precisos y útiles serán.

Fundamentar nuestras vidas en principios correctos es la clave para desarrollar un rico poder interior y lograr, con él, convertir muchos de nuestros sueños en realidad. La forma de vida centrada en principios presenta cuatro dimensiones genéricas: la seguridad; la guía; la sabiduría y el poder. Carentes de guía, tendemos a seguir la corriente y no logramos terminar lo que empezamos. Carentes de poder, tendemos a reflejar lo que nos pasa y a reaccionar ante las condiciones externas y el estado de ánimo interno.

Para María Guadalupe Ramos, citando a Rockeach, los valores son considerados como estructuras cognitivas por medio de las cuales la persona elige y actúa de determinada manera. Los valores en la conducta humana se configuran con las actitudes y actúan como marcos preferenciales de orientación al sujeto en el mundo donde vive. Los valores pueden tener un origen subjetivo, afectivo-emocional, o social, modos de comportamiento social o cultural. Pueden trascender cuando están referidos a ideales de vida o principios morales. El valor se define como realidad objetiva y subjetiva a la vez. Se internalizan en la educación y se pueden expresar a través de la conducta; es decir, por medio de las actitudes que son educables.

La moral se define como la ciencia del bien obrar o buenas costumbres. La ética, según los postulados Aristotélicos, reside en la posesión de un espíritu recto. Si el hombre actúa rectamente, proporcionará el bien a sí mismo y a los hombres que lo rodean. La ética tiene por objetivo explicar la moral, mientras que la moral permite al hombre su estilo de vida en concordancia con las costumbres establecidas por su entorno social. Adela Cortina considera a la moral como la forja del carácter en la vida cotidiana y la ética como la dimensión que reflexiona sobre la forja del carácter.

NEURO J. VILLALOBOS RINCÓN

nevillarin@gmail.com