“El que sigue la justicia y la misericordia hallará la vida, la justicia y la honra.”
Proverbios 21:21
Desde 2022 viene conformándose, diseñándose y tomando fuerza la realización de elecciones primarias en el campo opositor. Todo indica que podrían ser en este primer semestre del nuevo año. En su mayoría, entre hombres y mujeres, han anunciado la intención de participar en las primarias que organiza un selecto grupo de venezolanos de alto prestigio personal, académico y profesional.
Otros, —mirando los toros desde la barrera—, no han hecho público deseo alguno, pero no por ello desechan o dejan de lado sumarse a los aspirantes que ya pasan una decena.
Quizá es mucho o poco lo que no ha terminado de decirse en Venezuela sobre la valoración de los estudios de opinión pública en política realizados durante el 2022 y otros que, seguramente, deben estar levantándose en el muestreo de campo en este recién iniciado 2023.
Todo tema le interesa a quien paga un estudio de opinión para conocer, saber y constatar la mejor manera de diseñar estrategias de mercadeo y publicidad que finalmente produzcan el éxito en la venta de un producto. Es pertinente decir, aunque no es la regla, que en la diatriba del debate político, grandes o medianas corporaciones privadas, generalmente, ordenan en sus estudios la medición de las preferencias de la gente en el liderazgo político tal como ha sucedido en cercanías de procesos electorales, trátese de presidenciales, regionales, municipales o de cuerpos beligerantes.
¿Quiénes son?
Delsa Solorzano, Carlos Ocariz, Henry Falcón, María Corina Machado, Carlos Prosperi, Nicmer Evans, César Pérez Vivas, Enrique Capriles, Andrés Velásquez, Henry Falcón, Juan Guaidó, Antonio Ecarri y Juan Pablo Guanipa. En tanto, el único hasta ahora que no ha manifestado su intención de ir a primarias es el actual gobernador del Zulia, Manuel Rosales.
Ahora bien, no es, significa o es lo mismo aspirar, competir y obtener el primer lugar entre aspirantes para dirigir la pelea como candidato a Miraflores en el camino de derrotar al peor Gobierno que ha tenido Venezuela en su historia política republicana, si y sólo si, el favorecido no cuenta con un background —conjunto de circunstancias vitales, conocimientos o experiencias que han contribuido a la formación de una persona— que no llegan solas si no que deben saberse a través de las encuestas o estudios de opinión pública. Quien diga lo contrario sería un aprendiz al tratar de tapar la luz del Sol con un dedo.
Rosales, no ha dicho voy o no. No es candidato, pero desde junio del 2022 las principales empresas de estudios de opinión favorecían su preferencia en el electorado, no sólo del estado Zulia, sino en todo el país.
En junio del pasado año, Datincorp de Jesús Seguías y Polianalítica de Jesús Castillo Molleda, revelaron porcentajes favoreciendo una eventual candidatura ganadora del gobernante zuliano, muy por encima de otros líderes de ambos sexos de la oposición venezolana. También en julio la consultora Delphos de Félix Seijas pidió la opinión de la gente en distintas zonas del país y la respuesta confirmó la apreciación que favorece a Rosales. Por último en octubre a través de Datanálisis que dirigen, José Gil Yepes y Luis Vicente León, la percepción del electorado no cambió en cuanto a las simpatías de votar en las primarias por el fundador de Un Nuevo Tiempo.
Rosales no tiene en su hoja de vida política lo que quizá ha desencantado a demasiada gente que percibe que “muchos políticos son embusteros” y “mentirosos”. Demostrar que la “palabra empeñada” no solo es una frase, sino que tiene demasiado peso, respeto, valor y credibilidad para la gente que aspira a que sus problemas más esenciales sean resueltos, subrayan la diferencia. En Zulia, el amanecer de cada día no es el mismo que existía antes del 21N de 2021. Otro aval a su favor, que es posible que la gente no recuerde, es que a Manuel Rosales en 2006 le correspondió rescatar la ruta democrática y el valor del voto en Venezuela, cuando nadie lo menos que quería era que le hablaran de elecciones. Veníamos de derrota en derrota. No solo enfrentó a Chávez Frías. Confrontó al poder de un Estado abusador que ya tenía secuestradas a las instituciones y poderes públicos. Hoy, si decide finalmente dar el paso o no, lo cierto es que de ser afirmativo, Manuel Rosales no será el ganador en el twitter y las redes sociales. Lo será en las urnas electorales.
José Aranguibel Carrasco