Este viernes, en la última sesión bursátil del 2022, las bolsas de Estados Unidos terminaron su peor año desde la crisis financiera del 2008 con números en rojo. En la jornada anterior, los mercados habían subido, avivando el optimismo de un repunte de fin de año que finalmente se desvaneció.
Durante el año, la inflación se acrecentó eliminando una quinta parte del valor de las acciones mundiales, su peor racha desde la crisis financiera. Los bonos perdieron un 16% de su valor, la mayor caída desde al menos 1990 para uno de los principales indicadores, según Bloomberg, mientras los bancos centrales del mundo apostaban por aumentar las tasas de interés para reducir los altos precios de los consumidores.
Tras un año excepcional para la renta variable en 2021, en el que el S&P 500 alcanzó máximos históricos consecutivos, pocos previeron la venta masiva que se produciría a continuación.
“Nunca habíamos visto un entorno de mercado como este, en el que tanto las acciones como los bonos bajaran simultáneamente”, afirmó Art Hogan, estratega jefe de mercado de B. Riley Wealth. “La buena noticia es que pronto dejaremos el año en el retrovisor. La mala noticia es que 2023 podría ser un año agitado, al menos durante los primeros meses. Es probable que se formen tendencias económicas más débiles de cara a 2023 mientras la Fed lucha contra la inflación, pero una recesión leve podría ayudar a preparar a las acciones para una mejor segunda mitad del año”, dijo la analista.
En la jornada de hoy, el S&P 500 cedió un 0,25%. Por su parte, el Nasdaq Composite (CCMPDL) perdió un 0,11% y el Dow Jones Industrial cayó un 0,22%. La preocupación por nuevos brotes de Covid-19 también ha pesado en los mercados, que temen más argumentos para las previsiones de una recesión económica en 2023.
Bloomberg